Cáncer de cuello de útero: por qué el Pap y la colposcopia son claves para prevenirlo

Solo alrededor del 5% de las lesiones que provoca este virus con el tiempo pueden convertirse en cáncer. El tiempo estimado que tarda una lesión en desarrollar un cáncer es entre 10 y 20 años. Por eso es importante realizarse el chequeo anual.
El 93 % de los casos de cáncer de cuello de útero se pueden prevenir realizando un papanicolau (PAP), colposcopía y el test de VPH anual. Con turnos y días especiales, respetando los protocolos por el coronavirus, la Liga Argentina de Lucha conta el Cáncer (Lalcec) San Francisco retomó a fines de julio pasado la realización de PAP y mamografías.
En ese marco lanzaron la campaña de prevención del cáncer de cuello de útero recordando en las redes sociales la importancia de la realización de los chequeos anuales.
Los estudios se realizan a mujeres que no cuentan con obra social y la institución, en el marco de la pandemia, trabaja los lunes, miércoles y viernes de 16 a 19, los martes y jueves se desinfectan las instalaciones.
El cáncer de cuello de útero es el segundo más frecuente entre las mujeres, después del de mama. Se trata de un crecimiento anormal de las células del cuello del útero causado por algunos tipos de VPH, un virus muy común que se transmite por contacto sexual.
Solo alrededor del 5% de las lesiones que provoca este virus con el tiempo pueden convertirse en cáncer. El tiempo estimado que tarda una lesión en desarrollar un cáncer es entre 10 y 20 años.
A nivel mundial se diagnostican 500.000 casos anuales, con una mortalidad de 250.000 casos anuales, es decir del 50%, debido a que su diagnóstico se realiza en etapas avanzadas de la enfermedad.
Detectar las células malas a tiempo
La médica tocoginecóloga Anabella Boretto (MP-38315; ME-20096) que colabora con Lalcec afirmó a LA VOZ DE SAN JUSTO que el cáncer de cuello es una de las pocas enfermedades malignas que podemos evitar que suceda.
¿Por qué no aparecen los síntomas en forma temprana?. Boretto explicó que no genera síntomas "porque inicialmente la enfermedad afecta de manera microscópica a las células del cuello, generando lesiones precursoras. Éstas no son malignas, pero si las diagnosticamos nos dan la posibilidad de realizar tratamiento y evitar que avance a una célula tumoral".
De ahí la importancia de realizar el papanicolau y la colposcopía con fecuencia, ya que cuando aparecen los síntomas, ya el cáncer suele estar avanzado. "Los síntomas más frecuentes son el dolor y el sangrado durante la relación sexual, y flujo con sangre maloliente. La principal causa del cáncer de cuello uterino es la infección por el virus del HPV, que produce lesiones precursoras", dijo la doctora.
En ese sentido destacó que las pruebas como el papanicolau (PAP) y la colposcopia son métodos de screening a toda la población, que"permiten diagnosticar estas lesiones cuando son muy recientes y así poder realizar tratamiento oportuno".
Agregó que también hay otras pruebas. En caso de tener un resultado de PAP o colposcopia alterados,"se realiza una biopsia de cuello uterino para confirmar el diagnóstico ya sea de lesión precursora (lesión intra epitelial) o de carcinoma invasor. Otro estudio de gran ayuda es la resonancia magnética en los casos confirmados de cáncer".
Hacerse el chequeo aún en pandemia
La emergencia sanitaria no debe frenar los controles para prevenir este cáncer que se deben seguir haciendo con los cuidados necesarios para poder diagnosticar a tiempo, antes de que esté establecida la enfermedad o esta sea muy inicial y así ofrecerle al paciente un tratamiento oportuno, con menos complicaciones y mejor calidad de vida.
Según las recomendaciones de la guía de Nación, el control debe realizarse en pacientes:
● Mayores de 21 años
● No antes de los 3 años de iniciada las relaciones sexuales.
● Luego de dos controles con PAP y colpo normal, el control se extiende a los 3 años.
● No realizar en mayores de 65 años con controles previos normales.
● No realizar en pacientes sin útero, siempre que la causa no haya sido una patología maligna.
● En mayores de 30 años, que no hayan iniciado las relaciones sexuales, deben iniciar el control solo con pap.
"Estamos atravesando un momento epidemiológico muy complicado, pero que no nos debe paralizar. En el cáncer de cuello deútero son milímetros lo que diferencian a un tumor inicial, que requiere de una cirugía simple, a un tumor avanzado que va requerir de cirugía más agresiva o de quimioterapia y radioterapia", destacó la doctora Boretto.
Recomendó a las mujeres que anualmente se realizan el control, "sin presentar ninguna alteración, ni síntomas nuevos, que pueden posponer el chequeo hasta que pase el pico de la pandemia. Pero aquellas que no realizaron sus controles anuales, que estén en control por alguna patología o presenten síntomas nuevos, no deben dejar de consultar".
"Por el momento los consultorios funcionan con normalidad, tomando las medidas y cuidados pertinentes. Además, algunos profesionales nos sumamos a la telemedicina, para contar con una herramienta más de atención", finalizó.