Un viaje a la nave del futuro industrial
Dicen que el mañana nunca llega, pero en el caso de la industria esta frase queda por el suelo por la vertiginosidad que se exige a nivel productivo. Sin trajes raros, ni cosas volando, pero con máquinas asombrosas la “Pionera” MSF Tech abre las puertas del futuro.
Por Ivana Acosta | LVSJ
En 1958 nació una empresa llamada Maquinarias San Francisco (MSF) y en 2010 una "hija" se independizó de esa familia pasando a llamarse MSF Tech. Detrás de las paredes de su nave industrial nadie podría pensar que se construye el futuro y que se alimentan desde las piezas más necesarias para que una balanza de farmacia pueda pesar, hasta proyectos con el Invap.
Sin conocer muchos detalles de esto entramos en el mundo no de una fábrica tradicional sino de una empresa que brinda soluciones de ingeniería para cualquier metalúrgica. Y así la definen dos de sus socios, Eduardo Marteleur y Jorge Fernández.
Estos dos ingenieros Electromecánicos (que representan a los demás socios) vivieron dos etapas diferentes como profesionales y cuando decidieron darle vida a MSF Tech eligieron apostar a lo que vendrá, no ser espectadores sino participantes de ese futuro.
"Somos una empresa metalúrgica, es una empresa de ingeniería que nace en el 2010 con obligación de solucionar inconvenientes, iniciativas y necesidades de cualquier negocio", concordaron los socios que fueron creciendo en este mercado en formación "a fuerza de aciertos errores" hasta definir su perfil.
A su nave puede llegar "un panadero, autopartista, fabricante de máquinas agrícolas, una fábrica de aviones o una central nuclear", y no es exageración esa expresión porque esas cosas de verdad pasaron.
Su campo de trabajo es variado y cambiante día a día por lo que siempre al llegar tienen un desafío nuevo. Algunos le llaman versatilidad y esa es la filosofía de esta industria.
Cooper, el laboratorio se escindió como empresa para ser la primera de este tipo en el mercado local.
Directo a las grandes ligas
Esta empresa "es jovencita" a diferencia de las anteriores que formaron el camino de Pioneras, pero no por ello ha tenido pocos desafíos, de hecho en poco tiempo afrontaron proyectos de gran envergadura que se hace difícil entender que tengan como enlace a profesionales de San Francisco.
"Hubo un cliente que nos mostró una realidad que desconocíamos y nos apasionó. La empresa es INVAP, nos introdujo en el área nuclear. A finales de 2010 empezamos nuestro contrato de 3 años con Atucha cuando todavía estaba en construcción hasta que nos fuimos con la central en marcha", dijo Marteleur.
Cuando lo cuenta lo hace con los ojos brillándole como quien recuerda algo maravilloso que marca la vida para siempre. Trabajar con Invap que aun sigue siendo su cliente para otros proyectos fue algo increíble: "Nunca pensamos que siendo una empresa tan joven tendríamos las exigencias de trabajar en la industria nuclear".
"En Atucha iban a ser un par de meses para hacer una tarea puntual y nos quedamos hasta realizar todo el control de la sala de residuos nucleares no combustibles", amplió Jorge que también tiene un semblante de orgullo por lo hecho.
De ahí para adelante se marcó un camino donde a los demás les demuestran que la suma de pequeños objetivos hace a uno que a veces parece inalcanzable.
MSF Tech y Cooper están en la misma nave donde cada proyecto tiene un empleado a cargo
Quien es quien
Eduardo contó que sus inicios como estudiante y luego profesional de Ingeniería no estaban atados a programas de computadora ni análisis en laboratorios, se circunscribían a dibujar en un tecnígrafo.
Llegó a San Francisco desde Santa Fe a estudiar Ingeniería en nuestra UTN, donde hoy es docente, era 1977 y la ciudad estaba en boca de todos porque acá trabajo había y el potencial de crecimiento no tenía techo.
