Casa Bailo, la empresa familiar que lleva más de medio siglo como repuesteros
Con motivo de celebrarse el Día del Repuestero en el país rescatamos la trayectoria de una empresa familiar con 50 años de presencia en el rubro: Casa Bailo.
Casa Bailo es un negocio histórico y tradicional de la ciudad donde se encuentra y combina lo antiguo y lo moderno para todo tipo de automóviles.
El local está emplazado en calle Iturraspe 1437, tiene más de 50 años de presencia en este rubro, que hoy tiene a la segunda generación al frente.
Todo comenzó con José Aníbal Bailo, que a los 22 años se animó a incursionar en este segmento con potencial en el país. En aquel entonces tenía un socio del cual tiempo después se independizó para embarcarse en solitario. Junto con su esposa Ana María se mudaron del local que antiguamente funcionaba sobre calle Moreno y llegaron al de Iturraspe para no moverse más.
Hoy el matrimonio sigue yendo al negocio todas las mañanas, aunque dejaron paso a la organización que llevan adelante de forma activa sus hijos: Gerardo, Gustavo y Paula.
La actividad diaria se complementa con el trabajo en el mostrador, donde siempre están Luis y Matías, dos empleados históricos. En definitiva, todos tienen la camiseta de un local cuyos pilares son la familia, historia y amistad con clientes y vendedores.
Tradición familiar
Casa Bailo no siempre estuvo en el mismo lugar, ni fue solo de esta familia pero con el tiempo formó su identidad propia y esa mística se trasladó a una nueva generación. A los 22 años, José Aníbal Bailo empezó a trabajar como repuestero automotor, profesión que lleva adelante en esta empresa desde hace más de medio siglo de forma ininterrumpida.
"Esta fue la casa de un hermano del fundador de la ciudad, José Bernardo Iturraspe. Funcionaba como sótano para juegos y eso, decían, lo llevó a perder el local", comenta el dueño de la firma. Según dijo, siempre le gustaron los "fierros" y encontró en la electricidad del automotor un rubro donde trabajar.
A lo largo del tiempo, su trabajo fue mutando y Casa Bailo se adaptó a nuevas necesidades.
"La clave - dice Gerardo, que está al frente de la administración - se encuentra en la utilidad que tiene el repuesto para el vehículo que lo necesita".
Los hermanos mamaron el oficio de repuesteros desde que eran pequeños, impulsados por un colaborador de su padre que "los hacía ir para conocer de qué se trataba el negocio".
Nuevos desafíos
"En Casa Bailo - explican sus administradores - trabajamos mayormente en electricidad del automotor y encendido, repuestos de autos, camiones y maquinaria agrícola para cualquier tipo de marca y modelo".
En el camino hicieron nuevos clientes, conocieron otros vendedores pero hay gente que siempre estuvo, por eso destacan que así como se acercan personas nuevas también las hay fieles desde hace al menos 40 años.
Asimismo poseen un catálogo de repuestos completo y amplio: "Tenemos cargados repuestos para 75.000 artículos porque a diferencia de los autos, los repuestos cambian varias veces en el año. Antes se conseguía lo que se podía pero ahora las fábricas nacionales tienen más aire, fabrican cosas buenas tanto en lo original y alternativo que en algunos casos llega a igualar la calidad".
Lejos de aquellos tiempos en que José Aníbal iba a Buenos Aires a comprar repuestos, donde los viajantes realizaban visitas en forma más periódicas, Casa Bailo sigue firme en este rubro a través del trabajo que realizan sus hijos.
¿Cuál es el secreto?, les preguntó este diario: "Nuestra idea es tratar al cliente como amigos, mantenernos en contacto y ofrecerles un trato cordial", respondieron.