San Francisco Expone
Compromiso y liderazgo: la trayectoria de Juan Carlos Carisio en el agro local
La Sociedad Rural se alista para una nueva edición de "San Francisco Expone". En el centro de esta importante muestra se encuentra Juan Carlos Carisio, quien ha sido su gerente desde 1980. Su trayectoria de más de cuatro décadas lo han consolidado como un referente destacado en el sector.
La Sociedad Rural de San Francisco se prepara para una nueva edición de "San Francisco Expone", un evento que marca la pauta en la agenda agropecuaria, industrial y de servicios de la región. Juan Carlos Carisio, gerente de la Sociedad Rural desde 1980, es la figura emblemática detrás de esta tradicional muestra. Su trayectoria y compromiso con la institución lo han convertido en un referente indiscutible en el ámbito agropecuario.
Juan Carlos Carisio asumió el cargo de gerente de la Sociedad Rural en 1980, y desde entonces ha sido testigo y protagonista de la evolución de la exposición. "Han pasado muchos años y hemos vivido varias exposiciones, cada una con su propio desafío y aprendizaje", comenta Carisio. En sus inicios, la muestra se realizaba en espacios más reducidos, entre el Salón Verde y el Salón Rosado, pero con el tiempo, la necesidad de más espacio se hizo evidente.
El hermanamiento de San Francisco con la región italiana de Piemonte en 1995 permitió posteriormente la construcción del Salón Piemonte, al que se sumó años más tarde, el Pabellón Azul, destinado a la parte ganadera. "Hoy en día, casi el 80 % del predio está dedicado a la exposición de maquinaria y tecnología agropecuaria", explica Carisio, subrayando la importancia de adaptarse a las nuevas demandas del sector.
Un camino inesperado
A pesar de su profundo vínculo con el agro, Carisio no proviene de una familia de productores. Su experiencia en la Ganadera de San Francisco y su conexión con los miembros del directorio de la Sociedad Rural le abrieron las puertas para asumir la gerencia. "No soy dirigente rural ni tengo campo, pero siempre he estado rodeado de gente que ha hecho mucho por la actividad", señala.
La trayectoria de Carisio en la organización de exposiciones está llena de anécdotas. Recuerda con nostalgia los almuerzos de socios y expositores bajo una carpa que reunía a más de 1.000 personas. "La lluvia siempre parece acompañarnos en esos días", bromea, aludiendo a un año en particular en el que casi se pierde la carpa durante una cena. "Esas situaciones, que en su momento fueron problemáticas, hoy se convierten en recuerdos entrañables", añade.
Sin dudas, la exposición del Centenario de la ciudad en 1986 marcó un hito en su carrera. "Fue una exposición bisagra que convocó a toda la fuerza de San Francisco. Se adelantó la fecha y se trasladó al Centenario, lo que permitió mantener un nivel alto en las exposiciones posteriores", recuerda con orgullo.
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Carisio destaca la importancia de la participación de distintas entidades y gremios en la organización de la muestra. "Desde el Centenario, la exposición comenzó a organizarse con otras entidades como, el Centro Empresarial y de Servicio, la Cámara de la Madera, la Cámara de Comercio Exterior y la Asociación de Industriales, lo que le dio un tono organizativo distinto", explica. Esta apertura ha permitido que la Sociedad Rural se mantenga relevante y en contacto con la comunidad.
La organización de "San Francisco Expone" es un proceso complejo que requiere atención a cada detalle. Juan Carlos Carisio explica que la preparación comienza meses antes, pero que muchos aspectos deben resolverse en el momento. "La mayoría de las cosas se tienen que resolver día a día. Uno programa, pero siempre hay imprevistos", señala.
En la actualidad, la tecnología ha transformado la forma en que se organiza la exposición. "Hoy, la mayoría de los trámites se hacen por WhatsApp, lo que facilita la comunicación", comenta Carisio. Esta evolución ha permitido que la muestra se adapte a las necesidades de los expositores y del público.
“Hay que hacer las cosas con compromiso"
Carisio describe el proceso de organización de la exposición como un trabajo en constante evolución. "No se cocina, se va armando", dice con una sonrisa. En los días previos al evento, la actividad se intensifica. "En pocos días van a empezar a llegar máquinarias porque no pueden venir la semana antes. Después llega el tráiler de tal expositor porque tiene que traerlo con anticipación y luego empiezan a venir los cabañeros para el ingreso de los animales", explica.
Sin embargo, aclara que hay cosas que no se pueden prever con meses de anticipación. "En una exposición, la mayoría de las cosas se tienen que resolver ahí. Es decir, no puedes prever qué va a pasar. Sí, lo programas, pero las cosas en una exposición se tienen que ir resolviendo día a día", agrega.
Desde que Carisio asumió la gerencia, ha sido testigo de numerosos cambios en la organización de la exposición. "Fundamentalmente, lo que ha cambiado es la tecnología, y la tecnología también en la comunicación", dice. En los años 80, era todo muy lento y se usaba papel, pero con la llegada del fax, se dio un gran paso. "Era un adelanto, parecía que estábamos en la gloria", recuerda.
