Una sanfracisqueña premiada para refuncionalizar la Rural de Jesús María
Se trata de la arquitecta Virginia Gaete quien junto a su marido Alejandro Flores lograron el segundo lugar en el Concurso Nacional de Ideas de Ordenamiento del reconocido predio ruralista.
Por Stefanía Musso |LVSJ
Cuando se habla de la Sociedad Rural, uno inmediatamente imagina el predio de San Francisco. Este lugar, emblema del campo y de nuestra ciudad, es un lugar característico que cuenta con un diseño claro y clave a la hora de potenciar cada una de las áreas que se relacionan con la temática.
La arquitecta sanfracisqueña Virginia Gaete junto a su esposo pero también compañero de facultad y socio Alejandro Flores, obtuvieron el segundo premio en el Concurso Nacional de Ideas de Ordenamiento del Predio de la Sociedad Rural de Jesús María
El objetivo del concurso, según las bases, consistió en formular un esquema de ordenamiento de las actividades actuales y para el desarrollo futuro del predio perteneciente a la Sociedad Rural de Jesús María, localizado en los Municipios de Colonia Caroya y Jesús María, en la provincia de Córdoba. Dicho predio alcanza un área total de 80,83 hectáreas, resultando la propuesta una operación urbanística a realizar en etapas, respetando las preexistencias naturales, artificiales y culturales, reconfigurando sus usos y espacios en una propuesta superadora, innovadora y respetuosa.
Para ello, los arquitectos presentaron Zeppelin. "Se trató del ordenamiento de muchas áreas como parque recreativo, sector rural, deportivo, educativo, vivienda, un hotel, un parque industrial ordenados en dos ejes para su mejor uso y reconocimiento", dijo Virginia Gaete a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Las decisiones principales de esta propuesta se concentran en dos ejes de actividades: el perpendicular a la Ruta 9N que concentra el plan de accesos principales y la actividad hegemónica de la Sociedad Rural de Jesús María, y un nuevo eje de actividades transversal en dirección a la Ruta E-66 a Ascochinga".
Desde este punto de partida "la propuesta trata de conseguir una imagen unitaria del predio a partir de consolidar esta "trama" bidireccional de actividades. Así, se pueden distinguir dos sectores diferenciados: por una parte, el llamado "Parque Habitado" que conecta en un sistema de lugares las distintas unidades programáticas: Sociedad Rural, Eje Institucional, y Parque Empresarial".
"En la otra dirección, en sentido transversal al mencionado, y en dirección a la Ruta E-66 a Ascochinga, se despliega un eje de actividades en algún sentido más novedoso, y se toman al respecto ciertos riesgos. Esta pieza transversal está constituida por tres paquetes programáticos: el hábitat productivo "rururbano" de correcta y acertada ubicación; el Campo de Deportes, posicionado en la mayor relación con la Reserva Natural; y el Parque Educativo, que opera dislocando las sedes educativas actuales en la nueva trama de parcelas rurales-educativas".
El proyecto Zeppeling de Gaete y Flores.
Un ejemplo
Visualizando lo que ya está y a modo de ejemplo, los arquitectos tomaron nuestra Sociedad Rural de San Francisco como un ejemplo a seguir. "Para el desarrollo de la propuesta estudiamos como antecedentes otros predios rurales nacionales, como por ejemplo el predio de la Sociedad Rural de San Francisco, por su pista de remates y Salones Sociales y actividad hípica".
Sin embargo, fueron las visitas de la sanfracisqueña a los eventos ruralistas lo que la llevaron a imaginar el mejor paisaje posible: "Las Ferias Rurales, Mercoláctea y eventos sociales fueron de gran aporte para el desarrollo del proyecto. Nos permitió comprender el fenómeno de uso esporádico, pero de gran envergadura al que se someten estos predios, proyectar las áreas de exposición, expansión, estacionamientos, remates, corrales, logística, así como también el re-uso de esos mismos espacios durante el resto del año, han sido puestos en valor en el resultado obtenido".
El proyecto es el más grande en el que trabajó la pareja, con unas 80 hectáreas de superficie por reordenar.
Reconocidos
Virginia Gaete es de nuestra ciudad y como muchos jóvenes fue la ciudad de Córdoba la que la adoptó para estudiar arquitectura. Allí conoció a quien es su compañero de concurso y también socio y pareja; el arquitecto Alejandro Flores. De la relación, nació la pequeña Alfonsina.
Egresados y docentes de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba, en 2008 abrieron su propio estudio profesional, especializados. especializados en el desarrollo de vivienda individual y colectiva, asesoramiento en planificación urbanística a municipios y comunas y eventualmente, como comunión entre la actividad académica y profesional, participamos de concursos profesionales, como oportunidad para debatir, investigar y reinventarnos.
Sin embargo, para la pareja, participar de concursos siempre fue un desafío que decidieron hacer juntos y la pandemia los alentó a hacerlos. "Años anteriores obtuvimos el 3° Premio en el Concurso Nacional de Ideas para el Centro Cultural UNC en la ciudad de Córdoba y el 1° Premio para la refuncionalización del Parque Sarmiento de la ciudad de Río Cuarto. La participación en el Concurso Nacional de Ideas para el Esquema de Ordenamiento del predio de la Sociedad Rural de Jesús María, participamos en sociedad con el socio Saulo Martín y el estudiante avanzado Marcos Crivelli se dio en medio del Aislamiento Social, preventivo y Obligatorio, siendo de manera virtual cada uno desde su estudio; así como las consultas, entregas de paneles, lectura de fallo y premiación", contó Gaete.
Toda una experiencia diferente para la arquitecta. "Zeppeling es una satisfacción enorme por tratarse de uno de los concursos más grandes en cuanto a superficie en el que participamos, con un poco más de 80 hectáreas".
Si bien es un concurso de Ideas no vinculante, los representantes de la Sociedad Rural de Jesús María "se notaron muy satisfechos con las ideas vertidas en los tres premios porque les posibilitan tomar decisiones con miras al futuro para el desarrollo de futuras expansiones, incorporación de equipamientos, viviendas productivas, espacios culturales y educativos, respeto por el patrimonio - ya que el predio colinda con la Estancia Jesuítica de Colonia Caroya, patrimonio de la humanidad de la Unesco - y desarrollo urbanístico responsable y estratégico para la ciudad y la región".