“Cambiemos no existe, gobierna el PRO”
Ricardo Alfonsín visitó San Francisco y entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO defendió la "identidad propia" del radicalismo para intervenir y frenar políticas liberales del gobierno de Macri.
Por
Mauricio Argenti
Ricardo Alfonsín se mostró nuevamente muy crítico hacia la gestión de gobierno que encabeza el presidente Mauricio Macri y abogó por la implementación de "un gran acuerdo nacional" que involucre no solo a todas las fuerzas políticas sino también a los movimientos sociales y sindicales para encontrar una salida a la crisis que vive el país.
Asimismo se diferenció de las autoridades nacionales al dejar en claro que "Cambiemos no existe" y señalar luego que en el país "gobierna el PRO".
El dirigente radical estuvo ayer en nuestra ciudad para participar de la asunción de las nuevas autoridades del comité circuito local de la Unión Cívica Radical (UCR), encabezadas por Francisco Muratore. En la previa dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO.
-¿Qué aporte puede hacer el radicalismo dentro de Cambiemos?
Estamos en una situación difícil. Los indicadores sociales de hoy son los mismos de 2015 e incluso algunos empeoraron. Hoy no tenemos cuatro años por delante, no existe la luna de miel y personalmente creo que la responsabilidad del partido tiene que ver con la necesidad de persuadir al PRO acerca de que se hace indispensable convocar al diálogo social y político que abarque un gran acuerdo social como ocurrió luego de la crisis de 2001. Esa debería ser la tarea de nuestro partido, de manera prudente para que nadie piense que lo queremos capitalizar. Es necesario convencer al PRO sobre la necesidad de hacer esta convocatoria porque más allá de ser una debilidad es un gesto de fortaleza política.
Alfonsín: "Nosotros somos una coalición electoral que contribuyó a que gane el PRO y tenemos que garantizarle gobernabilidad pero también podemos influir en las decisiones".
-¿Por qué dice que este es el gobierno del PRO?
Porque no es una coalición de gobierno. Cambiemos no existe, es un significante vacío porque está integrado por partidos que piensan distinto e incluso a veces de manera contradictoria. Hasta 2015 todos pensábamos que esa era la riqueza de Cambiemos pero después parece que lo valioso pasó a ser la unanimidad. En segundo lugar, en el país no gobierna Cambiemos, gobierna el PRO, lo dijo el presidente Macri. Pero eso no significa que nosotros no tengamos no solo el derecho sino la obligación de evitar que se cometan errores en las decisiones, de influir en el rumbo de gestión para equilibrar el sesgo liberal que pudiera tener, formular iniciativas desde nuestra propia identidad e incluso dijimos que no íbamos a acompañar aquellas cuestiones que pensemos que no son buenas. Este es un frente electoral en el que se reunieron fuerzas distintas porque se dieron ciertas circunstancias históricas que si no hubieran existido no se habría podido hacer.
-Dentro de esta descripción que usted hace, ¿el radicalismo se encuentra más cerca de la oposición que del oficialismo?
La relación entre las distintas fuerzas que integran Cambiemos no fue impuesta por el PRO. Nosotros no hicimos lo que dijimos que íbamos a hacer. Al celebrar el acuerdo, además de decir que nos íbamos a aliar con el PRO, manifestamos todo lo que acabo de decir. El PRO no impuso las reglas del juego respecto de qué derechos y obligaciones tiene cada una de las partes. El partido (por la UCR) se autocolocó en esta posición pensando que hacer lo que había dicho que iba a hacer era algo peor que la enfermedad, pero nunca dieron una explicación acerca de por qué dejaron de tener una actitud diferente a la que dijimos que íbamos a tener. Creo que ahora deben estar entendiendo que las actitudes acríticas y el seguidismo son un remedio peor que la enfermedad.
-¿Cómo pueden hacer para mantener el equilibrio entre la sana crítica y la intención de intentar conservar la paz social interna dentro del Cambiemos?
Nosotros no gobernamos, gobierna el PRO. Nosotros somos una coalición electoral que contribuyó a que gane el PRO y tenemos que garantizarle gobernabilidad pero también podemos influir en las decisiones. La manera de lograr el equilibrio es haciendo conocer las diferencias y saldándolas en el caso de que nadie pueda convencer a nadie que la mejor idea es la suya.