Artivismo feminista: artistas y activistas en el teatro

En la lucha incansable, el movimiento feminista usa al teatro como herramienta de transformación, a romper el silencio, a usar al cuerpo de las mujeres como herramienta de lucha, a ocupar otros escenarios que se no ha negado por siglos como es el espacio público.
El teatro debe ser feminista, para romper con estereotipos que sostienen al patriarcado.
La impulsora y referente de Manada Teatro, Belén Lencina dialogó con Voz Mujer sobre este trabajo que rompe con todo y demuestra que el teatro feminista es un grito a la vida.
- ¿Qué es el teatro feminista?
Es el teatro con una perspectiva de género. Significa deconstruir la mirada patriarcal de la cultura del teatro, sus formas de trabajo, los modos de pensar y hacer el teatro, pero también las temáticas. Se trata de cuestionar y deconstruir en teatro como practica cultural, desde la producción hasta la circulación y el consumo de la obra. El teatro como todos los lenguajes del arte están atravesados por la cultura patriarcal. Un claro ejemplo en la producción de obras, el número de directores hombres, los honorarios diferenciados por género, y las temáticas estereotipadas, las representaciones de los cuerpos de las mujeres y los lugares de objetos que suelen ocupar ciertos cuerpos hegemónicos. El feminismo viene a usar al teatro como herramienta de transformación, a romper el silencio, a usar al cuerpo de las mujeres como herramienta de lucha, a ocupar otros escenarios que se no ha negado por siglos como es el espacio público. El teatro debe ser feminista, para romper con estereotipos que sostienen al patriarcado.
- ¿Cómo se comprende el discurso feminista en la actuación?
El artivismo como le decimos muchas feministas comprende el ser artista y activista, militante feminista. Implica que arte es una herramienta de transformación de las desigualdades sociales, de visibilización de las violencias machistas. El feminismo en el teatro habla desde el cuerpo de las mujeres, por eso muchas veces mostrar nuestros cuerpos es una manifestación artística política, nuestros cuerpos han sido imprimidas, ocultadas, maltratadas por siglo que el arte feminista venga a mostrarlos es una forma de volver a apropiarnos de nuestros cuerpos como banderas de lucha. Otro punto interesante del teatro feminista es de los temas que se hablan, esos temas que nunca se hablaron ni se cuestionaron, el rol de las mujeres, su voz, los estereotipos, terminar con el binarismo. Generalmente con el teatro feminista viene el trabajo horizontal y colectivo, como modo de producción de la obra. El teatro feminista es colectivo y horizontal, sin miedo al acoso ni al maltrato de varones. Otro punto que el teatro feminista apunta es los "escenarios" que debemos habitar, que es el espacio público, como sabemos se nos fue negado durante siglos. El espacio público es el principal lugar de circulación y puesta en escena del teatro feminista, por medio del arte y del teatro ocupamos e intervenimos el espacio común, político y público para visibilizarnos, es una conquista del feminismo y cómo no hablar de los temas que nos preocupan a las mujeres, y que debería preocupar a la sociedad, como son los femicidios el ápice de la violencia machista.
"El artivismo como le decimos muchas feministas comprende el ser artista y activista, militante feminista. Implica que arte es una herramienta de transformación de las desigualdades sociales, de visibilización de las violencias machistas", dijo Lencina.
- ¿Cómo es el impacto en el espectador?
En el teatro feminista no busca un espectador que esté cómodo mirando y luego pueda seguir con su vida como si nada. Se busca un actor social que sea parte de la intervención u obra teatral, que se sienta atravesado por lo que está vivenciando que se ponga incómodo, que lo interpele en todas sus dimensiones, como ciudadano, como varón, como mujer, como parte de la performance. Cuando nosotras decimos que incomodamos apuntamos a que luego de vernos, el público se quede pensando que hay cosas que cambiar y que ese "espectador" es parte de la transformación. Sabemos que ese espectador es un agente de cambio más, que está emancipado y que puede transformarse mediante actos de conciencia y deliberación. En San Francisco es difícil este tipo de arte porque la ciudad parece ser bastante conservadora, este tipo de intervenciones en las grandes ciudades ocurren todo el tiempo y que suceda en aquí es fantástico, es contemporáneo, es parte de una revolución artística. Insistimos en estas intervenciones en el espacio público, porque somos conscientes de su capacidad transformadora, desde el nivel personal -te atraviesa como sujeto- hasta el nivel social y colectivo.
- ¿Se trasgreden las normas del teatro clásico? ¿Cuáles?
El teatro feminista viene a cuestionar el modo de teatro que hasta ahora existía, no solo desde los modos de trabajo, dirección y enseñanza, sino a partir de las temáticas que se tocan, las herramientas que se utilizan, los escenarios. Desde el punto que se da entre mujeres, lesbianas, trans, todo cambia, que no haya varones maltratando ni ejerciendo abuso de poder.
- ¿Cómo nace el teatro feminista?
Desde una necesidad de romper el silencio, así como el movimiento Feminista vino a darnos voz, también pasa en el arte. Surge de una necesidad de querer otras formas de arte, de teatro, más colectiva, más horizontal y más política. El teatro feminista, como cualquier otra rama del arte, nace bajo la necesidad de expresarse de manera artística con los modos de pensar, existir y producir arte bajo las nociones del feminismo, a partir de la realidad como motor de la creatividad, y asumiendo la fuerza de la trasformación de esa realidad, definida como machista, patriarcal, capitalista y violenta, que explota los recursos la vida y los cuerpos. El teatro feminista es un grito a la vida.
- ¿Qué significa para el colectivo feminista valerse del teatro como herramienta de lucha?
El feminismo atraviesa todo en la sociedad y en arte no podía faltar. Y también pensándolo como cualquier moviendo que viene a romper estructura, el arte siempre fue una herramienta política social de transformar la cultura, los pensamientos, la vida. Lo que se da en el feminismo con el arte es qué recursos usa, y ahí está la relación, es decir, esto que mencionaba anteriormente, el uso del cuerpo de las mujeres, su voz, los escenarios públicos y los temas que se tratan son banderas de lucha feminista. Y que en un análisis profundo podemos comprender porque se usan esas herramientas. Con Manada tenemos realizadas en San Francisco y la zona, más de 20 intervenciones, obras de teatro, actividades en escuelas, audiovisuales, performance e instalaciones y cortometrajes. Manada busca a través de todos los lenguajes del arte la transformación social.
- ¿Cómo nace Manada?
Nace en el 2015 cuando algunas de nosotras veníamos haciendo teatro y teníamos hambre de que el teatro dijera más, con una mirada más política y movernos en otros escenarios. Así fue como nos invitaron a realizar una intervención en un pub por el 24 de marzo día de la Memoria Verdad y Justicia. Ahí despertó Manada. En 2016 ya comenzamos a organizarnos y a participar en las marchas feministas y actividades de derechos humanos de la ciudad.