Sociedad
Altos de Chipión une historia y progreso al celebrar 100 años de su templo parroquial
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La localidad se viste de fiesta para conmemorar un doble acontecimiento: el centenario de la colocación de la piedra fundamental de su emblemático Templo Parroquial San Eduardo Rey y las tradicionales Fiestas Patronales del 13 de octubre. La celebración se enmarca en la inauguración de importantes obras municipales que realzan el acceso al templo.
Este domingo es una fecha trascendental para Altos de Chipión. Se cumplen exactamente cien años desde que se colocó la piedra fundamental del Templo Parroquial San Eduardo Rey. Esta histórica efeméride se une a las Fiestas Patronales de mañana y a la reciente inauguración de las obras municipales de puesta en valor del acceso, transformando el frente del templo en un nuevo y seguro punto de encuentro para visitantes y feligreses.
La celebración, organizada a través de la tradicional Novena, tiene como eje el profundo significado de la fe en la vida comunitaria y el compromiso de mirar el legado de sus fundadores para proyectarse al futuro. El Pbro. Marcelo Mario Cereda, quien lidera el trabajo pastoral de la Parroquia San Eduardo Rey, sintetizó la motivación central del centenario en una tríada fundamental: pasado, presente y futuro.
"Miramos al pasado lo que hicieron aquellos que construyeron desde la nada, desde los inicios del pueblo, respetando sus intenciones que tenían y sus deseos que impulsaron esta construcción del templo", afirmó el Pbro. Cereda, haciendo hincapié en la necesidad de tomar ese legado de compromiso y trabajo "para seguir construyendo lo que le hace falta a la comunidad hoy". El sacerdote destacó que parte de los festejos incluye celebrar en el cementerio para "agradecer a los constructores que levantaron el templo", un gesto que honra el esfuerzo de las generaciones pioneras.
La gesta histórica de 1925: el año de la consolidación institucional
La historia del imponente templo se remonta a los primeros días de la localidad. La religión católica apostólica romana era una fuerza vital, traída por los inmigrantes, mayoritariamente procedentes del Piamonte italiano y España, y en menor proporción, alemanes, franceses y polacos. La profesora Ana Villarroya señala que estas creencias, que llegaban con cuadros de sus santos, trascendieron lo individual para marcar la historia local desde el inicio del Siglo XX.
Antes de la construcción, las misas se oficiaban en galpones del ferrocarril o en casas de campo. El año 1925 no fue uno cualquiera: Villarroya lo denomina el "año de la consolidación institucional" de la localidad. Mientras otras instituciones se consolidaban (como la Escuela Reconquista y la Comisión de Fomento que pasaba a ser Municipalidad), un grupo de vecinos visionarios, la Comisión Pro-Templo, conseguía realizar hazañas.
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Tras ser negado un primer terreno frente a la plaza, la Comisión logró la donación de un lote de 60x90 metros, ubicado estratégicamente frente a la Estación de Ferrocarril. Luego, se llamó a licitación para la construcción de una obra "de dimensiones por demás holgadas para la cantidad de habitantes de la época", un testimonio de la fe y la visión de crecimiento de la comunidad. El 12 de octubre de 1925, se colocó solemnemente la piedra fundamental de un edificio que hoy es un símbolo.
La magnitud de esta obra es tal que, según Villarroya: "Fue y es el centro de actividades relacionadas con la comunidad, como lo fue la Acción Católica Argentina o actualmente Cáritas", reflejando que el templo ha sido, desde siempre, un faro cívico además de espiritual.
La designación oficial como Parroquia llegó el 13 de octubre de 1945, cuando se nombró a San Eduardo Confesor, Rey de Inglaterra, como Patrono, fecha que se celebra mañana.
El desafío pastoral hoy: sembrar esperanza y comunidad
Continuando con la mirada del "presente" dentro del Centenario, el Pbro. Cereda profundizó en el desafío pastoral de la pequeña comunidad de Altos de Chipión, una localidad de tradición rural, ubicada a orillas del Parque Nacional Ansenuza.
La Parroquia asume una tarea de apoyo que va más allá de lo litúrgico. El sacerdote destacó la actividad de Cáritas, que se ha formado en este último tiempo. Cáritas no solo ayuda con lo material (ropa y alimentos) para las familias más vulnerables, sino que también ofrece servicios comunitarios esenciales como apoyo escolar y talleres de oficios en el salón parroquial.
Además, el trabajo de acompañamiento se centra en dos grupos etarios que son cruciales para el futuro y la memoria de la comunidad: la niñez y la parte de los jubilados, los ancianos. Este compromiso busca que la comunidad logre "vivir con esperanza los desafíos actuales que nos toca asumir como pueblo y como nación en este momento de la historia". Para este fin, la parroquia ha realizado importantes obras edilicias recientes, como la cocina para alquiler de eventos y dos baños, buscando ofrecer espacios que le son necesarios al pueblo y le permitan autofinanciarse para sostener su compromiso social.
