Adictos al conflicto: ¿en guerra con ellos mismos?

Su comportamiento tiende a desestabilizar, crear disputas entre vecinos o compañeros de trabajo, romper vínculos familiares y llenar cualquier ambiente de constante tensión. ¿Por qué hay personas que viven en una búsqueda compulsiva del conflicto? ¿Qué los hace ser de esa manera?. La psicóloga Luciana Bergero explica cómo son estas personas y brindó consejos sobre como vincularnos.
Por Isabel Fernández|LVSJ
"La persona que no está en paz consigo misma, estará en guerra con el mundo entero", dijo el pensador y pacifista Mahatma Gandhi. Muchas veces nos encontramos en la vida con gente adicta al conflicto y es como caminar en una zona de guerra, cualquier acción o palabra pueden desatar el caos.
Su comportamiento tiende a desestabilizar, crear disputas entre vecinos o compañeros de trabajo, romper vínculos familiares y llenar cualquier ambiente de constante tensión. ¿Por qué hay personas que viven en una búsqueda compulsiva del conflicto? ¿Qué los hace ser de esa manera?.
La licenciada en Psicología, Luciana Bergero, (MP-11838) analizó el tema en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO y aclaró que "nadie busca tener una personalidad conflictiva. Existe, en cada uno de nosotros, un trasfondo de complejidades, heridas y traumas escondidos que demandan cierta atención".
"Quienes buscan compulsivamente el conflicto, lo hacen por algo y el motivo será distinto según cada caso. Quizá una de las razones pueda ser la forma de haber aprendido a enfrentar su entorno, la manera en que le enseñaron a solucionar aquello que se le presente y no hayan podido hacerlo de otro modo", explicó.
Agregó que nuestra personalidad según el psicoanálisis, "está estructurada en tres sistemas que se relacionan entre sí, en una relación más o menos conflictiva que nos permite responder y relacionarnos con nuestro entorno con más o menos facilidad, equilibrio, o sufrimiento".
"Entonces -continuó la psicóloga- aunque todos tengamos la misma estructura de personalidad, cada uno la irá rellenando a lo largo de su vida de un contenido propio. Y ese contenido es el que determina cómo somos y cómo nos relacionamos con nuestro entorno. El cómo fuimos mirados, cuidados, queridos o atendidos a lo largo de los años que conforman nuestra infancia es lo más determinante en la construcción de nuestra personalidad".
¿Cómo son las personas conflictivas?
La licenciada Bergero aseguró que este tipo de personas que viven en constante conflicto "no son muy flexibles, suelen tener como predominantes las emociones negativas y no tomarse el tiempo para pensar en el contexto o en la situación que están viviendo".
"Les cuesta reflexionar sobre su propio comportamiento y pensamiento. Tienen poca tolerancia, o en algunos casos nula. Se limitan a generar un tipo de respuesta basada en la agresión o la crítica cuando algo no les gusta o no se ajusta a sus expectativas", afirmó.
En algunos casos estas personas llegan a tener un control sobre sus emociones, pero en otros casos esto no es posible. "Es ahí donde aparece en juego la ira, la frustración, el enojo, la humillación e incluso la manipulación".
Lic. Luciana Bergero
Entornos tóxicos
Las personas conflictivas crean entornos tóxicos o no gratos a su alrededor, tanto en lo vínculos de pareja, familia, amistades como en los laborales. La psicóloga explicó que se puede detectar un malestar "tanto en quien trata con la persona conflictiva como en aquella misma que trae el conflicto".
"No es fácil para el conflictivo estar en ese lugar, aunque a veces no parezca, esa persona también está sufriendo en esa misma situación. Se genera un ambiente de tensión constante y esto hace que afecte la salud tanto física como psicológica de ambas partes", manifestó.
A terapia
La personalidad no es algo inamovible, es dinámica y por eso, con el acompañamiento de un profesional, se pueden modificar las conductas conflictivas. "Podemos llegar a modificar ciertas conductas o formas de vincularnos a través de experiencias que tienen que ver con nuestra vida adulta -aseguró Bergero-. El modo de trabajo sobre lo que le aqueje a esa persona, será de acuerdo a la teoría o modo de trabajar de cada profesional, siempre resguardando la salud mental del paciente".
Es importante sentir empatía y tomar medidas para no salir dañados
Cómo vincularnos y poner límites
Ante un vínculo con alguien conflictivo lo importante es sentir empatía, comprensión y tomar algunas medidas para no salir dañados. La licenciada Bergero afirmó que ser conscientes que estamos tratando con una persona conflictiva "nos permitirá asumir una actitud más empática y evitará que nos sintamos superiores y terminemos hiriendo o atacando al otro. Hay que recordar que a veces detrás de estos conflictos se esconde una necesidad que debe ser atendida".
"También hay que comprender que no es algo personal, en contra de uno; sino más bien tiene que ver con un rasgo de personalidad. Esto nos permitirá tomar una posición distinta frente aquella persona", añadió.
Finalmente dijo que generalmente estas personas "no buscan llegar a un acuerdo sino tan solo hacer valer su opinión, entonces escucharlas y darle lugar a la palabra es un buen camino".
Bergero añadió que en la medida que sea posible, "no hay que desgastarse dando explicaciones o discutiendo con alguien que no puede ni quiere atender a razones, ya que puede tener un impacto en la salud física o psicológica en nosotros".
Finalmente remarcó que es fundamental "intentar hablar con aquella persona sobre la importancia de recibir un tratamiento psicológico adecuado. De este modo, se podrían trabajar diferentes aspectos de la personalidad como el manejo emocional, el control y origen de la ira o cómo aprender a vincularse con los demás de otra manera."