“A la salud sexual hay que cultivarla con información y educación”

Por Isabel Fernández | LVSJ

La salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; la cual no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad, según lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Para que la salud sexual se logre y se mantenga, agrega la OMS, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud. Desde 2010, la Asociación Mundial para la Salud Sexual estableció el 4 de septiembre como el Día Mundial de la Salud Sexual; un esfuerzo para sensibilizar y promover la sexualidad como un aspecto esencial del ser humano y un elemento de la salud reproductiva que debe ser satisfactorio, saludable y sin riesgos para la población.

La sexualidad es un aspecto central del ser humano a través de su vida e incluye sexo, identidades y roles de género, orientación o preferencia sexual, erotismo, placer, intimidad y reproducción. ¿Cómo estamos cuidando nuestra salud sexual?. El médico especialista en Ginecología y master en Sexología (MP-16863), Ignacio Lares, de nuestra ciudad, reflexionó sobre este tema junto a LA VOZ DE SAN JUSTO y remarcó que a la salud sexual “hay que cultivarla con información y educación”.

“La salud sexual está siendo cada vez más importante en la vida de todos nosotros, es un pilar fundamental de la calidad de vida, de la felicidad, los vínculos y un marcador del desarrollo de las sociedades. Tener buena salud sexual hace que vivamos mejor”, aseguró el médico.

Lares recordó que una “buena relación sexual debe ser siempre consentida, en un ambiente en donde la persona se sienta segura, querida, contenida y respetada. Eso permitirá que los vínculos sociales sean mucho mejores y que los traumas disminuyan, los traumas vienen cuando no hay violencia, ni respeto, ni cuidado del otro”.

Buena salud sexual, mejores vínculos

“Una buena salud sexual permite generar vínculos mucho más estables por eso cada vez se le da más importancia –destacó-. Antes se pensaba que había una fecha de vencimiento en la calidad sexual, pero ahora los avances en la tecnología, la medicina y la ciencia, permiten que cada vez se tenga mejor calidad de vida sexual”.

Advirtió que todavía “existe un desconocimiento muy grande de lo que es la salud sexual y su importancia; el conocimiento que hay es erróneo porque se centra solamente en la genitalidad y en la funcionalidad de los órganos y no tanto en la esfera social, psicológica y filosófica, la importancia que tiene para los vínculos. No se limita solo al uso de los genitales sino a la forma en que nos relacionamos como seres sexuados, es un modo de estar en el mundo”.

El sexólogo aseguró que ante ese desconocimiento “es muy importante buscar información fehaciente, con base científica que nos permita no cometer errores. Actualmente no se educa en las virtudes de las relaciones, sino en los temores. Por eso hay que educar positivamente, no solamente sobre las infecciones de transmisión sexual o los embarazos no deseados, sino en todo lo bueno que permiten las relaciones sexuales como herramienta de comunicación”.

Falta de líbido: una epidemia

Lares aseguró que actualmente se vive “una gran epidemia de falta de líbido y energía y eso se da por el mundo en el que vivimos que es sumamente exigente y que nos deja poco tiempo para el ocio; también por el envejecimiento y el aumento de la esperanza de vida que hace que vayan cayendo ciertas hormonas y eso disminuyen la energía, el deseo. Para eso hay tratamiento y acompañamiento en la vejez, es una decisión personal”.

“Una buena vida sexual tiene múltiples beneficios, mejora la autoestima, permite construir cierta personalidad y vínculos, nos permite sentirnos queridos por otra persona, buscar la felicidad, no es solamente buena desde el punto de vista fisiológico”, manifestó el master en Sexología.

En cuanto a los adolescentes, Lares afirmó que actualmente comienzan su vida sexual activa mucho antes, pero tienen menos relaciones que los adultos. “Es cierto que son más precoces en el inicio de las relaciones sexualidad, pero esta virtualidad que vivimos con las nuevas tecnologías influye en que sean menos los encuentros. Existe cierta desconexión social sin el contacto cara a cara y hay muchos estudios que dicen que los adolescentes como grupo étareo con el tiempo tienen menos relaciones sexuales que los mayores”, dijo.