Argentina ya conoce a sus rivales

Argentina ya conoce su hoja de ruta para el Mundial 2026. La Selección quedó ubicada en el Grupo J, un cuadro sin potencias europeas, pero con rivales que exigirán atención desde el inicio: Argelia, Austria y Jordania. Tres perfiles distintos, tres formas de competir y un contexto en el que cada detalle tendrá peso específico.

Argelia asoma como el desafío más complejo. Es una de las selecciones africanas con mayor talento individual y presencia en ligas top, con un estilo físico, directo y vertical. Para Argentina significará un examen de intensidad, especialmente en el mediocampo y en los duelos mano a mano, donde los argelinos suelen marcar diferencias.

Austria representa un tipo de amenaza diferente: táctica, paciente y meticulosa. Sus equipos suelen ser ordenados, con estructuras defensivas sólidas y una presión molesta que obliga a jugar con precisión. En un Mundial ampliado, donde los 16avos aparecerán temprano y el margen de error es mínimo, este tipo de rivales puede complicar más de la cuenta.

Jordania completa el grupo como la incógnita. En crecimiento dentro del fútbol asiático, llega con resultados que la avalan como un rival que no debe subestimarse. En un formato nuevo que tiende a generar sorpresas, su presencia obliga a mantener la concentración desde el inicio.

El sorteo también habilita a proyectar el futuro inmediato: si Argentina clasifica como primera o segunda, podría cruzarse en 16avos de final con equipos del Grupo H, donde aparecen España, Uruguay, Cabo Verde y Arabia Saudita. Dos candidatos fuertes —España y Uruguay— podrían esperar desde temprano, configurando un escenario desafiante incluso para una selección acostumbrada a competir al máximo.

En cuanto a la logística, la Selección podría disputar sus partidos eliminatorios en Kansas City, San Francisco y Dallas, tres de las sedes designadas para esa instancia. El factor geográfico, los traslados y la adaptación al clima también serán parte del análisis en un Mundial que se jugará a gran escala.

Para Argentina, el camino ya tiene forma: un grupo accesible en los papeles, rivales incómodos en la práctica y la posibilidad de un cruce de alto voltaje en 16avos. El Mundial 2026 empieza a tomar temperatura, y el campeón defensor ya conoce el mapa inicial de su aventura norteamericana.