A un toque femenino
Iris Rossotto, Yanina Oviedo, Natalia Sánchez y Stella Griotti, conforman un importante grupo de apoyo en el fútbol del Club Antártida Argentina.
Acompañando a sus hijos en su orientación deportiva, sintieron a la vez la necesidad de involucrarse en la actividad del club. Con trabajo, compromiso y actitud de servicio, ocuparon un espacio desde el cual llevan a cabo una importante tarea, apuntalando la gestión de los dirigentes varones en el ámbito del fútbol de menores y mayores.
Se autoproclaman como mamás del grupo de apoyo, pero lo cierto es que vienen cumpliendo un rol dirigencial destacado, generando recursos para el cuidado de las categorías, planificando y desarrollando actividades sociales con el fin de estrechar vínculos entre los chicos dentro de la institución como fuera de ella.
Iris Rossotto, Stella Griotti, Yanina Oviedo y Natalia Sánchez, hablaron con LA VOZ DE SAN JUSTO, sobre esta etapa que encararon en Antártida Argentina, donde trabajan por y para el club, por amor a los colores. Es que ellas también juegan su partido con la camiseta bien puesta.
"Cada una de nosotras tenemos nuestros hijos en el club, en su momento hablamos con el coordinador de inferiores Jorge Sosa, a quien consultamos si necesitan gente para colaborar y bueno, nos sumamos a trabajar lo que es muy gratificante ", coincidieron en señalar al evocar sus llegadas al club.
Acerca de la función dirigencial que asumieron, Griotti manifestó: "No sé si ponerme el nombre de dirigente porque hay otros que están más en ese rol, pero creo que todas lo hacemos porque nos gratifica, crecemos mucho, aprendemos con los chicos y en todo lo que se pueda ayudar damos una mano y es un tiempo que pocas veces se valora, quizás también somos muy pocas en el grupo, necesitaríamos que los padres se comprometan más tal vez no estando en la comisión pero sí ofrecerse en lo que se pueda ayudar.
"Debo aclarar que hay papás que colaboran cuando pedimos algo, pero son los menos, repito, creo que necesitaríamos que se junte más gente", añadió.
A su vez, Rossotto expresó: "Estoy siempre con los chicos porque cobro la cuota del club donde ellos entrenan y en verdad es muy gratificante más allá del trabajo que uno hace, poder ver a los chicos ocupados en el deporte, no perdiendo el tiempo, verlos llegar con un ímpetu, una sonrisa".
"Si bien uno deja cosas en la casa para hacer, siempre digo que para mí estar en la cancha es un bálsamo, soy yo quien recibo", subrayó.
Respecto al acompañamiento de los demás padres, sostuvo que "me sumó a lo que dice Stella, hace falta colaboración, la gente creo que por ahí está equivocada en el concepto de ser parte de algo. Creo que todos podrían colaborar aunque sea con pequeñas cosas".
"Si bien debemos reconocer que cuando pedimos cosas hay papás que se ofrecen, que de manera anónima dan una mano, donan y ayudan, pero son muchos los chicos, más de doscientos entonces las necesidades son muchas y a veces queremos cubrir cosas que no son fáciles de llegar, pero realmente el trabajo vale la pena", indicó.
"No obstante todos los papás y mamás que se quieran acercar serán bienvenidos porque realmente necesitamos ayuda".
Sobre la forma de repartir sus actividades y dedicarle el tiempo necesario al club, Rossotto explicó: "El trabajo en el club es mucho pero creo que cuando uno quiere siempre se hace el tiempo para las cosas que quiere, por eso a la hora de pintar estuvimos ahí, a la hora de hacer locro igual, porque creemos que es muy importante el rol de la mujer dentro del club, lo que puede generar, a los lugares a donde puede llegar y creo también que puede ponerse a la par del hombre y hacer un trabajo en conjunto, con un mismo fin".
"Todas tenemos este rol en este grupo, todas vamos con esa misma iniciativa de poder darle lo mejor a los chicos. El tiempo no es fácil porque cada una tiene sus cosas, cada una es mamá, hay niños de por medio, pero a todas nos lleva el mismo amor por los niños y el mismo amor por el club porque ahí también está el secreto, nos sentimos parte de algo que queremos, entonces es muy gratificante invertir tiempo en esto", resaltó.
Una labor enfocada en realizar tareas recreativas y sociales tendientes a fortalecer lazos de amistad entre los chicos.
"La idea es que ellos puedan crear vínculos a través de reuniones, charlas, que se sientan parte no solo en la competencia o en el entrenar, sino que puedan encontrar una familia en el club donde se desarrollan porque son muchas las horas que pasan y eso es importantísimo porque a esas horas se las restamos a que estén en la calle, en los jueguitos o en la computadora", dijo Rossotto.
Ellas además son partícipes del nuevo proyecto futbolístico que fusionó las inferiores con los mayores, sobre lo que opinaron: "Estamos motivadas, esto recién comienza de un proceso largo en lo futbolístico y en obras se está trabajando en los vestuarios que están quedando bellísimos y será un privilegio para los chicos, se hicieron trabajos en la cancha, banco de suplentes y tenemos proyectos en la cantina de que podemos refaccionar, pintar para el bien de todos".
"El proyecto es muy lindo, es a futuro y confiamos que los resultados van a ser buenos porque hay una base y un trabajo planificado", añadieron.
En el final de la charla, las mamás aludieron al vínculo que se generó en el corto tiempo con la institución "pingüina".
"Antártida pasó a ser parte de nuestras vidas, trabajar en el club ha sido un crecimiento personal, es algo que nos apasiona muchísimo y va más allá si nuestros chicos sigan o no, nos gusta colaborar y ser parte del club", remarcaron.
Mientras que Rossotto redobló la apuesta diciendo que "Me gustaría dejar una huella, decir se trabajó de esta manera, mostrar como las cosas se pueden hacer con excelencia y corazón". "Creo que no hay nada más importante que la sonrisa de un niño, decir pasé por acá y marqué la diferencia con un abrazo, una mirada, un gesto, me sentiría más que realizada", cerró.