Consolidación del polo educativo

Siete de cada diez jóvenes que terminan su escuela secundaria continuarán estudios superiores en institutos de la ciudad. El dato expresa que San Francisco ha construido, a lo largo de las últimas décadas, un ecosistema educativo importante con derivaciones que empiezan a moldear el perfil productivo y urbano. Así también han reconfigurado las expectativas de cientos de familias sanfrancisqueñas de sectores postergados que pueden aspirar a que sus hijos se diplomen en alguna de las numerosas disciplinas que se ofrecen

La investigación realizada por estudiantes de la Tecnicatura en Marketing del Instituto Fasta ofrece un mapa de más de cien carreras disponibles, preferencias diversificadas y motivos de elección que combinan cercanía, costos, oferta académica y vínculos sociales. Esa convergencia explica por qué, por tercer año consecutivo, la mayoría decide quedarse.

En este contexto, la ciudad se halla ante la posibilidad de que se produzca la consolidación definitiva del polo educativo, una estrategia que fue largamente promocionada, que tuvo altibajos y que debe seguir exigiendo una planificación sostenida, basada en la visión de largo plazo que, también en la educación, permita atisbar aquella idea de que se está atisbando el San Francisco del futuro.

En junio de 2008, este diario afirmaba que el crecimiento del nivel superior estaba transformando el perfil ciudadano y advertía que la ciudad debía asumir ese proceso como una garantía de futuro. En aquel momento se delinearon desafíos que siguen vigentes: pensar a San Francisco como ciudad receptora de estudiantes, ordenar la planificación urbana, anticipar la demanda de vivienda, servicios y movilidad, promover comercios adaptados a una población joven y fluctuante. Diecisiete años después, con evidentes avances en la materia, el diagnóstico mantiene una sorprendente coherencia.

Más aún, las condiciones son mucho más favorables. La próxima inauguración del edificio de la Universidad Provincial se suma a una red de instituciones que ya demostraron excelencia y capacidad de atraer estudiantes de toda la región. De este modo, el polo educativo exige estrategias y acciones para que se fortalezca el empleo docente y no docente, se dinamice el mercado inmobiliario, se sostengan servicios gastronómicos y comerciales, se promueva la innovación y, con todo ello, se generen retornos que excedan el ámbito académico.

Al menos en los últimos tres años, las investigaciones demuestran que los jóvenes sanfrancisqueños se sienten, por uno u otro motivo, atraídos hacia la oferta educativa de nivel terciario y universitario que se brinda en la ciudad. El desafío de consolidar de modo definitivo el polo educativo está más cerca. Para ello, debe seguir aumentando la cantidad de carreras y su excelencia académica y, al mismo tiempo, profundizar en las medidas que generen condiciones urbanas que acompañen este crecimiento importante de la educación superior en la ciudad.