Banda Libre: un viaje de cumbia
La agrupación de la "La Luci"es una demostración cabal de la razón de ser de esta ONG que logró la inclusión desde un estímulo artístico.
Hoy domingo, en el marco del cierre del ciclo 2017 de la "Peatonal de la 25" y mañana lunes en la fiesta de carnaval en el Centro Urbano de Expresión Moderna (Cuem), Banda Libre, la agrupación de cumbia de La Luciérnaga, ofrecerá su show.
Banda Libre, que ya ha transitado seis años de vida, volverá a pisar dos escenarios que pisó en un pasado cercano en una clara muestra de una evolución musical dentro del género que permite empezar a considerar a este grupo no solo como un espacio de inclusión donde la clave es la música, sino como una banda, a veces como una real "big band" de cumbia, capaz de pararse ante cualquier marco de público -desde uno más específico a uno bien amplio- y no solo defraudar, sino también confirmar que suenan parejo, conciso y con capacidad sobrada de afrontar musicalmente cualquier sub género de la cumbia.
En 2017 y justamente este fin de semana, Banda Libre presentará a Micaela en la voz y a Ángel en la percusión, los dos nuevos "banda libre".
Eliana Ocampo, que fuera voz en los inicios de la banda y ahora es bajista, además está a cargo del Taller de Música para Niños que dicta La Luciérnaga. "Llegó gente nueva, se fueron algunos, pero siempre estuvo ahí la esencia. Muchos de los que fueron llegando se incorporaron sin conocimiento musical alguno y por su trabajo, su esfuerzo, lograron ponerse a la par del grupo. Los casos ahora de Mica y Ángel son un ejemplo", cuenta Eliana.
Nahuel Piombo y Matías Figueroa, uno de los vocalistas y el que está a cargo de la timbaleta, son los dos que más años llevan en la formación estable. Piombo acumula 6 y Figueroa, 4. La evolución de ambos arriba del escenario fuer formidable.
Nahuel ahora como un frontman suelto, desinhibido y Matías, desde atrás, desde los timbales le dá un sonido a la banda que por momentos es demoledor. Ellos -dicen- son los encargados de explicarle a los nuevos de qué se trata Banda Libre. Pero además son los que pueden enumerar los cambios y contar cómo era todo cuando empezó y cómo es ahora.
"El primer show grande que dimos fue en el Teatro Mayo y me acuerdo que teníamos un miedo importante. Pero ahora las cosas cambiaron", dice Matías y Nahuel completa: "Ahora es distinto, subimos más tranquilos. Y a los chicos también les va a pasar los mismo, a medida que haya toques y se suban al escenario, el vértigo se les va a ir". Igualmente cuentan que en la última presentación, en noviembre de 2016, a propósito de los 15 años de La Luciérnaga, en el Teatrillo Municipal estaban nerviosos, "porque ese escenario es especial. Siempre tocamos una vez al año ahí. Yo lo siento como una parte más de 'La Luci', es como el vaso de mate cocido y pan que nos dan acá", clarifica Matías.
"La banda ha logrado ganarse el respeto de los músicos de la ciudad. Ya no lo ven más como unos chicos que jugaban a hacer música. No, suben al escenario al mismo nivel que cualquiera".
Todas las cumbias
Mateo Silvestrini y Guillermo Aragón, gutirarrista y voz y tecladista, respectivamente, no son solo los directores de esta orquesta popular, son sus iniciadores. Los que arrancaron con la idea; los que juntaron tachos y botellas para hacerla sonar cuando todavía no había plata para instrumentos; los de la paciencia para enseñar; los de las ganas de que aprendan; los que soñaban con lograr algo como esto que tienen ahora... Hoy los dos siguen ahí de pie, viendo crecer una partitura que cuando empezaron estaba en blanco.
"La banda ha logrado ganarse el respeto de los músicos de la ciudad. Ya no lo ven más como unos chicos que jugaban a hacer música. No, suben al escenario al mismo nivel que cualquiera", expresa Silvestrini.
"Fechas como la de hoy o la del lunes, a los chicos les sirve muchísimo más allá de lo netamente musical. Porque comparten con otras bandas, con la experiencia de otros músicos, con la forma de tocar y eso le da también un enriquecimiento importante que la ha permitido a ellos por ejemplo tener mucho más peso desde lo musical en la banda. No es que solo se hace lo que decimos nosotros o Eli, sino que todo nace desde ellos", explica Aragón.
"Hace dos años -continúa Aragón a modo de ejemplo-, la llegada de Nataly a la banda fue también un punto especial. Además de sumarse como una de las vocalistas, la joven de por entonces 16 años llegó con trompeta bajo el brazo y eso sirvió para dale otro elemento para enriquecer la oferta sonora. La trompeta nos permite a nosotros conseguir otras cosas, darle otro relieve a lo que hacemos, subir el nivel".
En tanto, Banda Libre sigue siendo un espacio en donde lo que ha ganado, sobre todo, fue la inclusión y un ejemplo cabal y bien logrado de cómo es posible esa inclusión desde un estímulo artístico. Pero también es una banda de pibes que al que escucharlos te permite viajar por todos los tiempos de la cumbia y esa sensación de flotabilidad se alcanza cuando lo que se escucha, nos hace sentir eso. Y para poder sentir eso, lo que están arriba del escenario tienen que generarlo.
A Banda Libre hay que entenderla también como eso, como una buena banda de cumbia que se cansa de tumbar adversidades con la potencia de un timbal, un güiro y muchas voces cantando. Esas voces que antes no tenían voz.