Basta de miedos
La contradicción se hace notoria: mientras atacan al sector, continúan disfrutando de los recursos que el campo aporta al país.
Varias figuras públicas, de campos variados como el arte, el periodismo, la gastronomía y alguna organización de derechos humanos, participaron semanas atrás de la campaña "basta de venenos", iniciativa que pretende advertir sobre la utilización de agroquímicos en el campo argentino. Según los promotores de esta iniciativa, se intenta "difundir e instalar esta problemática en sectores más amplios de la población, con el propósito de promover la toma de conciencia sobre cómo el modelo de producción agropecuaria está afectando tanto la salud de productores, trabajadores y comunidades rurales, así como a todos quienes vivimos en las ciudades y al ambiente en general".
La respuesta del campo no se hizo esperar. Bajo el lema "basta de miedos", la Cámara Argentina de Sanidad Vegetal y Fertilizantes y muchos productores agropecuarios se lanzaron a defender su actividad y el uso responsable de los productos que permiten garantizar el desarrollo de los cultivos y, de este modo, mantener el invalorable aporte que el agro hace al país.
La discusión es más propia para ejercerse en una contienda deportiva y no en una temática de esencial importancia para la Argentina. Con caras conocidas y eslóganes de fácil comprensión, pero sin argumentos de peso, algunos grupos sociales pretenden imponer su visión a toda la población. Sin entender, por supuesto, que con el ataque al campo se pone en riesgo la supervivencia misma del país. Y, mucho menos se comprende -o no se quiere hacerlo- el oficio del labrador.
El complejo agroindustrial es la principal fuente de recursos de la economía nacional. Sin las divisas que ingresa el sector, la Argentina colapsaría. Pero lo más importante es que en la actualidad existe tecnología de punta que permite atenuar la aplicación discrecional de agroquímicos, sin que eso repercuta en el estado de un cultivo afectado por la presencia de malezas. Además, la historia del agro nacional registra un hito que algunos sectores no son capaces de reconocer: la aplicación generalizada de la siembra directa, método que permite el cuidado del principal recurso, nuestro suelo.
El sector agropecuario observa las precauciones que deben tenerse a la hora de la aplicación de este tipo de productos. Es el productor el más interesado en cumplir con las recomendaciones establecidas. El mundo entero ha determinado una base científica que determina el uso seguro de los fitosanitarios. La biotecnología es la ciencia del presente, no del futuro: la pandemia así lo ha demostrado.
La contradicción se hace notoria: mientras atacan al sector por el uso de estas tecnologías, continúan disfrutando de los recursos que el campo aporta al país. Por eso, como reflexionó un productor agropecuario en una nota publicada en el diario La Nación, basta de miedos lanzados de modo irresponsable "que buscan profundizar grietas, que intentan enfrentarnos mediante desinformación. Basta de miedos que esconden ideologías y pretenden comunicar una realidad distópica que no existe".