Entrevista
Alejandro Almada: el empresario que transformó el mercado de piletas y la vida familiar en San Francisco con Indusplast

Alejandro Almada explica el éxito de un negocio que cambió la dinámica de los veranos de San Francisco para siempre.
Desde hace quince temporadas, Indusplast ha sido sinónimo de disfrute y momentos inolvidables en los hogares de San Francisco y la región. Al frente de esta exitosa empresa se encuentra Alejandro Almada, un empresario de 46 años cuya visión y pasión han revolucionado el acceso a las piletas de fibra de vidrio, convirtiéndolas en una realidad accesible para muchísimas familias.
Alejandro, quien antes se dedicaba a la administración, encontró en Indusplast un proyecto que realmente lo apasiona. "Fue un proyecto pensado en buscar algo que me gustara", comenta. Cuando Induplast desembarcó en San Francisco, la oferta de piletas era escasa y rudimentaria. Sin embargo, Almada y su equipo se propusieron cambiar eso: "Nosotros siempre nos hemos encargado de ir levantando la vara de este rubro, acompañando a Induplast en todo ese proceso de profesionalización".
De un lujo a una realidad familiar
La transformación del mercado de piletas es notoria y Alejandro lo ilustra con una anécdota personal. "Cuando nosotros éramos chicos, de un grupo de diez amigos, solo uno tenía pileta. Hoy, veo los grupos de amigas de mis hijas y de diez, nueve tienen pileta", relata. Este cambio no es solo cuantitativo, sino también cualitativo: la gran mayoría de esas piletas son de fibra de vidrio, marcando un giro de la construcción tradicional a una solución moderna y eficiente.
Uno de los principales desafíos para muchas familias siempre fue el costo percibido. Indusplast lo abordó de frente. "En su momento el preconcepto era: 'no voy a hacer la pileta porque me sale carísima'", explica Almada. "Ahora, con los materiales que usamos nosotros, se hizo más accesible y también ha ido de la mano de la financiación. Podemos ofrecer hasta 18 cuotas". Esta flexibilidad, sumada a la rapidez de instalación –"desde que entramos a la obra hasta que salimos, son 72 horas", enfatiza Alejandro, en contraste con los 21 días de una pileta construida–, ha sido clave para que más familias se animen a dar el paso.
Pasión, profesionalismo y crecimiento constante
El éxito de Indusplast no es casualidad. Reside en la constante búsqueda de la profesionalización, la mejora continua en la calidad de los materiales y refuerzos, y fundamentalmente, en la excelencia del servicio. "Estamos acá, en el mismo lugar, desde hace 15 años", destaca Alejandro, reflejo de la solidez y confianza que la empresa ha construido.
La pasión de Alejandro se transmite a todo su equipo, conformado por entre 7 y 8 personas en obra, que no solo trabajan en San Francisco sino también en Rafaela y San Jorge. "Lo hacemos con mucha pasión, con mucha dedicación", asegura Almada, lo que se traduce en un servicio al cliente excepcional.
A pesar de los vaivenes económicos, la gente sigue eligiendo invertir en una pileta. "La gente sabe que el verano viene y va a hacer calor, y todos queremos disfrutar", comenta Alejandro. "Deciden usar sus ahorros y darle una inversión segura. Es muy importante que la gente haya visto en nosotros, en nuestras piletas, ese lugar de seguridad".

Proyecciones sólidas y el verdadero motor del negocio
El buen desempeño de Indusplast se ve reflejado en los números. La sucursal de San Francisco se ha mantenido consistentemente entre las tres primeras en ventas a nivel nacional, dentro de las 55 franquicias de la fábrica. Con un promedio de venta de entre 80 y 90 piletas por temporada y proyecciones igualmente optimistas para el próximo verano, la confianza en el futuro es innegable.
ero más allá de los números, lo que realmente motiva a Alejandro y su equipo es el impacto en la vida de las familias. "Lo que más nos gusta a nosotros es cuando le decimos a la familia: ¡ya está lista la pile! Eso es lo más lindo", confiesa Almada con emoción. "Ver ese cambio, esa mirada. Cuando se imaginan el fin de semana comiendo un asado con los amigos, el cumpleaños de los chicos en la pile, la Navidad al lado de la pile sacándose fotos. Todas esas cosas lindas que pasan dentro de un hogar, de una familia. Siempre nos sentimos como que somos parte de eso".
Alejandro Almada, a través de Indusplast, no solo vende piletas; vende sueños, momentos de alegría y la promesa de veranos inolvidables para las familias de San Francisco y la región. Su trayectoria es un claro ejemplo de cómo la dedicación y la visión empresarial pueden transformar un producto en el corazón de la felicidad familiar.