Bicicletear por la costa del mar cordobés un atractivo que suma adeptos

Por iniciativa de una miramarense, amantes de la naturaleza y el ciclismo son atraídos a vivir una aventura única y diferente a la par de la Laguna Mar Chiquita: un recorrido que comienza con la puesta del sol y termina con luna llena.
Para los amantes de la bici y la naturaleza, la Laguna Mar Chiquita ofrece una alternativa única y diferente: contemplar el atardecer y la luna llena desde las dos ruedas.
La iniciativa parte de Mariana Zapata, una vecina de Miramar que comenzó a realizar recorridos costeros poco convencionales y los subía a las redes sociales. Así atrajo a los amantes del pedaleo a sumarse junto a ella a esta travesía que con el tiempo fue sumando adeptos.
Desde hace tres temporadas encabeza el proyecto denominado "Pedaleando" por medio del cual congrega a grupos de ciclistas de todo la provincia y provincias vecinas para mostrarles la riqueza natural que ofrece el mar cordobés. Lo que más atrae es el ciclismo nocturno, que en ocasiones como la del pasado viernes, les permite a los ciclistas ver el atardecer a la ida y la luna llena (la primera del año) al regreso.
"Arrancamos a las 19 pero la idea es ver la puesta del sol desde un sector privilegiado de la costa miramarense y al regreso la primera luna llena del año, denominada Luna Lobo", comentó Mariana Zapata a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Fuimos cinco veces de día pero la experiencia nocturna es única e inigualable. Todo es diferente de noche, desde los aromas, los sonidos y la luna reflejando en la laguna cuando recorrés la zona de barrancas es impresionante", expresó.
"La bici te va atrapando cuando descubrís otras realidades. Cambiás el aire, ves la naturaleza desde otra perspectiva", aseveró.
Un grupo a "pura garra"
La pionera en la iniciativa contó que todo surgió desde las redes sociales. "Desde hace tres años empecé a salir sola en bici y subía a facebook las fotos de los lugares inhóspitos a los que llegaba. Esto comenzó a atraer la atención de otros amantes de la bici que me pedían los llevara a esos lugares".
"Así, un domingo hice una convocatoria por las redes y congregamos a 26 personas. La cita fue después del almuerzo y la primera salida fue desde la desembocadura del río Xanaes. Poco a poco fue creciendo el grupo hasta que conformamos ´Pura Garra´".
Según comentó Zapata "Pura Garra" es el grupo de aficionados local, de diferentes edades, que se une a cada travesía y el nombre surge de una anécdota ciclística: "Salimos un sábado en pleno invierno a las 8 de la mañana con viento sur a 30 kilómetros por hora. Llegamos dos horas después de lo previsto. Ninguno es ciclista profesional por lo que dijimos somos ´pura garra´ y ahí quedó el nombre con el que nos identificamos".
Barro, luna, y aventura en dos ruedas
"Lo de las nocturnas surgió porque nuestros hijos querían salir a pedalear con nosotros y como tenemos un piso de 80 kilómetros y era mucho para llevarlos a ellos, alguien propuso salir desde desembocadura del Xanaes y al regreso ver la luna llena", explicó.
De hecho, el pasado viernes estaba prevista la jornada de ciclismo nocturno que contaba con récord de inscriptos pero debió ser suspendida por las condiciones climáticas aunque no fue impedimiento para los "Pura Garra" que desafiaron al clima y decidieron emprender igual la aventura.
"No pudimos hacer la salida planeada con grupos invitados pero como había gente que se hospedo aquí, y valientes miramarenses entusiasmados salimos a ser felices. Barro, luna, y aventura en dos ruedas", relató.
"Caídas, más barro y solo disfrute junto a los niños por un rato", dijo.
Zapata contó que "para la travesía tenían inscriptos grupos de toda la provincia, de las sierras de Córdoba, que a pesar de salen a pedalear y hacen muchos kilómetros, no tienen la experiencia de salir a rodar nocturno, costero con puesta del sol y luna llena".