Debate abierto
Caballos sueltos: polémica tras el fallo que exime de responsabilidad al municipio
“Esta sentencia es un desatino jurídico enorme. Le da una indemnidad al municipio, quien debe controlar, prevenir y sancionar", cuestionaron desde Bio Animalis.
La problemática por la presencia de caballos sueltos en las calles de San Francisco volvió a cobrar relevancia esta semana, luego de que un reciente fallo judicial desestimara una demanda contra el municipio local por un accidente vial causado por un equino. La sentencia generó críticas inmediatas, especialmente desde sectores vinculados a la protección animal y al derecho público.
El Juzgado Civil, Comercial y Familia de 3° Nominación, a cargo del juez Carlos Ignacio Viramonte, rechazó una demanda por daños y perjuicios presentada por un motociclista que había colisionado con un caballo en una zona periférica de la ciudad, un domingo al anochecer. El siniestro le provocó al conductor una incapacidad permanente del 18% de la total obrera.
El juez argumentó que, si bien el municipio tiene la obligación de retirar animales sueltos para garantizar la seguridad vial, esa responsabilidad no se activa automáticamente. Según explicó en su fallo, el hecho debe ser “previsible o presumible”, es decir, debe existir una denuncia previa que haya puesto en conocimiento al municipio sobre la presencia del animal en la vía pública.
“Más allá de una actitud precautoria genérica, no puede imputarse una omisión irregular al Estado municipal si no tenía conocimiento de la existencia de un animal suelto”, señaló Viramonte.
Además, agregó que “la falta de servicio se configura si, frente a la presencia de un animal y una denuncia previa, el municipio no actúa. Pero en este caso no hubo advertencias, denuncias ni llamadas al 103”.
La sentencia, que aún no está firme, provocó el rechazo de Gretel Monserrat, abogada especializada en derecho animal y presidenta de la Fundación Bio Animalis, quien consideró que el fallo sienta un precedente peligroso.
“Esta sentencia es un desatino jurídico enorme. Le da al municipio una carta blanca para desentenderse de su deber de control. Según este criterio, todo es imprevisible, todo es caso fortuito, y así el Estado queda sin responsabilidad”, afirmó Monserrat.
En su análisis, la letrada destacó que el municipio no solo tiene competencia sino también una ordenanza propia que lo obliga a actuar ante la presencia de animales en la vía pública. "Se está naturalizando una omisión estructural del Estado. El problema no es nuevo, ni desconocido: hay antecedentes, denuncias y hasta reclamos vecinales reiterados", remarcó.
Desde sectores ciudadanos también se renovaron las voces que reclaman una política pública sostenida, con mayor vigilancia, patrullaje, sanciones a los responsables de los animales y, especialmente, medidas preventivas para evitar este tipo de hechos que ponen en riesgo vidas humanas y animales.
Mientras el fallo sigue su curso y se analiza la posibilidad de apelación, la ciudad queda una vez más ante el espejo de una problemática crónica: animales sueltos, rutas sin control, y un conflicto legal en el que las responsabilidades institucionales siguen en debate.