Historias
Antonio Baronetto, primer soldado conscripto de la Patria en 1896

Fue uno de los primeros 24.000 jóvenes reclutados para una experiencia que derivó en la aplicación del servicio militar obligatorio.
Arturo A. Bienedell | LVSJ
El 26 de abril de 1958, falleció en San Francisco, a los 82 años, Antonio Baronetto.
Era hijo de padre italiano y madre francesa, nació el 15 de marzo de 1876 en la localidad santafesina de Frank y luego, a los 18 años, se radicó en Castelar.
Siempre dedicado a tareas agropecuarias, se trasladó posteriormente a Esmeralda, donde permaneció hasta 1925, año en que, retirado de sus tareas, se radicó definitivamente en San Francisco en Avellaneda 375.
Al fallecer, Baronetto recibía del gobierno nacional una pensión que se le acordó en mérito a haber sido “primer soldado conscripto de la Patria” en el año 1896, en Cura Malal, donde sirvió a las órdenes del coronel Ramón L. Falcón, que luego fue jefe de la Policía de Buenos Aires, conocido por su firme represión de las protestas proletarias y murió asesinado por el anarquista Simón Radowitsky, el 14 de noviembre de 1909.
En noviembre de 1895, por la Ley 3.318 se llamó a la primera conscripción general de ciudadanos que se puso en marcha el 12 de marzo de 1896. Fue una movilización de 24.000 ciudadanos, cada uno de los cuales recibió el título de “primer conscripto de la Patria”, que junto a 10.000 hombres del ejército de línea realizaron los movimientos para concentrarse en Cura Malal. Las maniobras se realizaron ante una hipotética guerra con Chile, en conflicto que se resolvió por vía diplomática.
La llamada “Primera Conscripción de Cura Malal”, si bien se desarrolló en distintos campamentos del país, concentró el mayor número de ciudadanos en esa localidad de la provincia de Buenos Aires.
Un monumento evoca este hecho y en el propio sitio del campamento original, un monolito recuerda la conscripción. En las inmediaciones se encuentra un cementerio donde fueron enterrados varios de los soldados que fallecieron por las inclemencias del duro otoño y algunas enfermedades de la época.
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En diversas regiones, los soldados fueron instruidos durante 60 días en prácticas militares, incluyendo marchas por terrenos abruptos, instrucción de tiro y maniobras de combate. La brigada de Santa Fe se instaló en la estancia de la familia Cabal, al mando del general de Brigada Ignacio Fotheringham y en Córdoba, en Santa Catalina, departamento de Río Cuarto a cargo del coronel Rosendo Fraga.
Este ensayo, que tuvo alcance nacional, dio las bases al sistema de incorporaciones por clase a las fuerzas armadas que tuvo más de 90 años de vigencia, hasta ser abolido en la última década del siglo XX.
Volviendo a Baronetto, en San Francisco fue reservista en la agrupación “General Paz” y en 1949 recibió una medalla de plata que lo acreditaba como soldado de la primera conscripción argentina. Estuvo casado con Teresa A. de Baronetto con quien fue padre de José Ernesto, Román, Mafalda, Arturo y Aurelia Baronetto con quienes memoraba aquella experiencia castrense que vivió con particular entusiasmo juvenil. La familia creció con sus hijos políticos: Anita Arnoletto, Teresa Bocco, Manuel Galdángelo, Elena Camiletti, Amanda Durán y Oscar Carrizo (esposo de Aurelia), quien en 1997 donó al Archivo Gráfico y Museo Histórico un sillón hamaca de su ilustre padre que está expuesto en una de las salas.