Análisis
Centro Cívico: el compromiso se mantiene
Aunque ahora lo atraviesen vehículos, sigue siendo la referencia más importante de San Francisco. Es un atributo de nuestra identidad y, por ello, se mantiene el compromiso de cuidarlo y preservarlo para las generaciones futuras.
El principal paseo sanfrancisqueño cambió definitivamente de fisonomía. Se inauguró la obra que une las avenidas del Libertador Norte y Sur, atravesando el Centro Cívico de la ciudad y que permite el paso de vehículos por nuestra plaza más representativa.
Según se ha señalado desde la municipalidad, esta reforma proveerá una serie de beneficios. Por caso, mejorará la conexión y permitirá una comunicación entre el sur y el, aliviando el tránsito en las arterias cercanas; permitirá la recuperación de un movimiento peatonal en días puntuales o por eventos específicos; optimizará la transitabilidad de autos, motos, bicicletas y peatones; integrará el patrimonio histórico con las demandas contemporáneas de urbanización y movilidad; entre otros.
No hay dudas de que, no sin polémicas, el espacio principal del Centro Cívico se ha transformado. La construcción de la Tecnoteca, la reforma de la fuente, un nuevo espacio verse en cercanías del monumento a San Martín y la apertura al tránsito vehicular son intervenciones urbanísticas que cambiaron sustancialmente el paisaje más céntrico de San Francisco y le otorgan una nueva impronta. Quizás más adecuada a los tiempos que se viven, quizás acordes a necesidades que antes no existían.
En este marco, se espera que con la habilitación del tránsito vehicular y la posibilidad de cerrarlo cuando la celebración de efemérides patrias u otras convocatorias populares así lo requieran otorgue un dinamismo singular a un espacio del que los sanfrancisqueños debemos seguir sintiéndonos orgullosos. Porque en el último medio siglo ha sido espacio un espacio de reunión y socialización. Y también un área urbanísticamente moderna que distingue a la ciudad de otras similares, en las que sólo una plaza central se establece como hito referencial.
Desde aquel recordado concurso arquitectónico que tenía como fin darle una nueva fisonomía al centro de la ciudad luego de la erradicación de la estación ferroviaria, la erección de todo el Centro Cívico estableció –en distintos momentos, pero siempre con el mismo criterio- las bases de un sector transformado en símbolo de San Francisco y su gente.
Hace algunos años, en esta columna, se escribió que “los hechos principales de la historia sanfrancisqueña de las últimas décadas han tenido en el Centro Cívico a su lugar de realización. La comunidad toda lo asume como una referencia ineludible tanto en su trabajo como en su esparcimiento”. En virtud de la trascendencia que tiene para la vida de toda la sociedad sanfrancisqueña, la reforma que hoy se inauguró es un hecho que marcará una bisagra en la historia de nuestro principal paseo.
No obstante, aunque ahora lo atraviesen vehículos, sigue siendo la referencia más importante de nuestra ciudad. Es un atributo de nuestra identidad y, por ello, se mantiene el compromiso de cuidarlo y preservarlo para las generaciones futuras.