Hoy, la comunicación ha cambiado radicalmente. "Ahora todos los pedidos van por WhatsApp. No existe más el sobre con la invitación. Antes nosotros repartíamos sobres en la ciudad, más de 200 sobres iban a los comercios, y se tiraban debajo de la puerta", explica Carisio, subrayando la evolución en la forma de comunicarse y organizar.
Recuerdos de su primera exposición
Cuando se le pregunta sobre su primera exposición, Carisio recuerda que, aunque el trabajo era similar al de ahora, las dimensiones eran mucho más pequeñas. "Indudablemente que había posiblemente el mismo trabajo que ahora, pero eran más chicas las primeras exposiciones. Estábamos hasta en el tema gastronómico, porque organizábamos el almuerzo de los expositores", relata.
"Desde alquilar la carpa, la silla, el servicio gastronómico, y elegir el menú cuando comprábamos nosotros las cosas para hacerlo. Pero después se fue tercerizando, se fue contratando. La cosa fue cambiando como todo, pero siempre hay algún imprevisto para tratar, en una exposición siempre", concluye.
A lo largo de su trayectoria, Juan Carlos Carisio ha tenido el privilegio de recibir a varios presidentes en la exposición. Entre los mandatarios que han visitado la muestra, se destaca la presencia de Raúl Alfonsín durante la celebración del Centenario de la ciudad. En octubre de 2005, Néstor Kirchner también estuvo presente, reafirmando la importancia de la exposición en el contexto nacional. Además, Carisio recuerda la visita de Fernando de la Rúa en 1999, en el marco de la Mercoláctea, otra muestra relevante que se llevó a cabo en el predio de la Sociedad Rural.
Sin embargo, Carisio no solo evoca las visitas de presidentes en su gestión. También rememora la inauguración del Pabellón Verde en 1964, cuando el entonces presidente Arturo Illia visitó la exposición, un evento que marcó un hito en la historia de la Sociedad Rural. Asimismo, menciona la visita de Agustín Lanusse en 1971, quien también tuvo la oportunidad de recorrer el predio durante su paso por la ciudad.
Los gobernadores, sin importar su afiliación política, también han estado presentes. "La tribuna de una exposición o de una sociedad rural significa, para el gremialismo, fijar pautas y reclamos, y por otra parte, el dirigente político toma contacto directo con su público. Así que han venido los gobernadores de todos los partidos políticos, incluso los militares también", agrega Carisio, destacando la relevancia política y social del evento.
Trayectoria profesional
Antes de asumir su rol en la Sociedad Rural, Carisio tuvo una carrera variada. Ni bien egresado como perito mercantil del Colegio Nacional San Martín comenzó a trabajar en la empresa Constructora Incom, que en los años 70 realizó la obra de pavimiento en el sector sur de la ciudad. A la vez que inició sus estudios en la carrera de ingeniería en construcciones en la Universidad Tecnológica Nacional. Cursando hasta tercer año e integrando el centro de estudiantes.
Con la inauguración de LV 27 Radio San Francisco comenzó a trabajar en el servicio informativo de la misma, a la vez que hacia notas para la revista Tribuna hasta el año 74, sin embargo, tras cumplir con el servicio militar en la Armada Argentina. A su regreso comienza a trabajar en la Ganadera de San Francisco. Simultáneamente, se desempeñó como auxiliar administrativo en el Enet Nº 1, hoy conocido como Ipet 264 “Teodoro Astegiano”. Durante su tiempo en la institución, se realizó el trámite para que se designara al colegio con el nombre de quien había sido su director, un proceso que se llevó a cabo bajo la gestión del entonces ministro de Educación de Córdoba, Juan Carlos Maqueda, actual integrante de la Corte Suprema de Justicia.
Retirado de la Ganadera de San Francisco hizo un breve paso por el Banco del Interior y Buenos Aires, una entidad que ya no existe, ubicada en Boulevard 25 de Mayo al 1900 pero pronto se dio cuenta que su vocación estaba en el campo. "Yo era más para estar dando vueltas, no estar encerrado", confiesa Carisio, y al poco tiempo tras la vacante en la gerencia de la Sociedad Rural, fue convocado por personas que conocían su trayectoria y su forma de ser.
Un compromiso inquebrantable
Desde que asumió el cargo, Carisio, quien además ejerce desde 1979 como martillero público ha dedicado su vida a la Sociedad Rural. "Sigo trabajando", afirma con determinación, dejando claro que aún no ha pensado en el retiro. Nacido el 14 de enero de 1953, mantiene una energía contagiosa y un deseo inquebrantable de seguir contribuyendo al desarrollo del sector. "Las cosas se dan por añadiduras. Todavía va bien si uno puede, mientras uno tenga el físico que le dé... No me gusta estar quieto. Yo ando todo el día", señala.
Su compromiso con la Sociedad Rural es evidente. Carisio enfatiza la importancia de hacer las cosas con dedicación y sentido de pertenencia. "Hay que hacer las cosas con compromiso y hay que tener sentido de pertenencia a donde uno está", aconseja a los jóvenes que se inician en el sector.
La historia de Juan Carlos Carisio es un testimonio de cómo la pasión, el compromiso y la dedicación pueden transformar no solo una carrera, sino también una comunidad entera. Con la mirada puesta en el futuro, sigue siendo una figura clave en el desarrollo del sector agropecuario en la región, demostrando que el amor por lo que se hace es el motor que impulsa el éxito.