Cultura
Adrián Vocos: “En solo cuatro meses, vinieron al Teatrillo 3.800 espectadores, es una locura”

Desde su reapertura en noviembre, el emblemático espacio de San Francisco sumó 83 funciones y más de 3.800 espectadores. El público acompaña cada propuesta.
Desde su reapertura a fines de noviembre de 2024, El Teatrillo de San Francisco vive una nueva etapa. A cinco meses de aquella jornada inaugural con el espectáculo internacional ´Merica!’, el director artístico del espacio, Adrián Vocos, hace un balance contundente: “Hoy tenemos funciones o ensayos todos los días de la semana y eso es un orgullo. Es muy positivo”.
La recuperación de la sala, que llevaba un tiempo cerrada, demandó mucho más que una simple puesta a punto. “Fue un año de trabajo previo, desde que se hizo la licitación pública hasta que se armó el equipo”, recordó Vocos, quien trabajó codo a codo con el arquitecto Diego Gramoy y el empresario José Bonansea. “Entre los tres tratamos de cranear cómo podíamos hacer para recuperar el espacio, devolverlo a la ciudad y sostenerlo en el tiempo”.
El esfuerzo dio resultados visibles. Hasta marzo se contabilizaron 53 funciones, y al incluir abril el número trepa a 83. Pero eso no es todo: “Si sumamos lo que ya está cerrado hasta diciembre, son 186 funciones. Es una locura”, celebró Vocos.
Programación pensada para la ciudad
Lejos de ser una sala esporádicamente activa, El Teatrillo encontró su ritmo: “Los lunes lo usamos para producciones propias; martes hay ensayos; y desde el miércoles hasta el domingo, funciones. Está todo el día funcionando”. Esa dinámica se sostiene, según explicó su director, gracias a un criterio claro: “No se trata de llenar por llenar. La clave es olfatear qué necesita la ciudad, qué podemos ofrecer y generar un equilibrio”.
Uno de los logros más destacados es la amplitud del público que asiste. “Logramos atraer desde niños hasta adultos mayores. De hecho, el 50% de la platea está compuesta por personas mayores”, señaló. En solo cuatro meses, pasaron por la sala más de 3.800 espectadores: “En una ciudad de casi 90 mil habitantes, que 3.800 personas hayan venido en este tiempo es un montón. Si seguimos así, más del 50% de la ciudad va a haber venido al teatro para fin de año”.
Vocos destacó que la política de programación priorizó la producción local desde el inicio. “Fue una decisión: abrir el teatro no para traer espectáculos de afuera, sino para darle lugar a los artistas de la ciudad. El 70% de la programación es local”, enfatizó. El resultado fue una reactivación del circuito artístico independiente. “Los artistas se obligan a producir para presentarse. Y lo hacen en condiciones profesionales: sin pagar alquiler, con luces, sonido, camarines completos, asistentes, boletería activa todos los días. Solo tienen que preocuparse por crear”.
Esa propuesta amigable también se refleja en la política de ingresos: “Trabajamos a porcentaje, y el artista siempre se lleva la mayor parte. Eso hace que tengan ganas de venir”, explicó Vocos.
El restante 30% de la programación está reservado para propuestas provinciales y nacionales. Por la sala ya pasaron figuras como Pepe Cibrián y Rubén Magnano, y en los próximos meses se presentarán Andrés Pomiro, Camilo Nicolás, Cristina Banegas y Ana María Bovo, entre otros. “Son propuestas que atraen al público artístico y también más empresarial. Usamos la sala para diferentes eventos, no solo teatro”, explicó.
Una de las claves del funcionamiento constante fue la elección de una sala acorde al contexto local: “Consultamos con referentes nacionales en producción teatral y nos aconsejaron pensar en espacios y espectáculos que funcionen. Hoy El Teatrillo tiene 211 butacas, no más. En una ciudad como San Francisco, una sala de mil butacas sería inviable”.
Con esa idea, se diseñó una programación que incluye desde ciclos íntimos —donde el público se sienta en el escenario, rodeando al artista— hasta funciones más masivas. “Hay espectáculos que en otros lugares solo se presentarían en bares por miedo a no llenar. Acá les damos un marco profesional y acogedor. El secreto es pensar qué quiere ver la ciudad”, aseguró.
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Un lazo fuerte con el público
El vínculo con el público es otro de los pilares del éxito. “Tenemos listas de difusión donde sumamos a cada espectador que compra una entrada. Les enviamos gacetillas y recibimos mensajes todas las semanas: ‘Gracias por tener abierto El Teatrillo’, ‘Gracias por darle vida’, ‘Gracias por estar a cargo’. Eso te llena el alma”, confesó.
El Teatrillo, cuyo nombre oficial es Adolfo Cometto, tiene una historia íntima para Vocos: “Yo debuté en este escenario a los siete años con el taller municipal de teatro. Toda mi vida pasó por acá. Este lugar es un símbolo del teatro independiente y de la producción local”. Con una vasta experiencia como productor y director, Vocos reconoce que esta reapertura no fue fácil: “Teníamos mucho miedo. Pero entre mi experiencia artística, la mirada comercial de Bonansea y el trabajo estético de Gramoy, logramos armar un gran equipo”.
Un espacio profesional e inclusivo
La sala también buscó modernizarse en cuestiones de accesibilidad y comodidad. “Colocamos una silla mecánica para personas con movilidad reducida, que se usa constantemente. Numeramos las butacas, dividimos entre entradas preferenciales y populares. Hoy, cuando vino Pepe Cibrián, nos dijo: ‘No me quiero ir de acá’. Tenemos todos los condimentos para que esto funcione”, recordó.
Vocos subraya que la estética también cuenta: “Esta sala tiene telón bordó, caja negra, luces, sonido impecable, camarines con espejos enormes. Cuando el Evangelio Criollo presentó su espectáculo con 40 artistas, usamos todos los espacios posibles como vestuarios. Todo está pensado para que funcione como una sala profesional”.
Las políticas inclusivas también dieron frutos: promociones como el 2x1 para menores de 21 años y jubilados ayudaron a sumar nuevo público. “En ciclos como ‘Melodías a ciegas’ se agotaron entradas en minutos, especialmente en fechas donde se homenajearon discos de artistas como Taylor Swift. Hay público joven, pero hay que saber atraerlo”, analizó.
Para cerrar, Vocos resumió el espíritu que guía este proyecto: “Me parece fundamental que los espacios no se cierren. Si El Teatrillo no se hubiera abierto, hubiera sido un problema. Hay tanto arte emergente, tantos artistas nuevos, que ya no alcanza con uno o dos espacios. Esta ciudad necesitaba esto”.