Causa Casermeiro: una condena que marcó el año judicial

La hipótesis del móvil del crimen se pudo probar: una disputa económica, aunque la defensa de Gette insistió hasta el final con que quedaron cabos sueltos en la causa.
La condena a prisión perpetua impuesta a Gerardo Gette (60) marcó el año judicial en San Francisco. Era uno de los juicios más esperados.
El 15 de noviembre, la Cámara del Crimen halló a Gette autor material del homicidio de Daniel Casermeiro (61), ocurrido en diciembre de 2019, y concluyó que actuó con alevosía. El fallo fue dividido: siete votos por la condena perpetua y tres jurados populares se inclinaron por la absolución del acusado ante el principio de la duda.
¿Por qué motivo lo mató?: le debía plata y no podía devolvérsela. Agobiado por la deuda, urdió y ejecutó el asesinato, citan, básicamente, los fundamentos de la sentencia.
En tanto, la condena quedará firme cuando se resuelven todas las apelaciones; la defensa de Gette presentará un recurso de casación al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) al considerar que "la causa vino siempre mal barajada y con cierto tenor de duda. Hay incógnitas que la Fiscalía nunca probó".
Quedaron misterios sin resolver: ¿dónde está el arma homicida?; ¿dónde está la remera roja con la pipa de Nike que Gette vestía el día del hecho?, ¿se deshizo de ella?, ¿qué pasó con el celular de la víctima?, nunca los encontraron; ¿Gette estaba solo al momento de ejecutarlo?
La sentencia se basó en las pruebas que sustentaron el móvil económico en el asesinato del médico ginecólogo y que guiaron la instrucción de la causa: Casermeiro fue ejecutado a traición de un disparo en la nuca por una cuestión de dinero. Gette tenía una deuda con él, se encontró ante la realidad que no tendría el dinero para pagarla y lo mató.
El día que Gette habló: "Era mi mejor amigo"
Si bien Gette mantuvo el silencio durante todo el desarrollo del debate y desde su última ampliación indagatoria, a fines de diciembre 2019, declaró en la última jornada del juicio en su contra y en la previa a la sentencia. Apuntó contra la Policía y dijo que el médico "era su mejor amigo", y que no tenía motivos para matarlo.
"Están tocando de lleno mi vida que tengo arruinada desde el primer día, tanto yo como mi familia. Soy inocente, el doctor Casermeiro era mi amigo y ni siquiera pude hacer el luto", dijo en su alocución de más de media hora.
Hizo referencia a la amistad que mantuvo con Casermeiro: "Estaba en el mejor momento de la amistad con el doctor, era una amistad sana y no por plata. No me hacía falta a mí, yo le hacía falta a él porque el doctor estaba muy solo. Yo era su confidente", adujo.
Manifestó que antes se abstuvo de declarar porque "desde el primer momento perdí el respeto por la policía". Y agregó: "No uso armas, nunca las usé. Hay muchas cosas oscuras que no sé del doctor. Yo no sabía todo de él".
Momentos clave del juicio
Audiencia. Más de 20 testigos pasaron durante las cuatro primeras jornadas del debate oral y público. La familia de la víctima no se presentó como querellante.
Deudas. Varios de los testimonios escuchados abonaron la hipótesis de que el móvil del homicidio fue una deuda que Gette tenía con Casermeiro por un departamento en Brasil. Y confirmaron que el ahora condenado no era solo un "presta nombres o un datero" que buscaba oportunidades de inversión para Casermeiro, sino que también acudía a su ayuda económica cuando él tenía que cerrar alguna operación.
Escuchas. Los investigadores que atestiguaron se apoyaron en evidencia como mensajes que días antes de desaparecer Casermeiro le había enviado Gette insistiéndole por un dinero: "Te estoy llamando a los dos teléfono, atendeme. Necesito la plata", reveló una de esas escuchas horas antes del hecho.
"Un cazador de negocios". Casermeiro "era un apasionado de hacer negocios, no era una persona fácil de engañar. Era sumamente reservado", coincidieron familiares y amigos que pasaron por el juicio. La fiscalía en su alegato lo definió como un "cazador de deudas, de oportunidades de negocios".
Perfiles: la declaración de un perito psicológico de la Policía de Córdoba identificó en la personalidad de Gette "impulsividad, cierto grado narcisista y de egocentrismo; falta de empatía aunque puede simularla"; capacidad de "manipular las relaciones". Sostuvo que Casermeiro fue "un objeto para una utilidad, un beneficio". Y explicó que el campo de maíz donde lo asesinaron de un tiro en la cabeza era una "zona de confort, un lugar conocido" por el homicida.
"Flechado" y cámaras. Tras ejecutar a Casermeiro al costado de la ruta vieja camino a Luxardo, Gette tomó el BMW y lo abandonó en entre los maizales de un campo sobre la ruta 1, en San Francisco. Desde allí, regresó caminando bajo el sol hasta calles Iturraspe y Vélez Sarsfield, donde estaba su camioneta. El bronceado exagerado llamó la atención de los investigadores y de un conocido que declaró que cuando le preguntó al respecto, Gette respondió que había estado toda la tarde en el techo de su casa arreglando el tanque de agua. Pero esa coartada se desmoronó cuando las imágenes de las cámaras de seguridad cerraron el círculo de mentiras.