En ese momento en la ciudad la mano de obra calificada no era algo que abundaba y por eso muchos técnicos llegaban de Santa Fe o en su caso se tomaba enseguida a egresados de la "Escuela del Trabajo".
Eduardo fue uno de esos foráneos que vino a parar acá y ni más ni menos que a Godeco, la fábrica desaparecida de máquinas de coser. "Yo fui parte de esa historia donde nací y crecí profesionalmente", rememoró sobre su experiencia allí en una firma que también fue "Pionera".
Su socio y colega Jorge también puede contar cómo era ese San Francisco, los años que tiene como persona y desempeñándose como ingeniero lo respaldan, en ese marco durante la charla contó: "Creo que hemos sido una generación favorecida porque digamos tenemos una pata puesta en cada lado de la historia y podemos contar las dos verdades de lo que pasó antes de la globalización y después".
En general montar a la empresa donde nos recibieron obligó a "aggiornarse a nuevas formas de trabajo, empleo y manejo de tecnología, amén de los desafíos", ellos son parte de una generación de tecnígrafos cuando ahora todo se resuelve más rápido casi en vivo.
La empresa está ubicada en el Parque Industrial
Una "joyita"
En 2015 llegó otro gran desafío para la empresa cuando trabajaron en la electrificación de la línea de tren General Roca en la capital del país. Una buena parte de las piezas fueron fabricadas y ensayadas en la nave de MSF Tech.
A partir de ahí se abrió una nueva empresa en este círculo de "hermandad" que fueron desprendiéndose y especializándose cada vez más. Cooper se llama el laboratorio de metrología, análisis de materiales, ensayos y calibraciones.
Funciona dentro de la misma nave industrial y está abierto a toda la industria, funciona como una empresa diferente y está destinada a ensayos metalúrgicos.
El laboratorio es un viaje al futuro, no hay nada volando ni trajes raros como se instaló a través de los relatos de Hollywood sobre ciencia ficción. Son las máquinas las que asombran, las detecciones en minutos que pueden hacer y beneficiar en producción a otras fábricas.
Lo que se exige es calidad y rigurosos controles por eso antes de enviar a un laboratorio externo sus trabajos se encargaron ellos de proveerse y a la vez encontrar un mercado "vacío" en la ciudad para beneficiar a otras industrias.
"Calificamos nuestros procedimientos para el área nuclear, tenemos un contrato de equipos que van a Atucha donde calificamos los procedimientos de soldadura, composiciones químicas, controles de calidad, (ensayos no destructivos) que sin este laboratorio y con el problema del covid habría sido imposible", puntualizaron.
Hacia dónde ir
San Francisco pasó por varios estadios en su camino industrial. En diferentes épocas algunos nombres aparecieron y después se perdieron en el tiempo; otros se reconvirtieron y siguen presentes en el mercado, y un puñado más reducido continúa firme como en la primera hora.
"Un ejemplo de esto es la misma MSF que vendía herramentales de todo lo que se fabricaba acá en los ´60 y a mediados de los '80 eso se cayó, reconvirtiéndose en una empresa de ingeniería electromecánica - relató Fernández - Casi 20 años después formamos una empresa que tuvo un gran inicio a partir de la contratación de INVAP".
Esa transformación la sufrieron muchas empresas de acá que modificaron su rumbo para adaptarse al mundo en que vivimos y para él San Francisco está preparado para eso.
En el largo camino histórico industrial de San Francisco tomamos diferentes rutas. Fuimos por distintas fábricas y buscamos testigos de los grandes cambios.
Primero Bianchi, después Godeco, más adelante Macoser y ahora MSF Tech, en definitiva, pasamos de las raíces a la gran época de oro, el pasado tan reciente que se mimetiza con el presente y llegamos hasta acá con lo que se avizora más adelante.
San Francisco es muchas cosas, pero en el perfil que todos damos incluimos la palabra industria como el germen que identifica a esta ciudad y que ha roto las barreras del tiempo, del espacio y de la geografía yendo por todo el mundo.