¿Cómo se relaciona la salud de los dientes con la de la mente?
Cuando algo no está bien en nuestra mente, se refleja en la salud bucal. Pueden aparecer caries, problemas de encías, lesiones en tejidos blandos, disminución de la saliva, entre otras patologías. La odontóloga Mónica Lamberghini del Círculo Odontológico de San Francisco y Zona explica en qué consiste esa relación y cómo prevenir.
Isabel Fernández|LVSJ
La salud mental está muy relacionada con la física, por lo tanto, todo lo que ocurra en la cavidad bucal también puede ser consecuencia de algo no está bien en la mente.
Los pacientes con alguna patología mental tienen, en general, una pobre higiene bucal, y en ocasiones se requiere de la colaboración de otra persona que lo ayude a mantener una mejor salud. Cuando la autoestima se altera por ansiedad o depresión, aparecen manifestaciones en la boca como la disminución de la saliva y problemas en encías, en casos graves hay descuido de la higiene en general que impacta en los dientes.
¿Qué enfermedades en la boca pueden sufrir las personas con mala salud mental?. ¿Qué hacer para prevenir?. La odontóloga Mónica Lamberghini (MP-6058) del Círculo Odontológico de San Francisco y Zona explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO que entre las patologías más comunes en los dientes en estos casos se encuentran las caries, enfermedad de las encías, lesiones en tejidos blandos, entre otras. No dejar de visitar al odontólogo, ayuda a prevenirlas.
Explicó que la consecuencia inicial del descuido "es la presencia de placa bacteriana, que, acumulada en el tiempo, va modificando el ecosistema y la respuesta de los tejidos".
"La flora bacteriana habitual va cambiando, comienza la colonización de cepas más destructivas; la capacidad de la saliva de regular el PH bucal frente al ataque ácido, también se ve disminuida; las posibilidades de defensa de los tejidos blandos, se reducen, y todo esto puede producir diferentes tipos de lesiones, que variarán en frecuencia y gravedad, de acuerdo a cada organismo", añadió la odontóloga.
Advirtió que las patologías más frecuentes son "un aumento considerable de caries, como también enfermedad periodontal (enfermedad de los tejidos que sostienen y protegen a las piezas dentarias: encía y hueso). También se observan lesiones en tejidos de revestimiento, como en paladar, lengua y carrillos (parte interna de las mejillas)".
En los pacientes con alteraciones mentales, además de la deficiente higiene, "contribuyen a la aparición de algunos signos, como agrandamiento de encías y síndrome de boca seca, algunas medicaciones que se utilizan en sus tratamientos, que obviamente no pueden ser suprimidas, pero que, optimizando la higiene bucal, se logran reducir", dijo.
Visitar al odontólogo para prevenir
Lamberghini aconsejó a la comunidad "no dejar de hacer las consultas periódicas de control, que no esperen a que aparezca algún signo o síntoma para acudir a consultorio. Muchas lesiones se podrían evitar si se hace prevención".
Por otro lado, "de la misma manera en que nos bañamos, y nos cambiamos la ropa a diario, hacer una correcta higiene bucal. No es suficiente la frecuencia, sino la calidad del cepillado, con técnicas acordes a la realidad de cada uno, como la posición de sus piezas dentarias, si tiene coronas, puentes, o implantes, si es portador de prótesis removible, como también la realidad de su destreza manual".
"Nunca es tarde para aprender, pueden pedir a su odontólogo que les explique cómo y cuál es la mejor forma de mantener una correcta higiene. La salud bucal es el cimiento fundamental para luego poder edificar, y la cavidad bucal es la puerta de ingreso de absolutamente todo lo que incorporamos a nuestro organismo, por lo cual, debe estar en buenas y sanas condiciones", remarcó.
Lo que dejó la pandemia
La pandemia afectó de gran manera el cuidado de la salud bucal, en algunos casos, porque en la cuarentena los odontólogos no podían atender normalmente en el consultorio, luego se les permitió solucionar solamente urgencias. En otras situaciones, muchas personas evitaban asistir a la consulta por miedo al contagio. Todo esto provocó la interrupción de muchos tratamientos, y el agravamiento de algunas enfermedades bucales.
Esta situación desconocida con la que tuvimos que aprender a convivir también afectó la salud mental trayendo angustia y ansiedad en las personas. "En algunas personas, la ansiedad generó el consumir más dulces y/o harinas, por lo que hoy estamos viendo que se incrementaron las consultas por caries", advirtió Lamberghini.
Agregó que también "aumentaron los casos de alteraciones a nivel oclusal (el tipo de mordida) por bruxismo, que es un mecanismo involuntario de descarga emocional de tensiones y estrés, lo que genera desgastes, movimientos y hasta fracturas de las piezas dentarias, dolor en las mismas, dolor a nivel de la articulación mandibular y cervical, cefaleas, dolor de oídos, zumbidos, y a veces, hasta mareos o vértigo".