Cámaras: si funcionan, son necesarias para que todos vivamos más seguros
La ciudadanía ya no discute el valor de estos instrumentos que podrían limitar algunos aspectos relacionados con la libertad de las personas, porque su función es vital cuando la inseguridad golpea o cuando se producen situaciones tan dolorosas como la que tuvo como víctima a Bernarte.
El conmocionante ataque al intendente municipal Damián Bernarte ha disparado repercusiones para todos los flancos. En tiempos de redes sociales y vertiginosa circulación de la información, se hace difícil distinguir entre lo importante y lo que se remite a expresiones vacías y fuera de lugar. Por fortuna, la recuperación del jefe comunal continúa, lo que constituye la instancia más positiva en medio del fárrago intrincado de un tema que sacudió a toda la opinión pública.
En este contexto, el fiscal de Delitos Complejos, funcionario que está a cargo de la investigación de este suceso y de muchos otros que han tenido repercusión social, hizo una advertencia que merecería ser atendida. Se refirió, en declaraciones a este diario, al valioso aporte de información que dieron las cámaras de seguridad de algunos inmuebles privados y a las fallas que se evidenciaron en el no funcionamiento o la falta de alcance de algunos de estos dispositivos de vigilancia que formarían parte del servicio público.
En el marco de su reflexión sostuvo que "hay mucho por trabajar en materia de seguridad" y añadió sobre las falencias del sistema de cámaras: "No soy quien decide, pero sí quien investiga los hechos y necesito un aporte importante que me está costando tenerlo". En este caso, la queja se funda en que, si no hubiesen existido los domos privados, habría sido más complicado avanzar en la pesquisa.
Vale recordar que en otros episodios que se investigaron, las cámaras de seguridad oficiales fueron determinantes para lograr resultados positivos. En junio pasado, por ejemplo, el mismo fiscal Alberione destacó el aporte de las ubicadas en Brigadier Bustos al 200, cercanas a una ferretería donde se había cometido un crimen. "Fueron determinantes para llegar a los supuestos responsables del hecho", había señalado.
Tanto en uno como en otro caso, queda expuesto que la función de las cámaras de seguridad es vital cuando la inseguridad golpea o cuando se producen situaciones tan dolorosas como la que tuvo como víctima al intendente municipal. Se desprende, entonces, que se hace necesario garantizar el correcto funcionamiento de todos los domos y contar con suficiente personal especializado que alerte sobre algún hecho sospechoso y procese de manera expeditiva la información que las imágenes proveen.
Frente a episodios como los comentados, no cabe duda que la instalación de videocámaras en las calles se ha convertido en un elemento central para la prevención. La lucha contra el delito no puede escatimar en insumos tecnológicos que permitan disuadir o reprimir el accionar de quienes pretenden vivir al margen de la ley. La ciudadanía ya no discute el valor de estos instrumentos que podrían limitar algunos aspectos relacionados con la libertad de las personas, porque -si funcionan y se utilizan como corresponde- son herramientas necesarias para que todos vivamos más seguros.