Será necesario nuevo contrato social
La puesta en marcha de la denominada cuarentena administrada implica un desafío enorme. Para evitar actitudes de autoritarismo que alteren la libertad de los ciudadanos. Y también para generar conductas responsables que esa misma libertad exige para la convivencia social.
Con la puesta en marcha de la denominada cuarentena administrada, varios sectores están volviendo al trabajo, aunque con las condiciones particulares que la pandemia obliga. Se trata de un desafío importante porque el positivo resultado del aislamiento puede ser tirado por la borda si todos los involucrados no actúan como se debe en esta emergencia. Además de la responsabilidad ciudadana, el control de las fuerzas de seguridad se intensificará seguramente para evitar que la situación se desmadre.
Esto implica un desafío enorme. Para evitar actitudes de autoritarismo que alteren la libertad de los ciudadanos. Y también para generar conductas responsables que esa misma libertad exige para la convivencia social. En este una frase del gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, quizás describe lo que viene en estos días: "Nadie vuelve a su negocio, a su fábrica, levanta la persiana, abre la puerta y sigue con todo como antes".
Estos conceptos remiten a la idea de que se requiere un nuevo contrato social en el país y en todo el mundo si se pretende que el trabajo, la escuela y las relaciones se restablezcan. Al respecto, en un artículo publicado en The New York Times, el doctor estadounidense David A. Kessler , profesor de epidemiología, bioestadística y pediatría en la Universidad de California, sostuvo que "volver a nuestra antigua realidad será un proceso lento y frustrante que tomará muchos meses y requerirá profundos pozos de paciencia. No seremos completamente libres hasta que tengamos una vacuna. Entonces, ¿cómo navegaremos por este peligroso terreno?".
Responde a su pregunta señalando que esto "requerirá una nueva cláusula en nuestro contrato social que significará menos contactos con otros y usar equipo de protección. Así como obedecemos las leyes más básicas para protegernos a todos, todos debemos aceptar la responsabilidad no solo de nuestro círculo de amigos, familiares y colegas, sino también de la comunidad en general. Nuestro comportamiento colectivo será el determinante principal de si podemos mantener este virus bajo control. Todos tenemos la salud de nuestros vecinos en nuestras manos".
Quizás también este nuevo contrato social deberá abarcar todos los demás ámbitos de la vida social del ser humano. Porque ha quedado demostrado que la vulnerabilidad es una condición inherente al hombre. Y que la mirada de invencibilidad que pretendió instalarse durante los últimos años ha quedado destruida por un enemigo invisible.
La idea de contrato social es un antiguo postulado de diversos filósofos. Desde Platón hasta la actualidad han sido innumerables las voces de la filosofía que han ayudado, en mayor o menor medida, a establecer la idea del contrato social. Por ejemplo, y más allá de interpretaciones ideológicas, Hobbes la perfiló puesto debía evitarse que el hombre fuese el lobo del hombre. Aunque es con Jean Jacques Rousseau la tradición del contrato social alcanza su mayor difusión y aceptación.
Uno de los conceptos fundamentales de la teoría del pensador francés es el de la "voluntad general". No es la voluntad de cada uno. Requiere de un compromiso individual para el bienestar del conjunto. Adquiere categoría moral. Navegar el peligroso terreno sembrado por el coronavirus quizás requiera nuevos acuerdos sociales. "Firmar" un nuevo contrato en el que se exponga la voluntad general de que no es posible seguir como antes de la pandemia.