A 68 años de la muerte de Evita: cómo la despidió San Francisco

Los actos se organizaron de manera conjunta entre la municipalidad y la CGT seccional San Francisco.
El fallecimiento de Evita tuvo amplias repercusiones en todo el país y San Francisco no fue la excepción.
En aquel momento gobernaba nuestra ciudad Miguel Visconti, primer intendente peronista electo en los comicios celebrados a fines de 1951 quien cumplió su mandato de 3 años y luego fue reelecto en 1954 y gobernó hasta septiembre de 1955, cuando se produjo el golpe de Estado originado por la llamada Revolución Libertadora.
Los actos para acompañar el pesar por el fallecimiento de Eva Perón se organizaron de manera conjunta entre la municipalidad y la CGT seccional San Francisco.
Precisamente, en la sede de la central obrera en la ciudad -ubicada en un inmueble de calle Salta al 1700- se montó la capilla ardiente con todos los elementos funerarios donde no faltaban los retratos de "la abanderada de los humildes".
Al lugar concurrían durante todo el día los afiliados al Partido Justicialista a rendir honores a la memoria de Evita. En esa ocasión era usual que las personas llevaran consigo el signo del luto, por medio del cual expresaban el respeto por la memoria de la fallecida.
Durante mucho tiempo ese luto también fue exhibido entre los empleados públicos, más allá de su pertenencia o no al PJ, en una actitud muy criticada desde sectores de la oposición política.
La capilla ardiente de la CGT San Francisco no fue la única que se llevó a cabo en la ciudad. El mismo acto solemne se repitió en numerosos domicilios y unidades básicas del partido donde se destacaba la presencia de niños que eran llevados por sus padres.
Aquellos niños eran los que un año antes habían sido depositarios de los juguetes repartidos por la propia Evita y que guardaban para siempre esa experiencia en su memoria.
Un momento que se recuerda en el marco de las ceremonias por el fallecimiento de Eva Perón tiene que ver con la celebración de una misa que tuvo lugar frente al mástil mayor de la ciudad, que en ese momento se ubicaba en la esquina de Avellaneda y Bv. 9 de Julio, actual ubicación del Museo de la Ciudad, donde se encontraba la municipalidad.
La misa fue oficiada por el sacerdote Carlos Borello, párroco de la Iglesia San Francisco de Asís, que luego fue la Catedral.
De igual manera, el intendente Visconti encabezó una serie de marchas para despedir a Evita de las que tomó parte una multitud de vecinos.
Sus visitas a la ciudad
El 24 de febrero de 1948 no fue un día más para San Francisco. Esa jornada quedó grabada en la memoria colectiva, y atesorada aún con mayor valor por los nostálgicos del Partido Justicialista como el momento en que Eva Perón, en ese entonces primera dama de la República Argentina, pisaba suelo sanfrancisqueño.
El presidente Perón y su esposa arribaron a bordo del Tren Presidencial y a su llegada en la estación del centro de la ciudad, participaron de la inauguración de la obra de la red de agua potable. Por la noche, quedaron alojados en las instalaciones de la Fábrica Militar San Francisco y al día siguiente dejaron la ciudad con rumbo a Villa María en un trayecto que realizaron en automóvil.
La segunda y última visita de Eva a San Francisco se dio a principios de 1951 en un recordado viaje que tuvo como objetivo el reparto de juguetes por diferentes puntos del país. Ese trayecto se extendió hasta el norte del país.
Esas visitas no hicieron más que agigantar la imagen de Eva entre sus adherentes sanfrancisqueños que poco más de un año más tarde recibían atónitos la noticia de su fallecimiento.