Antonella, la “endoguerrera” que anima a las mujeres a no darse por vencidas
La endometriosis es una enfermedad ginecológica benigna pero crónica, que hasta la actualidad no presenta cura, pero Con un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno, su pronóstico es bueno. En el "mes amarillo" contamos la historia de Antonella Raviola, una sanfrancisqueña que quiere concientizar.
Por Isabel Fernández | LVSJ
La endometriosis es silenciosa, pero causa dolor y sufrimiento en las mujeres que la padecen ya que llevan además un enorme peso personal y social. Es la mayor causa de infertilidad femenina y muchas veces no se diagnostica adecuadamente o se tarda mucho tiempo en hacerlo, situación que provoca serias consecuencias en la calidad de vida.
Antonella Raviola, de 34 años, es otra "endoguerrera" a quien la enfermedad le causó mucho dolor, no solo físico sino también emocional, pero ella no se da por vencida y sigue en la lucha junto a su esposo Marcelo Valverde.
Pasó por varias operaciones, tratamientos y hasta perdió un embarazo de cinco meses, pero todo ese dolor le da la fortaleza de saber que tiene que hacer algo por las mujeres que sufren con cada menstruación. Por eso se unió al grupo "Endo Vida" -integrado por mujeres autoconvocadas que padecen la enfermedad- que educa y difunde sobre la importancia del diagnóstico precoz y un adecuado tratamiento.
¿Qué es? Consiste en la implantación y crecimiento benigno del tejido endometrial (tejido de revestimiento del útero) en el exterior del útero, siendo las localizaciones más frecuentes afectadas la región pélvica y los ovarios, las trompas de Falopio o los órganos próximos al abdomen, como los intestinos, la vejiga o el recto. Ocasionalmente pueden encontrarse lesiones en otras partes del cuerpo como el estómago y el pulmón.
Hoy lunes 14 es el Día Mundial de la Endometriosis y en ese marco Antonella deja un mensaje contundente a todas las mujeres: "No se dejen estar, ante cualquier dolor no hay que normalizar y consultar con un médico. Lo que sufrimos no es normal, la enfermedad no deja solo cicatrices físicas sino psicológicas. Cada vez que menstruamos es un dolor intenso, físico y psicológico".
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, esta luchadora contó su historia y aseguró que decidió formar parte del grupo "para difundir sobre la enfermedad y poder ayudar a las mujeres desde muy chicas para que se informen y hagan un tratamiento".
Embarazo y esperanza
Según los estudios médicos, las mujeres con antecedentes de endometriosis tienen un riesgo mayor de complicaciones en el embarazo, incluyendo hemorragias y parto prematuro. Cuando parecía imposible y tras el diagnóstico de la enfermedad en grado IV, la más comprometida, Antonella quedó embarazada de manera natural, pero a las 20 semanas perdió a su bebé.
A pesar de todo, piensa que Pedro -como lo llamó al pequeño- "fue un milagro" que ahora le da más fuerzas para seguir intentando.
"Comenzamos el tratamiento de fertilidad y cuando estaba esperando los papeles de la mutual quedé embarazada en forma natural, quedamos sorprendidos porque tenía comprometidos los ovarios por la endometriosis era muy baja la posibilidad", contó.
Afirmó que se enteró del embarazo cuando estaba de tres meses. "Todo venía bien pero comencé con pérdidas a los cinco meses, empecé con contracciones y lamentablemente perdí el bebé. Después de eso me diagnosticaron también una debilidad en el cuello del útero, una incompatibilidad cervical".
"Pedro, como llamamos a nuestro bebé, fue un milagro porque con la endometriosis tenía cero posibilidad de quedar embarazada. Ahora vamos a volver a intentarlo ya sea en forma natural o haciendo tratamiento, porque tenemos fe que puede volver a darse, que sea lo que Dios quiera", aseguró esperanzada.
Convivir con el dolor desde muy chica
Antonella tenía dolores muy fuertes desde que comenzó a menstruar a los 12 años, tenía que estar en cama y no podía ir a la escuela. Pero el diagnóstico llegó mucho más tarde y después de muchos estudios.
"Te dicen que es normal, lo que se hace es normalizar ese dolor y no está bien, porque no es para nada normal. Me acuerdo que mi mamá me decía que a ella también le pasaba lo mismo y que se le pasó cuando nos tuvo a mí y a mi hermana", dijo.
Recordó que cuando era chica le hicieron un tratamiento con penicilina "porque supuestamente lo que tenía era una angina mal curada, pero ahora lo relaciono con la endometriosis".
Antonella afirmó que con el tiempo se fueron modificando los síntomas, "al principio era mucho dolor de espalda, después sentía contracciones cuando menstruaba y me tenía que acostar, estreñimiento, hemorragias y las molestias en las relaciones sexuales. El dolor es espantoso".
"Me fui haciendo controles ginecológicos y me encontraban quistes en los ovarios, hasta que un día se me reventó uno y parecía que era un ataque de apendicitis, finalmente me dijeron que posiblemente era endometriosis o el ovario poliquístico. Nunca me hicieron un estudio específico, solo fui controlando los quistes, pero ingresé varias veces a la guardia por el dolor intenso", amplió.
Por fin llegó el diagnóstico
Después de un tiempo de casada no llegaba el embarazo y comenzó con más estudios, ahí en una resonancia descubrieron que tenía endometriosis en un grado IV. "Tenía comprometido los ovarios, vegija, intestinos, era bastante profunda. Cuando estaba por operarme por eso, tuve un accidente y fue así que en un año tuve cuatro cirugías entre la endometriosis y las lesiones por el accidente. También tuve una hernia".
Antonella aseguró que tener un buen acompañamiento de la persona que está a tu lado, de la familia es fundamental, también es importante hablar con mujeres que pasan por la misma experiencia. "Que te comprendan, porque el dolor es tremendo y si no comprenden, es muy difícil de explicar. Es importante tratar de buscar contención. Pueden contactar a Endo Vida donde podemos brindarles información para lograr un buen diagnóstico y tratamiento".
La importancia de acompañar
La mujer es la que sufre en la propia carne y mente las consecuencias de la endometriosis pero para el varón que acompaña también es difícil, se encuentra con el dolor inexplicable de su compañera, con las consecuencias de la enfermedad.
Marcelo Valverde, esposo de Antonella, destacó en esta lucha "la fortaleza de la mujer es impresionante, es la que pone el cuerpo, la garra en tantos estudios y procedimientos invasivos. Esto es admirable y creo que la mujer está mil veces arriba del hombre en todos los sentidos y no es justo que tengan que pasar por todo eso debido a la enfermedad".
"Es importante estar, abrazar, acompañar a las mujeres que pasan por esto, ya sea a tu compañera de vida o una hermana, una madre o una hija", finalizó.