Historia
A la vista de todos, pero ignorado, el pino de San Lorenzo custodia a la ciudad
Un pino, la batalla de San Lorenzo, el general San Martín y San Francisco. Arturo Bienedell abre el archivo de curiosidades de la ciudad, una vez más.
Por Arturo A. Bienedell
Demasiado inclinado, generando temor porque algún viento fuerte pueda llegar a derribarlo, está en el Centro Cívico, escoltando al edificio de la Tecnoteca, el retoño del pino de San Lorenzo, uno de los choznos nietos del histórico árbol bajo cuyas ramas el general San Martín dictó el parte de la batalla que, en 1813, fue el primer triunfo de las armas patrias.
Está en San Francisco desde 1949, cuando por mandato nacional en distintas ciudades se plantaron retoños del célebre árbol que murió en octubre de 2012, motivo éste que nos debería obligar a prestarle más atención y cuidarlo para que permanezca con nosotros mucho tiempo más de los 75 años que nos acompaña, mudo testigo de tantos acontecimientos citadinos.
El 4 de agosto de 1949 en conmemoración del “Arbolado de la Constitución”, los alumnos de todas las escuelas de San Francisco, plantaron más de 240 árboles en distintas calles.
El acto central se hizo frente a la Fábrica Militar, al costado de Avenida Urquiza a la altura de Bv. 25 de Mayo, donde se plantó un retoño del pino de San Lorenzo. El programa oficial de ese día determinó que izara la Bandera la directora de la escuela “José B. Iturraspe”, Lydia Niedermayer de Biancotti; luego cantó el coro de la Escuela Normal “Dr. Nicolás Avellaneda” y habló el Dr. José C. Juárez, presidente de la filial “Alejandro Aguado” del Instituto Nacional Sanmartiniano.
Se dio lectura al certificado de autenticidad del pino, firmado por el guardián del convento sanlorencino, fray Tomás Calvento y el Acta del Arbolado de la Constitución, y enseguida se cumplió la misión de plantar el preciado retoño.
También se dio comienzo al plan de reforestación encargado por el gobierno nacional. Para ello se dio participación a alumnos y docentes quienes hicieron alusión sobre el beneficio que el árbol presta a la comunidad.
Veinte años luego, el 12 de agosto de 1969, con motivo del comienzo de los trabajos de la rotonda para unir las avenidas Urquiza, Cervantes y Caseros, se trasladó el retoño al Centro Cívico, en el Rincón de los Símbolos, donde permanece ya muy desarrollado y como parte del arbolado del lugar y a salvo por pocos metros de un nuevo trasplante cuando en la década pasada se trasladaron árboles para dar paso al edificio de la Tecnoteca.
Desde entonces, cerca del monumento al Libertador de América, vio el desarrollo de nuestro centro ciudadano sin que quienes circulan en su entorno adviertan su noble origen. Darle identidad con cartelería, proporcionarle algún tutor para evitar que se caiga; protegerlo, al fin, sería justo homenaje a su historia particular y al rol de su chozno abuelo en la gesta sanmartiniana.
En cuanto al pino histórico, Néstor Guillermo Papa, de la Asociación Cultural Sanmartiniana de General Alvear (Buenos Aires), comentó en su momento que, en octubre de 2012, ya muy débil y pese a los cuidados de técnicos del Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), faltando pocos meses para el bicentenario del épico combate, una fuerte tormenta, culminó con su existencia. Un final que no deseamos para nuestro pino.