Arroito: Miriam Poceiro, una joven con voluntariado como bandera de vida
En entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO, Miriam expresó que "me sorprendió mucho que me hayan propuesto para esta distinción ya que somos 13 mujeres en el cuartel, pero obviamente me llena de satisfacción saber que el seguir adelante tiene su recompensa".
Con la firme intención de ayudar al prójimo, Miriam Poceiro ingresó como aspirante mayor a la Asociación Bomberos Voluntarios cuando tenía tan sólo 16 años, siendo la mujer más joven del cuartel. Dos años después, ascendió al grado de bombero, pasando por muchas horas de capacitación y guardias operativas, pero su salud le jugó una mala pasada en abril del año pasado, con un problema en su columna que le limitó sus capacitaciones y tarea operativa durante seis meses.
Eso no fue obstáculo para Mariam que siguió firme en sus convicciones y nunca se desvinculó del cuartel, sino por el contrario, siguió trabajando en la parte administrativa y hasta que a fin del año pasado recibió la mejor noticia: milagrosamente, su columna se había restablecido y hoy goza de su buena salud.
Esto le permitió retornar a sus actividades habituales en el cuartel donde hoy con 19 años se desempeña como encargada administrativa de la jefatura, bombero e integrante del grupo especial ´búsqueda y rescate´ con canes, operativos".
Por su testimonio de lucha y superación es que la entidad bomberil la propuso como mujer destacada desde este ámbito y fue unas de las 17 distinguidas por el municipio arroyitense días pasados.
En entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO, Miriam expresó que "me sorprendió mucho que me hayan propuesto para esta distinción ya que somos 13 mujeres en el cuartel, pero obviamente me llena de satisfacción saber que el seguir adelante tiene su recompensa".
En este sentido, la joven bombero contó que "desde chica me llamaba la atención cuando sonaba la alarma del cuartel de bomberos, que estaba ubicado frente a la escuela donde yo iba, pero nunca me había animado a sumarme, hasta que un día, llegaron con una charla informativa a la escuela secundaria donde yo cursaba mis estudios y me anoté".
"Días después me llamaron para avisarme que estaba apta para ingresar y a partir de allí comenzó la capacitación hasta lograr mi ascenso como bombero, en febrero del año pasado", recordó.
Continuando con su relato, la joven arroyitense dijo que "a partir de allí fueron muchas las posibilidades que se fueron dando, ya que me tomaron en el trabajo como guardia de emergencia, por lo que además de mi trabajo operativo en el cuartel, recibo llamadas de emergencia" e integro la brigada de rescate con canes operativos".
"Nunca bajé los brazos"
Pero no todo fue color de rosas en su vocación de voluntariado, ya que "en abril del año pasado, en una de las prácticas que estábamos haciendo con los chicos, poniéndome el equipo de respiración autónoma, me da una puntada muy fuerte en la columna y comencé con un gran problema de salud que me obligó a estar paralizada durante medio año, limitando mis capacitaciones y prácticas".
"No fue fácil para mí, porque me gusta mucho lo que hago, pero tuve que sentarme y cuidar mi salud, aunque nunca bajé los brazos", expresó Miriam.
Consultada sobre la mayor satisfacción que le brinda esta vocación, Miriam aseguró que "el ayudar a la sociedad, ver una familia feliz y un niño sonriendo es la mayor satisfacción que me da esta tarea. Muchas veces lograr que las cosas no pasen a mayores, a pesar de no conocer a las familias, es lo más satisfactorio".
Finalmente transmitió su mensaje a otras jóvenes de la comunidad expresando que "hay que animarse, jamás bajar los brazos si algo te gusta, porque si no nunca sabremos cual es nuestra vocación".