Conocer juntos el barrio: El Prado marca precedente con un mapeo
"Se trata de una construcción colectiva, horizontal, permanente, que se va enriqueciendo con cada participación, al mismo tiempo va contando la historia de San Francisco", aseguró el licenciado en Arte y Gestión Cultural, Félix Marcelo Piñero.
Por Isabel Fernández | LVSJ
Indudablemente quienes más conocen un territorio son las propias personas que lo habitan y son quienes pueden reconstruirlo y transformarlo. El barrio El Prado fue el primero en la ciudad en realizar un mapeo colectivo. Los vecinos ubicaron sobre el plano del sector, lugares, hitos, espacios que consideraron importantes en las historias personales, familiares, con el objetivo de reconstruir la historia, afianzar la identidad y consolidar vínculos.
En la jornada, que se realizó el pasado sábado en la plaza cumpliendo con los protocolos sanitarios por el coronavirus, surgió como primera inquietud entre los vecinos realizar un mapeo técnico de la plaza con el fin de relevar especies de árboles con los que cuenta.
La iniciativa surgió como una propuesta de transferencia voluntaria para el centro vecinal del barrio, en el marco del Programa Fortalecer Cultura del Ministerio de Cultura de la Nación, destinado a 30.761 artistas, trabajadores y trabajadoras de la cultura de toda la Argentina.
El mapeo es una reflexión grupal que facilita el abordaje y problematización de territorios sociales, subjetivos y geográficos. "Somos responsables del espacio que construimos socialmente. Se trata de una construcción colectiva, horizontal, permanente, que se va enriqueciendo con cada participación, al mismo tiempo va contando la historia de San Francisco", aseguró en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO el licenciado en Arte y Gestión Cultural, Félix Marcelo Piñero, quien coordinó la actividad acompañado por la presidenta del centro vecinal, Dora Pardo.
Rescatar la memoria
A pesar de ser uno de los barrios más antigüos de la ciudad, El Prado no tiene una historia documentada, por eso el mapeo surgió como una primera iniciativa para recuperarla.
Por el contexto de pandemia y las limitaciones para reunirse, los organizadores decidieron realizar la actividad en la plaza del barrio por el espacio abierto, y trabajaron con ocasionales transeúntes, con la única consigna que pertenecieran al barrio. "Logramos encontrar a vecinos que marcaron el plano, recordaron historias, activamos esa memoria colectiva en y con el lugar", destacó Piñero.
Explicó que este primer mapeo "está enmarcado en un objetivo de más largo aliento que es la construcción de la historia barrial. La simple acción de sacar unos tablones del centro vecinal y colocarlos en la plaza permite encontrarse con el vecino en el espacio común, comunitario. Por eso principalmente tiene un objetivo de integración barrial, que es la base para pensar y desarrollar nuevos proyectos".
Durante la actividad surgieron diálogos, necesidades, ideas, soluciones; cosas que se hacían y ya no se hacen. Piñero afirmó que ante todo lo que va surgiendo "se pregunta qué sucedió, si está bueno retomar esas acciones, se vuelven a repensar las prioridades y básicamente se le otorga horizontalidad a las decisiones".
Contó que durante la actividad "surgió la necesidad de realizar un mapeo técnico de la plaza desde lo paisajístico, esto es, el relevamiento de especies, cuáles están en buenas condiciones, cuáles es necesario curar, etc.".
La información
que brinde este estudio permitirá conocer la historia e identidad del sector.
La impronta de "ecobarrio"
Afirmó que en el acto de narrar nuestra propia historia "conformamos nuestra identidad, y construimos sentido para habitar el territorio de un modo determinado, esto vale tanto para las instancias individuales como para la colectiva".
Explicó que reconociendo las calles -que en este caso llevan nombre de árboles- "descubrimos que en El Prado todo tiene una impronta de ecobarrio, la plaza llamada '5 de Junio' que es el Día del Medio Ambiente, con especies únicas, un museo scout único en su conformación, son algunas de las características".
"Hay diferentes tipos de mapeos con diferentes objetivos, el mapeo es en definitiva una operación de diagnóstico de situación, y los objetivos son definidos por el colectivo, la organización, en este caso el centro vecinal. Pero desde nuestra perspectiva, desborda el diagnóstico dado que opera transformaciones en quienes participan de él", afirmó.
Un buen comienzo para conocer más el lugar
Dentro de la construcción de la identidad del barrio, el mapeo es una instancia y para el centro vecinal es el puntapié inicial para conocer mejor el lugar, su origen, sus historias, lugares y personas.
Dora del Carmen Pardo, presidenta del centro vecinal afirmó que esta actividad "representa un puntapié ideal, para comenzar a conocer el lugar donde vivimos, ubicarnos en tiempo y espacio, saber de las personas y situaciones que nos precedieron, y que son parte esencial de este proyecto".
Aseguró que los vecinos "reaccionaron de manera muy favorable, consultando de qué se trataba la idea e identificando en el mapa barrial los lugares y las historias que recuerdan. En general son muy predispuestos y colaboradores de todas aquellas iniciativas que se presenten para mejora del lugar que compartimos".
"Estamos convencidos que las construcciones deben ser colectivas, y dentro de eso, las miradas de los diferentes actores sociales enriquecen el muestreo de la realidad objetiva; por eso desde nuestro centro vecinal desarrollamos constantemente un trabajo colaborativo, mancomunado, generando para ello canales de comunicación y de trabajo con las diferentes instituciones de la comunidad, que deseen sumarse a nuestras propuestas", destacó la vecinalista.