A una semana de los disparos en el Eempa: denuncian que no hay apoyo político ni la seguridad prometida
Un profesor hizo pública su preocupación porque tienen miedo que vuelva a ocurrir un episodio como el del martes pasado donde un joven entró y disparó en los pasillos con un revólver. No hay policías y desde el municipio tampoco fueron a la reunión que se hizo.
Hace una semana el edificio donde funciona a Escuela de Enseñanza Media (Eempa) Nº 1062 "Don José de San Martín" en Frontera, fue epicentro de un hecho de violencia que no registraba antecedentes. En una jornada normal de clases, un joven entró armado y realizó disparos al aire sin herir a nadie pero con arma en mano, hasta que lo redujeron, siguió recorriendo sin destino fijo las aulas.
Desde ese día el miedo se incrementó en niveles insospechados en la institución tanto por parte de docentes como alumnos, nadie se siente seguro ni a salvo. Dadas las circunstancias pocas horas después realizaron una reunión donde la Policía asistió y también fueron citadas los funcionarios municipales de Frontera aunque ellos estuvieron ausentes.
Se les garantizó seguridad permanente en el lugar pero estuvieron pocos minutos tanto el viernes como el lunes, con esta preocupación en la mente el profesor de Inglés e Historia de ese colegio, Gonzalo Giuliano Albo decidió hacer pública una denuncia acerca de la desprotección y miedo que reina en el sector.
"Estamos en una situación bastante fea en el Eempa, tuvimos una reunión después del hecho y las autoridades municipales no asistieron. La Policía prometió custodia permanente pero vinieron cinco minutos alegando que se requería el móvil en otros lados", expresó el docente a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Albo no quiere "cargar" contra la Policía porque el día del hecho quedó en evidencia que los efectivos cuentan con pocos recursos. La sede está a escasos 30 metros de distancia y a pesar de esto es como si estuvieran a muchos kilómetros.
"Este pibe pronto va a salir en libertad, necesitamos custodia, vigilancia a la entrada, durante y salida de los estudiantes. Ese día la preceptora fue a pedir ayuda dos mujeres vinieron sin recursos en un acto de valentía a reducir al chico", recordó.
Desvinculación política
El profesor que hace 19 años da clases en la institución de Inglés y Matemática manifestó que "debe haber una decisión política y garantizarse la integridad física de profesores y alumnos" y afirmó que "para muchas mentes alteradas esto puede ser inspirador".
De acuerdo a su testimonio, "el Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe no les permite tener un policía como adicional y tampoco hay interés de la municipalidad para ayudarlos".
Por otro lado dijo que la situación no debe dejar de pensarse en su contexto, por lo que no debe tomársela como un hecho aislado, "Es la violencia que está en las calles en un cóctel de pobreza, marginalidad, desocupación, estrés social. A mí me consta que esto sucede a la siesta en las calles de Frontera. La escuela es solo caja de resonancia".
Por eso remarcó el reclamo y la creciente preocupación e instó a que se piense en algún sistema de seguridad, o que haya un policía haciendo adicionales allí ya que nadie asegura que no podría volver a suceder un episodio similar. "Debe haber alguien que controle porque sino va a volver a pasar pero con otros resultados. Ese día nosotros estábamos regalados a que nos mate o perdone la vida", subrayó.
Tienen miedo
Albo explicó que "las clases no se dictan normalmente, dado que nadie dio una solución" y sin dramatizar pero encendiendo las alarmas lamentó: "No puede llegar el momento en que se manden coronas o condolencias al Eempa. Yo soy docente del establecimiento y me hago eco de un clamor de alumnos y profesores que ven que el interés es una farsa".
Apuntó también que "nadie lo analizó como una forma de violencia nueva que antes era violencia entre alumnos pero nunca así tan a lo norteamericano". Tanto es el temor que no duda en decir que los chicos "se plantean seguir yendo al colegio" y lo mismo quizás suceda con otros docentes.
"Yo hace 19 años trabajo ahí, tengo mucho afecto y sentido de pertenencia, nunca hemos trabajado tan mal como ahora porque estamos todos atados de pies y manos en situación de vulnerabilidad y con promesas porque no se toman medidas", concluyó.
Noche de terror
El martes 29 de octubre un joven de 22 años de apellido Allende entró al Eempa armado y comenzó a recorrer las aulas al grito de "¿quién amenazó a mi familia ¿quién está amenazando a mi hermano?". En sus manos llevaba un revólver calibre 32 con el que alcanzó a realizar tres disparos que afortunadamente no hirieron a nadie.
Instantes después gracias al pedido de auxilio de una preceptora en la comisaría 6º que linda con el edificio llegaron dos mujeres policías que lo redujeron tras lo cual fue detenido y alojado en la dependencia policial.
El viernes pasado fue imputado por "coacción agravada y portación ilegítima de arma de fuego" y se encuentra detenido con prisión preventiva.