A tres meses del cepo a la carne los productores analizan el efecto causado
Desde el sector sostienen que "no tuvo el efecto esperado" y, por lo contrario los perjudicó aun más, es por eso que calificaron a los resultados como "muy pobres".
Por Mauricio Argenti | LVSJ
Al cumplirse tres meses del anuncio del decreto 408/2021 del gobierno nacional que prohíbe la exportación de una serie de cortes de carne hasta fin de año y limita la venta al exterior para el resto los productores continúan criticando esa medida señalando que "no cumplió con los objetivos" para los cuales fue impuesta y además sostienen que su puesta en marcha "perjudicó notoriamente" al sector.
De hecho, los resultados en cuanto a la disminución de los precios de la carne para el consumidor final han sido "muy pobres", sobre todo si se lo compara con el perjuicio sufrido por la totalidad de la cadena y en especial a los productores.
A menos de una semana para cumplirse el plazo para la finalización del cepo a la exportación de carne vacuna que cuotificó al 50% los embarques al exterior, en la industria frigorífica exportadora aguardan una convocatoria del gobierno para saber qué pasará con la actividad luego de esa fecha.
Según esta normativa, hasta el 31 del actual las ventas al exterior quedaron bajo un cupo del 50%. Se exceptuaron las cuotas asignadas al país para Europa y los Estados Unidos y, hace 10 días, el gobierno, tras críticas de Israel, abrió una cuota de 3500 toneladas por mes para ese mercado.
El mencionado decreto señala que, vencido el plazo, el gobierno podría prorrogarlo hasta el 31 de diciembre próximo, siempre que medie una resolución conjunta del Ministerio de Desarrollo Productivo y el Ministerio de Agricultura de la Nación. Por otra parte, independientemente del cupo del 50%, hasta fin de año no se pueden colocar en el exterior estos siete cortes: asado con o sin hueso, falda, matambre, tapa de asado, cuadrada, paleta y vacío.
La semana pasada, sin dar precisiones sobre el futuro de la restricción, el ministro de Agricultura, Luis Basterra, señaló que el gobierno "tiene en permanente análisis" una reapertura mayor del cepo.
Críticas de productores
Luego de haber transcurrido casi la totalidad del plazo original del polémico decreto, LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con Néstor Saglione, productor ganadero y tesorero de la Sociedad Rural San Francisco quien se mostró escéptico sobre los resultados de esta medida.
Tras señalar que luego del cierre a las exportaciones de carne "no hubo mayores cambios" en estos 90 días salvo "que en los últimos días y hasta el 31 de diciembre se autorizó a exportar 3.500 toneladas mensuales de carne enfriada a Israel" aunque continuó mostrándose escéptico sobre esta política ya que "no sabemos qué va a pasar después".
Si bien esta medida no produjo modificaciones en la cuota Hilton que tiene nuestro país así como también en la cuota 481 de los Estados Unidos, Saglione remarcó que estas dos vías de comercialización conforman "un tonelaje bastante limitado".
La Cuota Hilton es un contingente arancelario de exportación de carne vacuna sin hueso de alta calidad y valor que la Unión Europea otorga a países productores y exportadores de carnes. La Argentina posee actualmente una cuota con 29.500 toneladas anuales, con una compensación de 500 toneladas para los próximos tres ciclos comerciales.
Por su parte, la cuota 481 es un cupo de carnes que surgió como un arreglo de controversias transitorio entre la Unión Europea y los Estados Unidos. Dicha cuota se encuentra libre de aranceles. El ciclo comercial rige desde el 1º de julio de cada año hasta el 30 de junio del año posterior. El cupo anual es de 45.000 toneladas repartidas trimestralmente en sub-cuotas de 11.250 toneladas de peso producto, entre todos los países habilitados por la citada Comisión bajo el criterio administrativo "Primero llegado, Primero servido". Dicha cuota se encuentra libre de aranceles.
Saglione, explicó que durante todo este tiempo "no hubo modificaciones" en el precio del novillo pesado para el productor con destino a ambas cuotas.
Igualmente, y como consecuencia de esta limitación a las exportaciones destacó que la caída de la faena "ha sido muy importante" en estos últimos meses.
Saglione expresó que lo que más afectó esta disposición que limita las exportaciones de carne es el producto destinado a China. "Eso cayó mucho, se estima en un 50 % y lógicamente trae aparejado un desanimo en el criador, el más perjudicado de la cadena".
Igualmente señaló al tambero como otro sector afectado porque "esa vaca que ya no está en producción antes tenía mercado para China y como consecuencia de la caída en los precios se perjudica al tambero que tenía un ingreso importante por este ganado por descarte".
La medida no benefició a los consumidores
Uno de los objetivos señalados por el gobierno nacional para justificar esta medida tenía que ver con establecer una baja en el precio de la carne al consumidor final, algo que finalmente no impactó como se esperaba.
Más allá de algún caso puntual, durante estos últimos 90 días en el que se implementa la medida, los precios al consumidor, en algunos casos, no han llegado a superar una baja del 1 %.
"El precio final a los consumidores no ha sufrido mayores beneficios", explicó Saglione quien además reiteró que este tipo de medidas "ya fueron probadas en otras oportunidades" con resultados negativos. "Son medidas que no dieron resultado y aún así se repiten al igual que las consecuencias derivadas de todo esto".
Además, consideró que "la ganadería va a quedar muy resentida", sobre todo en el mediano y largo plazo como consecuencia de esta disposición como consecuencia de "una notoria desinversión como consecuencia del desánimo de los productores".
Menos calidad de pasturas y falta de inversión en tecnología son dos de las consecuencias derivadas del cepo a la exportación de carnes. "Todo el proceso de cría se va a resentir. El precio de una pastura es elevado y si no hay alicientes todo se hace más difícil".
Para graficar aún más el alcance del perjuicio que esta medida tiene sobre la producción ganadera Saglione recordó que la generación de un animal que pueda estar apto para consumo demanda un plazo cercano a los 4 años.
"En primer término hay que considerar que para que un vientre entre en producción se necesitan 18 meses. Luego, se requiere de los 9 meses de gestación lo que lleva el plazo a 27 meses. Para que ese animal pueda estar apto para el consumo interno hay que agregarle otros 18 meses, es decir un total de casi 4 años de trabajo", explicó.
Ante este análisis, el entrevistado se mostró convencido de que "el gobierno tiene una animosidad para con el sector" agropecuario traducida "no solo en el toqueteo a la producción, sino que ahora se suma un proyecto para cambiar el equipo directivo del Inta con lo cual se eliminaría a los representantes del sector productivo".
En este caso, Saglione hace referencia al proyecto de ley presentado por dos diputadas del kirchnerismo -Alcira Figueroa (Salta) y Mabel Caparrós (Tierra del Fuego)- tendiente a modificar para modificar la integración del Consejo Directivo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), eliminando la representación que tienen los productores agropecuarios a través de sus entidades representativas.
"No sé por qué hacen esto con el campo porque el sector aporta un montón a la economía", dijo el tesorero de la Sociedad Rural San Francisco.