Casco, alcohol y accidentes

La toma de conciencia comunitaria es condición necesaria para empezar la reversión de un estado de cosas que sigue llevándose jóvenes vidas.Mientras tanto, los dramas persisten, la repercusión es efímera y parece que todo sigue igual.
El fiscal que lleva adelante la investigación del accidente que le
costó la vida a un joven motociclista de nuestra ciudad el pasado 30 de junio,
ocurrido en la intersección de Sarmiento y Libertad, pronunció severos
conceptos en torno a dos problemáticas que llevan años discutiéndose en la
ciudad: el uso obligatorio del casco en los conductores de motos y el conducir
vehículos bajo los efectos del alcohol.
El doctor Alberione reclamó más controles en horas de la madrugada y penas más severas para quienes infringen las normas que regulan estas conductas y que están vigentes desde hace mucho tiempo. Al calificar a estas situaciones como "un problema social terrible", el fiscal puso en palabras lo que viene ocurriendo desde hace años y que se transforma, sin dudas y tal cual lo afirmó, "en un riesgo para toda la comunidad".
Hace más de 25 años que está en vigencia la ordenanza que determina el uso obligatorio del casco protector para los motociclistas. Si se suma la cantidad de víctimas fatales y heridos graves en todo este lapso, se llegará a la conclusión de que la anomia es tan seria y elocuente como la falta de resultados en la aplicación de la norma y en su control. Varias administraciones municipales no han conseguido éxito en ello. Por ineficacia en los controles, por circunstancias atribuibles a cuestiones de índole político -se prefiere en muchos casos evitar los "costos"- y también a la indiferencia social frente al riesgo que significa no portar casco cuando se maneja una motocicleta.
En lo referido a la conducción bajo los efectos del alcohol, la Asociación Luchemos por la Vida sostiene en uno de sus estudios que "está científicamente comprobado que, de los tres componentes que interactúan en el sistema del tránsito, el hombre, el vehículo y el ambiente, que involucra los caminos, su señalización, el clima, etc., es el primero, el hombre, el causante principal de los siniestros de tránsito en, al menos, el 85% de los casos". En buena parte de los casos, los protagonistas son conductores alcoholizados. Basta recorrer los hospitales que atienden accidentados durante los fines de semana en el país para certificar que se trata de un flagelo alarmante.
Por todo esto, las advertencias formuladas por el fiscal de delitos complejos deberían resonar fuerte. Porque la toma de conciencia comunitaria es condición necesaria para empezar la reversión de un estado de cosas que sigue llevándose jóvenes vidas.Mientras tanto, los dramas persisten, la repercusión es efímera y parece que todo sigue igual.