El compromiso institucional: resguardo, proyección turística y puesta en valor
En el marco del Centenario, la Municipalidad de Altos de Chipión, bajo la gestión del Intendente Carlos Fuyana, concretó la puesta en valor del acceso a la Parroquia, que se encontraba deteriorado, logrando que el ingreso sea más accesible, seguro y disfrutable. Este proyecto incluyó la restauración de las imágenes de la Virgen de Fátima y La Sagrada Madre, y la construcción de una gruta con espacios de permanencia para la adoración de la Virgen de Fátima.
Este proyecto se integra en la visión más amplia de la gestión para que la localidad sea un punto de interés en el corredor turístico de la Ruta 17, potenciando el turismo patrimonial.
La idea de la gruta surge de pensarla como un "resguardo simbólico, no solo para la imagen de la Virgen, sino también para toda la comunidad", explicó el Intendente Fuyana sobre el concepto de la obra.
El objetivo de la gestión es claro: que Altos de Chipión sea una opción donde "la gente pare, consuma productos gastronómicos locales" y visite sus atractivos patrimoniales. Para lograrlo, el Intendente detalló que se ha trabajado intensamente en la infraestructura urbana. "Hemos multiplicado la iluminación del pueblo, la hemos llevado a luz LED, el pueblo está mucho más iluminado, mucho más cuidado, mucho más limpio, ordenado, recuperado, como te digo, sus recursos patrimoniales e históricos", señaló Fuyana.
Al templo centenario se suman el Museo de Historia Natural y Antropología, el Multiespacio Dala Fontana, y la plaza central, buscando que los visitantes puedan pasar un buen momento y disfrutar del corredor turístico. La unión entre la fe, el legado histórico y la gestión civil proyecta a Altos de Chipión con renovado optimismo.
Los símbolos ocultos del templo San Eduardo Rey
El Templo Parroquial San Eduardo Rey de Altos de Chipión se erige como una joya arquitectónica de "diseño muy exquisito", donde cada línea y elemento poseen un profundo significado simbólico que enriquece la experiencia del visitante. Externamente, su fachada se distingue por dos imponentes columnas que enmarcan un arco de medio punto en la entrada principal, una disposición que simboliza la unión entre lo terrenal y lo celestial. Las estructuras que se repiten en tríos a lo largo de su diseño arquitectónico son una clara alusión a la Santísima Trinidad, un concepto central en la fe católica.
Internamente, la nave del templo se caracteriza por doce columnas, que se asocian tradicionalmente con los doce apóstoles, fundamentales en la tradición cristiana. En el altar, un elemento destacado es el Tetramorfo, una representación iconográfica que alude a los cuatro evangelistas: el león simbolizando a Marcos, el toro a Lucas, el águila a Juan y el ángel a Mateo. Junto a este, la figura del Pelícano, también presente en el altar, simboliza el sacrificio y el amor, haciendo referencia directa a la Pasión de Jesús.
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Un majestuoso rosetón, con su diseño de origen gótico y sus diez molduras superiores, no solo embellece el espacio sino que representa los diez mandamientos, culminando con un triángulo que encarna la Santísima Trinidad y un círculo que simboliza la perfección divina. Este conjunto de elementos convierte al templo en un verdadero libro abierto de fe y arte.
Obras, compromiso y la agenda central de la fiesta
El proyecto de puesta en valor del acceso al Templo San Eduardo Rey, impulsado por la gestión del Intendente Carlos Fuyana, culminará hoy con su inauguración formal en el marco de la celebración del Centenario. Esta obra no solo ha logrado embellecer la entrada, sino que también ha significado una restauración integral de las veneradas imágenes de la Virgen de Fátima y La Sagrada Madre, a las que se les han asignado nuevos y dignos espacios.
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El intendente Fuyana explicó con detalle el concepto arquitectónico y simbólico detrás de la novedosa gruta dedicada a la Virgen de Fátima, un elemento central de la renovación. “La idea surge de pensar la gruta como un resguardo simbólico, no solo para la imagen de la Virgen, sino también para toda la comunidad. La estructura tiene esta forma de costillas que se entrelazan, representan protección y al mismo tiempo la unión entre quienes compartimos la fe”, detalló el funcionario. Esta forma, que remite al relato bíblico de la creación de Eva a partir de la costilla de Adán, busca evocar “vida, vínculo y compañía” y simboliza la presencia divina a través de la luz natural que se filtra entre sus elementos.
La organización de los festejos se articuló a través de la tradicional Novena, que finalizó también este domingo 12 de octubre, dando paso a la Fiesta Patronal central mañana, lunes 13 de octubre. El Pbro. Cereda detalló que la celebración incluyó ceremonias "en salida", como una emotiva misa en el cementerio para honrar y agradecer a los constructores que hicieron posible el templo.
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El trabajo pastoral y comunitario se mantiene activo y vital, con un fuerte enfoque en la actividad de Cáritas, que no solo brinda ayuda material como ropa y alimentos, sino que también ofrece valiosos servicios de apoyo escolar y talleres. En cuanto a las obras edilicias recientes, el Pbro. Cereda mencionó los importantes avances en el salón para eventos, la cocina y los baños, que están en proceso de finalización. Estos proyectos buscan “seguir construyendo lo que le hace falta a la comunidad hoy”, manteniendo vivo el legado de compromiso y servicio de las generaciones fundadoras.