Campaña 2022-2023 frente a una de las “peores sequías”

El Consejo Agroindustrial Argentino manifestó su "enorme preocupación" por las consecuencias económicas y sociales que podría generar este fenómeno" en el país.
El Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) alertó sobre "la posibilidad cierta" de que la Argentina "enfrente una de las peores sequías de las últimas décadas" durante la campaña agrícola 2022-2023.
La entidad agroindustrial, en un documento, señaló que "la falta de precipitaciones, bajas reservas hídricas, y los pronósticos climáticos con lluvias limitadas para los próximos meses aumentan la posibilidad de enfrentarnos a una de las peores sequías de las últimas décadas".
Ante esa situación, el CAA manifestó su "enorme preocupación" por las consecuencias económicas y sociales que podría generar este fenómeno" en el país, debido que afectaría "el funcionamiento de las cadenas de valor agropecuarias, agroindustriales y principalmente de las economías regionales".
"Una de las zonas más afectadas sigue siendo las provincias del noreste argentino (NEA), donde las producciones yerbateras, cítricas y forestales aún se están recuperando de los incendios y la sequía extrema que fue noticia a principios de año", sostuvo la entidad.
"En el centro del país, la producción de legumbres, la floración para la producción de miel, y la disponibilidad de pasto para algunas cuencas lecheras ha sido un punto crítico", agregó el documento.
Por su parte, en la zona cordillerana "la disponibilidad de agua para riego también sigue siendo escasa, por lo que preocupan los rendimientos productivos potenciales, así como el aumento de los costos energéticos que requiere su gestión", advirtió el CAA.
"La falta de precipitaciones, bajas reservas hídricas, y los pronósticos climáticos con lluvias limitadas para los próximos meses aumentan la posibilidad de enfrentarnos a una de las peores sequías de las últimas décadas".
Ante este panorama, alertaron "sobre las graves consecuencias que puede llegar a tener la presencia de una tercera Niña consecutiva sobre la cosecha de granos, las producciones de carne, leche y las economías regionales".
Por lo que alertaron que si no se registran lluvias en el corto plazo, las pérdidas en la producción afectarán seriamente a las empresas agroindustriales.
Por último señalaron que "escenarios como el actual ponen de relevancia la necesidad de desarrollar una política integral para la gestión de los riesgos a los que se enfrentan estas producciones, con una Ley de Seguro Agrícola y la actualización de la Ley de Emergencia Agropecuaria entre sus prioridades".
Diez millones de hectáreas más
bajo sequía,
en agosto
La falta de
lluvias es una constante este año en gran parte del país. En este sentido, el Servicio
Meteorológico Nacional informó que en agosto creció en 10 millones de hectáreas
la superficie bajo sequía. Este relevamiento
se desprende de la Red de Organismos Científico Técnicos para la Gestión del
Riesgo de Desastres (GIRCyT) que realizó un monitoreo de la superficie total.
El trabajo arrojó que la sequía moderada se expandió en la región núcleo hacia
el norte de Buenos Aires y sur de Entre Ríos. Por otra parte,
en el norte el área de sequía incluyó también al este de Formosa. De esta
manera, la sequía afecta a un total de 126.583.782,18 hectáreas y un stock de
10.791.580 cabezas de ganado bovino. Las lluvias más
importantes se registraron en la Mesopotamia, norte de Patagonia y región
central del país durante agosto. Sin embargo, la sequía se extendió sobre el
resto de la provincia de Buenos Aires. El informe del
SMN reveló déficit de humedad en gran parte del centro y oeste del país. Sin
embargo, detallaron que se dio una mejora en el Litoral. Por su parte, los
valores de humedad son muy bajos en Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos
Aires. El estudio del
SMN reveló que los índices de vegetación muestran anomalías negativas en el
centro del país: San Luis, Córdoba, norte de La Pampa, sur de Santa Fe y norte
de Buenos Aires. También se incluyen Formosa, este de Salta, oeste de Chaco y
Santiago del Estero. Otro factor que
afecta a la vegetación son los incendios en el Delta del Paraná. A este
escenario se suma la bajante del río Paraná, que está por debajo de lo
habitual, pero mejor que el año pasado.