Campeones de la vida

Los subcampeones continentales Alejandro Kunkel y Ana Belén Bertello, un espejo en el que todos deberíamos reflejarnos.
El deporte adaptado permite a sus practicantes ampliar entornos, generar encuentros. La persona con discapacidad tiene la posibilidad de demostrar sus capacidades en un contexto en el que se mueven compañeros y rivales en situaciones similares. Permite iniciar el camino para gestionar algunas limitaciones y facilita su inserción en la sociedad.
En este marco, dos jóvenes deportistas sanfrancisqueños tuvieron destacada participación en los Juegos Parapanamericanos Juveniles que se llevaron a cabo en Bogotá, Colombia. El judoca Alejandro Kunkel y la voleibolista Ana Belén Bertello consiguieron la medalla de plata en sus respectivas disciplinas.
Kunkel protagonizó tres combates y solo cayó en la final frente a un rival chileno. Bertello formó parte del vóley sentado femenino que fue derrotado en el match decisivo por Brasil, en un reñido encuentro. En ambos casos, los dos jóvenes fueron protagonistas de las competencias que disputaron y dejaron bien en alto el prestigio del deporte de la ciudad.
Se consagraron subcampeones en el referido certamen. Pero son vencedores desde hace mucho tiempo. Kunkel es no vidente y Bertello sufrió la amputación de una de sus piernas siendo niña. Sin embargo, nada los detiene para seguir aspirando a cumplir sus sueños y a practicar deporte y destacarse a nivel panamericano. Acompañados por sus familiares, entrenadores y amigos han sabido insertarse en disciplinas deportivas complejas incluso para quienes no sufren problemas físicos y han desarrollado capacidades sobresalientes.
Ambos valoran al deporte como elemento central en sus vidas. Ha sido, para ellos y para numerosos otros niños y jóvenes con discapacidad, un camino para la inclusión. Un sendero de aprendizaje también. De crecimiento y desarrollo. Debieron y deben superar obstáculos con esfuerzos. Se enfrentan no solo a sus rivales sino también a la indiferencia con la que -en reiteradas ocasiones- los trata la sociedad. Saben que cada competencia deportiva replica muchas de las situaciones que a diario deben enfrentar.
Pese a todos estos condicionamientos, se destacan y se transforman en ejemplos para una sociedad descreída, angustiada por momentos, desesperanzada. Son estos jóvenes los que muestran que el rumbo es distinto. Su ejemplo permite vislumbrar otro horizonte en el que el esfuerzo y la tenacidad son valores indispensables.
En los Juegos Parapanamericanos Juveniles de Bogotá, estos chicos se propusieron un logro. Lo alcanzaron: son subcampeones continentales. Finalizaron con éxito la tarea deportiva que debían llevar a cabo. Con ello, llegaron a un punto de plenitud, de felicidad que contagia. Su fortaleza, su alegría de vivir, el agradecimiento que expresan hacia su familia y quienes los acompañan se convierten en un espejo en el que todos deberíamos reflejarnos.Estos jóvenes deportistas son campeones de la vida.