Ana y su pequeña enciclopedia de cumbia ilustrada
Ana Berrone dibuja cumbia. La ilustradora sanfrancisqueña lleva 52 dibujos cumbieros en su cuenta de Instagram y llega a lugares que nunca pensó a los que iba a llegar solo por dibujar. Ana y la re legitimación de un género musical que aunque masivo, suena entre prejuicios.
Por Manuel Ruiz / LVSJ
Una frase de la canción "La Primera del Borracho" de Pablo Lescano y sus Damas Gratis, fue la primera ilustración cumbiera que la ilustradora y diseñadora sanfrancisqueña Ana Berrone (29) subió a su cuenta personal de Instagram. En el dibujo, una piba apoyada en una pared con un gorrito piluso reza "A casa yo no voy, todo se re pudrió, al baile me voy".
Ana no lo significó en ese momento, pero terminaba de reinterpretar gráficamente una de las frases más representativas no solo del máximo referente de la cumbia del año 2000 a esta parte y a la banda de cumbia que sigue siendo banda de sonido de varias generaciones, sino que le dio nueva vida a una de las estrofas de una de las canciones bisagra en la consolidación de Damas Gratis en la masividad cultural argentina. Y la que lo decía, no era un chico de gorra y conjunto deportivo Nike, con pelos largos mojados cayendo sobre los hombros en algún lugar del Conurbano bonaerense, sino una chica que podría ser cualquiera de las artistas que canta trap y rompe records de visualizaciones escuchas en YouTube o Spotify, que a su vez se parece mucho a una chica de 15 años que ayer caminaba por Bv. 25 de Mayo.
Ana se dio cuenta cuando ese, su dibujo completamente anti corporativo, anti indicaciones de cualquier community manager sumaba me gustas y me gustas en la cuenta en que ella comparte su trabajo para empresas y marcas.
"El primero que hice fue a partir de una frase de Pablo Lescano. No lo dibuje a él, dibuje a una chica tomando vino, y la subí en el Instagram donde subo mis trabajos de diseñadora, y pegó un montón, pero medio que se iba un poco de mambo con el resto del contenido de la cuenta. Pero tuvo mucha repercusión y me sirvió a mí para darme cuenta, que me gustaba hacer eso: ilustrar frases de cumbia", rememora Berrone ante LA VOZ DE SAN JUSTO.
Tomar el control
En las historias destacadas de @anadesanfrancisco, la cuenta donde Ana sube los capítulos de la cumbia ilustrada, se puede ver como artistas del género, cuentas vinculadas intrínsecamente al género en redes sociales y personas en general comparten y comparten lo que Berrone dibuja. La cumbia, se sabe, ya no necesita más masividad. La tiene desde hace muchísimos años, incluso antes de que Ana crezca escuchando un ritmo bailable que ha ido mutando, asimilando, creciendo y diversificándose según pasan los años.
Pero Berrone explica que quizás lo que guste de su trabajo es que rompe con una estética, que a pesar de todos los cambios que ha vivenciado la cumbia en lo musical, no deja de ser referencia: la idea de la mujer en falda muy corta, la chala (hoja de marihuana), el conjunto deportivo a la hora de vestir, hitos estéticos de la explosión de la cumbia villera a finales de los años 90 y comienzo del 2000 pueden permanecer, pero se han sumado otros que salen del ideario villero por esa masificación, hasta lugares impensados, de la cumbia. "Cuando decís que escuchas cumbia, te catalogan automáticamente. A mí siempre me gustó, pero parece que, si escuchas cumbia tenes que vivir o haber vivido en la villa, usar ropa deportiva todo el tiempo, pero no. De hecho, yo no soy así y acá estoy, escuchando cumbia todo el día y ahora dibujándola", explica la ilustradora desde su casa de barrio Independencia.
"La mayoría de cosas de cumbia que se veían y ven, eran collages o "flyers" con fotos de los solistas o las bandas, y quizás lo que pasó o me pasó a mi es que cuando empezaron a ver la cumbia ilustrada, por así decirlo, a mucha gente le gustó, la compartían, y me escribían felicitándome o pidiendo remeras. Pasa que una frase de una canción de, por ejemplo, Damas Gratis, con una chala, no se cuanta gente se la pondría, entonces sirvió para que sea si se quiere el género sea más inclusivo, o que representé a más gente y se visibilice de otra forma", agrega Ana y cierra "ayuda a tener otra percepción. Porque si te pones a ver las tapas de los discos, o las imágenes que circulan históricamente alrededor del género son siempre las mismas, siempre la mujer como denigrada, yo intento de cambiarlo a mi manera, con mis dibujos".
Aportar otro estilo, otra estética a la cumbia no necesariamente renegar de lo que fue, o de lo que marcó visualmente al género en este país en los últimos 20 años, sino que es un aporte por demás significativo para trasladar y dejar presente al baile en épocas de streamers, pantallas e influencers que están lejos por esencia a una jarra de vino mezclada con gaseosa bamboleándose en un salón lleno de calor popular, pero que igual escuchan cumbia.
La música que
queda en nosotros
"Por un tema que escuche, anoto en seguida la frase que me gusto, después voy a la compu, busco una foto de un artista, una referencia, para guiarme, ver los detalles, dibujo, pongo una frase, pinto y subo. Pero siempre es desde una canción. Siempre dibuje, ya sé por dónde arranco, nunca arranco por el mismo lado, sale y va por donde va. El cuerpo me cuesta un montón, las manos me siguen costando, las caras no tanto porque tampoco que son tan realistas, no tienen tanto detalle, con el cuerpo y sus proporciones demoro un montón", contesta Ana sobre como es el proceso creativo y la concreción de cada una de sus ilustraciones.
Marcada por la generación de bandas y artistas del género que llegaron a escena mainstream de la cumbia vernácula alrededor del 2007, dice que nunca y no sabe porque, dibujó a Néstor en Bloque, de quien era fanática. Mientras ilustra porque quiere y porque los artistas le piden (cada vez más) Ana sigue ampliando la llegada de un ritmo popular y masivo a sectores del entramado social que todavía siguen prejuzgando a la cumbia hasta minutos antes de ponérselo a bailar en una fiesta de 15 o en un casamiento. Ana escucha cumbia, dibuja cumbia y legitima la cumbia a todo ritmo, con un lápiz en la mano
El periodista y escritor Osvaldo Soriano dijo una vez que las personas somos músicas que quedan en los otros, entonces Berrone aparece ahora a través de sus ya 52 ilustraciones, como todas esas cumbias que escuchamos y seguimos escuchando, para bailar hasta las seis de la mañana. Con Ana.