Cómo es ir al dentista en medio de la pandemia
Los odontólogos son algunos de los profesionales con más riesgo para el contagio de Covid -19 por estar en contacto con zonas muy sensibles a la transmisión del virus. Los consultorios se volvieron más minimalistas y la precaución es impoluta, para cuidarse ellos y cuidar a sus pacientes.
Por Isabel Fernández|LVSJ
Atención restringida, odontólogos y pacientes vestidos como "astronautas", nadie en la sala de espera, ni las revistas, medidas de higiene y la atención, ahora más flexibilizada en nuestra ciudad, con un protocolo estricto de bioseguridad.
La pandemia de Covid-19 trajo muchos cambios en la vida cotidiana y afectó el tratamiento de distintas patologías. La odontología es una de las prácticas con mayor riesgo de contagio, trabajan en la boca, justo donde comienza esta infección respiratoria.
En San Francisco no hay circulación del virus y hasta el momento se detectaron cinco casos. En el consultorio de los dentistas es indispensable la utilización del kit de bioseguridad ya que cualquier paciente puede ser portador del virus y contagiarlo.
Los cambios son muchos y afectaron no solo a los pacientes, sino a los profesionales que tienen un mayor tiempo operativo, menos turnos y un elevado costo de los materiales.
En el consultorio del odontólogo Jaime Bracamonte (MP-6150), como en todos los de la ciudad, reina la higiene estricta y no hay pacientes esperando, ni revistas para leer. Todo es esterilizado como en un quirófano.
Antes de entrar y enfrentar el sillón, paciente y profesional pasan por un ritual de desinfecciones y la colocación de distintos elementos de protección.
Menos es más: consultorios minimalistas
Bracamonte, que integra el Círculo Odontológico de San Francisco y la Región, explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO que con la pandemia los cambios se produjeron desde el primer contacto con el paciente que se hace ahora vía telefónica.
"En este primer encuentro se realiza un interrogatorio para saber cuál es la dolencia y de esa forma decidir la atención, ya que no podemos atender cualquier prestación sino que debe discernise sobre qué patología y tipo de urgencia tiene el paciente", dijo.
Tras determinar la atención, se da una cita al paciente que debe cumplir un protocolo estricto de higiene desde el ingreso a la sala de espera y el consultorio. "Se utilizan antisépticos en la entrada, lavado de manos y solo pueden estar el paciente y el odontólogo -afirmó-. El paciente no puede venir acompañado, excepto casos especiales como discapacitados o algún niño con urgencia".
Además, no debe haber mucha circulación de personas, en la sala de espera hay una sola silla y no hay revistas para que el paciente no tenga contacto con muchos objetos. "Se trata de que el consultorio sea más minimalista o sea que no haya tantos objetos que puedan ser contaminados y tocados", indicó Bracamonte.
En el consultorio y sala de espera todo es minimalista, para evitar tanto contacto con objetos. "Si bien el odontólogo ya estaba acostumbrado a estos cuidados, ahora se intensificaron", aseguró Jaime Bracamonte
Menos pacientes y mucha desifección
Los tiempos operativos cambiaron también, ahora por jornada se atienden unos 5 pacientes, cuando antes de la pandemia la cantidad era bastante más. La atención es espaciada, porque entre cada paciente se debe desinfectar el consultorio y sala de espera.
El odontólogo dijo que se dan menos turnos "porque de esa forma se pueden llevar adelante los cuidados antes de la llegada del paciente y después de la atención".
La desinfección del consultorio y sala de espera se realiza con antisépticos en todos los objetos con los que toman contacto el odontólogo y el paciente al entrar como manijas, botones, etc.
"Todos los instrumentales y envases que contienen los materiales a utilizar son sanitizados antes y después del uso con cada paciente, además de todo el material descartable. Todo eso nos asegura que el virus no pueda ser transmitido entre el paciente y el odontólogo y del profesional a otros pacientes", remarcó.
Cómo son los kits de bioseguridad
Los kits que se usan por el protocolo -establecidos por el Colegio Odontológico de Córdoba en forma conjunta con el Centro de Operaciones de Emergencia (COE)- deben ser usados por el paciente y el odontólogo para evitar la posible transmisión del virus. Además varían de acuerdo a la práctica que se va a realizar.
Bracamonte aclaró que los kits "varían de acuerdo a la práctica que se debe realizar, no es lo mismo una simple consulta y medicación a una cirugía o restauraciones donde se producen aerolizaciones por el uso de la turbina".
Un kit básico consta de: para el odontólogo, bata, barbijo, protección ocular con una máscara o anteojos, gorro o cofia, guantes y protectores para el calzado; a los pacientes en ciertos casos se les coloca una bata y el babero tradicional. Según el caso hay otros elementos que se agregan. El costo promedio de los componentes es de $ 1.550.
"Si bien el odontólogo ya estaba acostumbrado a estos cuidados, ahora se intensificaron porque el Covid se transmite por la aerosolización (se produce cuando el virus se mezcla con gotas en el aire y forma aerosoles) y no como el sida que se contagia por la sangre. Trabajamos en la cavidad bucal que es donde se puede expulsar el virus", dijo.
Se priorizan los casos más graves
En cuanto a las patologías, se atienden primero a las que ponen en mayor compromiso al paciente esto es cuando necesitan cirugías o las que causan mucho dolor. "Esperamos que el tiempo operativo del odontólogo que está mucho más reducido pueda servir para aquellos pacientes que lo necesitan, se tratan de postergar atenciones que tienen que ver con estética y no por dolencias. Cada profesional debe decidir qué tienen que atender".
Añadió que a partir de las primeras flexibilizaciones se comenzaron a atender patologías de menor compromiso como restauraciones de prótesis o programar cirugías en caso de dolencias que cuando se inició la pandemia no tenían urgencia pero ahora si la tienen.
Aumento en los costos fijos
El trabajo de los odontólogos sufrió una alteración en su normal desempeño por los tiempos operativos con la atención de menos pacientes en la pandemia. Esto influye en los costos fijos del odontólogo afectadps por el mayor tiempo que ocupa cada prestación.
"Los costos de los materiales odontológicos, la mayoría importados, sufrieron un aumento considerable ya que los costos se manejan en dólares y sufrimos una devaluación importante", recordó Bracamonte.
Agregó que al mismo tiempo la mayor demanda de varios materiales que antes no eran utilizados masivamente como guantes, barbijos, materiales descartables y de sanitización "hizo que sufran un incremento notorio en los precios".
"Todo eso hace que la prestación odontológica en sí, ya sea por los materiales y el tiempo operativo tenga un mayor costo y sea absorbida en gran parte por el profesional", advirtió el odontólogo.
Recordó que se debe tener en cuenta que actualmente "se rompieron todas las cadenas de pagos y las compras son prácticamente de contado, entonces se produce un problema en el momento que el odontólogo tiene que afrontar estos costos fijos, que las obras sociales retribuyen a los 60 ó 90 días. Eso elevó de manera importante el costo para el odontólogo de mantener el consultorio abierto".
En cuanto al kit de bioseguridad muchas obras sociales ya lo están cubriendo, otras lo cubren parcialmente y algunas deciden hacerlo por reintegro. Bracamonte remarcó que son "indispensables para la atención, si bien en la ciudad estamos en zona blanca y hasta el momento no hay circulación del virus tenemos que tratarnos y cuidarnos como si así fuera, cada paciente puede ser portador del virus y transmitirlo aunque no lo sepamos".