Sociedad
Brinkmann, generadora de empleos y sabores
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La historia de Ercilio Perini y su fábrica de quesos reviven como un símbolo de trabajo, tradición y superación. A partir del relato oral de su hija Yleana, se reconstruye el legado de una empresa pionera en la industria quesera local, que supo marcar época entre 1930 y 1948.
Comisión Archivo Histórico de Brinkman
Los quesos frescos y sabrosos se disfrutaron de muchas maneras. En Argentina la industria quesera comenzaba a ser un importante sector que contribuyó a la economía nacional.
Este texto fue escrito a partir del relato oral mediante entrevista a Yleana Estela Perini de Giacosa de 95 años de edad, quien rememora hechos del pasado de su familia.
Ercilio Orlando Perini, un inmigrante italiano nacido en la región de Lombardía, arribó a Brinkmann en el año 1930. Habiendo pasado anteriormente por poblados como Sarmiento y Ataliva, decidió instalarse en esta localidad junto a su esposa Catalina Brizio y sus hijos Ovilio e Yleana, quien aún se encontraba en gestación; años más tarde nació Ítalo para consolidar la familia.
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Ese mismo año, Mateo Gandolfo - Materin - tenía una fábrica de caramelos y de dulce de leche,que se encontraba muy afectada por la crisis de la época, y le ofreció a Ercilio incorporar la actividad que él ya desarrollaba como productor quesero. De esta manera, conformaron la Sociedad “Perini-Gandolfo”, ubicada en la intersección de las calles Güemes y Averaldo Giacosa (Ex J.Mármol), sitio donde actualmente se ubica la planta fabril de La Piamontesa S.A.
A lo largo de los años, la Sociedad fue evolucionando bajo distintas denominaciones: “Perini y Cía”, “Perini – Seeber” hasta quedar como “Perini”, nombre con el cual operó hasta su cierre definitivo en 1948.
El Sr. Massimello tenía su propia fábrica de quesos ubicada en la calle Pte. Perón, esquina Buenos Aires. De forma simultánea, compartían con Don Ercilio la actividad de la producción quesera. En 1940, Massimello falleció y su familia le ofreció su fábrica a Ercilio. Así, la quesería de Perini se trasladó al sector este de la localidad de Brinkmann, y funcionó desde 1940 a 1948. Entre los trabajadores que desempeñaron tareas en la quesería se encontraban personas de apellido Camusone, Seeber, Frencia - conocido como Candy - Salazza y Moreno.
La materia prima se obtenía de campos y tambos cercanos a Brinkmann.Los quesos elaborados se comercializaban a empresas como La Paulina y a otra de la ciudad de Rafaela, posiblemente Molfino. Las variedades de quesos que se producían eran de tipo para rallar y Tybo.
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Yleana recuerda con mucho amor y nostalgia esta historia que forma parte de su identidad. Su padre, un hombre que a fuerza de sacrificios y trabajo constante buscaba para sus hijos aquello que a él le fue negado: una vida mejor, con mayores oportunidades y el derecho a estudiar una profesión.
En 1949, durante una carrera de autos en Rafaela, una tragedia marcó a Ercilio y familia; ellos perdieron a sus hijos Ítalo y Ovilio, e Yleana a sus hermanos.
En ese entonces, la familia Seeber - que había constituido una fábrica de quesos en la localidad homónima - conociendo el dolor que rodeaba a Ercilio en ese momento, solía invitarlo a colaborar en la quesería. De esta manera, Ercilio tomaba el ómnibus a la mañana y regresaba por la tarde, encontrando en esa rutina un medio para sobrellevar tanto dolor, brindando sus conocimientos y servicios en el rubro.
Ercilio falleció el 11 de agosto de 1961 en la localidad de Brinkmann a los 69 años.
Este relato surge desde la historia y las emociones, es un testimonio que permite compartir conocimientos de vida, cuyos valores eran de esfuerzo y fundamentalmente éticos.
Agradecemos a la Señora Yleana, a su hija Susana y sus nietas María Eugenia y María Luisa.