Análisis
Año Nuevo y 109 de vida periodística
LA VOZ DE SAN JUSTO cumple años. Una larguísima trayectoria periodística que hace honor a aquellos valores fundacionales y también a los nuevos retos.
El año nuevo tiene siempre un significado especial para LA VOZ DE SAN JUSTO, pues coincide con la aparición de su primera edición, el 1 de enero de 1915. Desde hace 109 años, como semanario inicialmente y más tarde a diario, se convirtió en el órgano periodístico más cercano a la realidad de San Francisco y todo el departamento.
Venimos sin compromisos a ponernos al servicio de los grandes intereses del departamento San Justo, luchando por su comercio, por sus industrias, por sus instituciones, por sus escuelas, hospitales, fábricas, caminos, señalaba aquella primera nota editorial que, también de manera permanente en más de un siglo, intentó poner en discusión los temas centrales de la vida de la ciudad y la región, así como analizar –a la luz de valores fuertemente arraigados en nuestras comunidades- las problemáticas de la humanidad toda. Así, ese primer texto bregaba porque se comprenda que “el fruto de la energía propia, base de independencia y de carácter, es lo que enaltece al ciudadano”, al tiempo que ratificaba la convicción de una máxima siempre vigente: “Con el trabajo empeñoso todo es realizable”.
Luego de la declaración de principios inicial, LA VOZ DE SAN JUSTO se abocó, de inmediato, a reflejar los problemas y las inquietudes de San Francisco y demás poblaciones de la zona. Así, en su segundo número, el 10 de enero de 1915, la nota editorial se refería a la necesidad de que “la Empresa del Ferrocarril del Central Córdoba proceda al retiro del campo o patio de maniobras de sus trenes”, existente en el centro de la ciudad y también pedía la “construcción de un paso a nivel para que crucen los peatones”. En su tercer número llamó la atención de las autoridades sobre los graves problemas que vivía la localidad de Villa Concepción del Tío, en ese entonces cabecera del departamento San Justo, víctima de inundaciones y del aislamiento generado por los bañados y los pantanos.
Fueron aquellas iniciales prédicas la simiente de la trayectoria periodística de uno de los medios de comunicación más antiguos de la provincia de Córdoba. Se transformó en el basamento de la permanencia y arraigo de un medio de comunicación que va camino a los 110 años de vida. Releer aquellos primeros números de LA VOZ DE SAN JUSTO es una práctica que ilustra los conceptos que permiten comprender la importancia de la labor de la prensa en todos los tiempos.
No obstante, es un hecho que aquellos tiempos no son similares a los actuales. Más de un siglo después, los grandes problemas y aspiraciones tienen raíces de contacto, pero se encuentran con obstáculos por momentos indescifrables. Situaciones que imponen desafíos elevados también al periodismo, no solo por la adopción de las nuevas tecnologías y los modernos soportes por donde hoy discurre la información de interés público. También por la necesidad de reformular aspectos del oficio que imponen el manejo de nuevos lenguajes y la instrumentación de enfoques diferentes en los modos de abordar la información.
Cuando este diario celebró su cincuentenario en 1965 se escribió en esta columna que “la vida del periodista nunca es estéril; cada día tiene frutos nuevos. El que tiene el lector en sus manos, bueno o malo, en la verdad o equivocado, es el producto de nuestros esfuerzos y está dedicado a él”. El “viejo” diario de papel –así como el que se esparce en cada una de las nuevas plataformas con variedad de lenguajes- “tiene casi tantos años como la ciudad, se desarrolló junto a ella, apareció para servir a sus pobladores y recoge en sus columnas las inquietudes, protestas y alegrías de todos ellos”.
Al celebrar 109 años de vida en el momento preciso en el que llega el Año Nuevo, el brindis adquiere el especial significado evocativo de la existencia larguísima de una hoja periodística que hace honor a aquellos valores fundacionales y también a los nuevos retos. Porque no hay dudas de que recopilar datos, capturar citas, interpretar procesos y sentar posición sobre los temas más candentes seguirán siendo las funciones básicas del oficio periodístico. Pero hoy debe sumarse la capacidad de escucha atenta, la innovación y la creatividad. Así también, se hace vital abandonar las trincheras, buscar las herramientas para lograr acercamientos y considerar nuevos enfoques que reconozcan la vida y la relevancia de las personas.