Buenanueva defendió la intervención de religiosos en el discurso político
Consideró que en un año electoral "las voces se multiplican" no solo desde el arco político sino desde distintos sectores de la sociedad civil.
El obispo de San Francisco, Córdoba, monseñor Sergio Buenanueva, dijo que con la apertura de las sesiones parlamentarias comenzó un año electoral donde las "voces se multiplican" en la Argentina y defendió la intervención de los religiosos en el discurso político.
"Hemos entrado de lleno en un año electoral, viendo el calendario de elecciones municipales, provinciales y las nacionales, asoma realmente un fuerte vértigo. Muy argentino, por otra parte", sostuvo el prelado conocido por su homilías con fuerte tinte político.
Aclaró que "seguramente se irán multiplicando las voces, tanto de quienes participan en las lides electorales como de ciudadanos u organizaciones de la sociedad civil".
"Es bueno que así ocurra, ya que vivimos en democracia y la argentina, es una sociedad que va creciendo en pluralidad.
Queremos ser una sociedad abierta y plural, con muchas voces que se den cita en el espacio público", aseguró el obispo.
Además señaló que "seguramente también, a ese coro de voces, por momentos un poco desafinado y caótico, se sumarán también las voces de representantes de las religiones. Obviamente, las voces de los obispos católicos, sea individualmente o en grupo por regiones o la misma Conferencia Episcopal", opinó.
"Se impone una pregunta, ¿qué derecho y competencia tenemos los obispos católicos de hacer oír nuestra voz en materia política? Podríamos extender la pregunta a otros campos como la cultura, la economía, lo social, etcétera", planteó.
En respuesta, expuso algunas ideas: "Un obispo es, ante todo, un ciudadano. Tiene el derecho de expresarse libremente sobre cualquier tema. Incluso si no es competente para ello. ¿Podemos imaginar una sociedad abierta, libre, plural y viva sin que todos los que la componemos no hagamos sentir nuestra voz?", se preguntó.
"Hoy se tiende hacia una laicidad positiva, que supere aquella visión que valora a las religiones como nocivas y, por ende, busca recortar su espacio de acción. La laicidad positiva valora el aporte a la convivencia que las religiones realizan y procura que puedan hacerlo", explicó.
Sostuvo que "un obispo católico, por ejemplo, puede intervenir en los debates públicos ofreciendo su palabra como una voz junto a otras, tratando de formular su discurso en términos comprensibles y fundados, incluso si manifiesta el trasfondo religioso de sus afirmaciones".