Qué “Grosso” el profesor

El reconocido profesor Pablo Grosso analizó el presente del tenis en la ciudad.
Es otro de los preparadores físicos reconocidos en la ciudad, hacedor de exitosos tenistas que dejaron su huella a nivel nacional e internacional. Un apasionado de su profesión en la que ya lleva 27 años motivado por el placer de la docencia.
Una amplia trayectoria desarrollada en el plano deportivo privado y ahora en forma paralela en el ámbito oficial. El "profe" Pablo Grosso, en un diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, aludió al desarrollo del tenis en la ciudad, y del camino recorrido en una disciplina que lo ayudó a crecer en el orden profesional y humano.
-¿Cuáles son tus tareas en la actualidad ?
-Me desempeño como director de la Escuela de tenis de San Isidro junto al profesor Alejandro Garrone con quien organizamos el 1º Future profesional de varones junto a Claudio Faya en 2012. Soy asistente técnico de la Dirección de Deportes y "profe" del gimnasio municipal donde preparo a gente común y deportistas. Además integro la comisión directiva de la Asociación de Profesionales de Educación Física (Afep).
-¿Cómo ves el presente del tenis local?
- En el tenis local se pasó por diferentes etapas, sufrió mesetas debido a diferentes causas, situación económica, la ausencia de referentes, etc. Hoy por hoy está creciendo debido a la formación de la Liga del Centro donde reúne a todas las categorías de escuelas de tenis, abriendo el abanico a localidades vecinas sumando más de 100 chicos por torneos. Una base muy amplia.
Volvieron los referentes, la Copa Davis, todo suma. Y muy importante fueron los programas escolares de tenis en jornada extendida en el colegio primario donde se capacitó a profesores de Educación Física.
-¿Hubo algo que cambió desde aquel entonces al día de hoy?
-Siempre hay cambios, son diferentes épocas. Años atrás el chico pasaba más tiempo en el club, hoy por hoy está menos tiempo pero hay que encontrarle la vuelta y agionarse al presente, tal vez optimizar los momentos que está en el club, teniendo objetivos claros y divertidos.
-¿Añoras los tiempos de Chialvo, Cravero, Buckschtein, entre otros?
-Claro que uno recuerda aquellos años con Chialvo quien fue campeona mundial por equipos sub-16 en Perth, Australia junto a Dulko y Salerni. También jugó torneos profesionales en Italia y Holanda y fue campeona sudamericana junto a Alejandra Buckschtein en el '95.
Cravero con sus participaciones en tres Grand Slam, en Wimbledon enfrentando en 2007 a quien esa oportunidad era la número uno del ranking Justine Henin. También medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 en dobles junto a Betina Jozami. Además formó parte del equipo de Argentina de Copa Federación.
Otro fue Martín Vercesi quien supo ser becado en la academia de Manuel Orantes en Barcelona y Virginia Tomatis de Altos de Chipión, otra gran jugadora.
Uno hace mucho tiempo que trabaja en el tenis, y vio pasar muchos jugadores. Seguramente que el grupo de tenistas que nombras marcaron una época de oro en el tenis local e internacional, jugadoras que siguen siendo referentes.
-Aquellos años te ayudaron a crecer también como entrenador...
-Con el paso de los años uno va creciendo como profesional y persona. Aquellos años desarrollaba más programas de trabajo, mucha planificación y contábamos con un material humano muy bueno.
Recuerdo que una vez Tito Vásquez llegó en un verano para realizar una pretemporada con Chialvo, su experiencia me ayudó muchísimo e hizo que estemos a la altura de las circunstancias.
El fue capitán de Copa Davis, trabajó en el departamento de desarrollo de la AAT, estuvo trabajando y organizando el tenis de Inglaterra, todo un referente en este deporte.
-¿Sos un agradecido del tenis?
- Sí, totalmente. Son muchos años conviviendo con este deporte, formando jugadores y sobre todo personas. Gracias a ello, uno creció como profesional y personalmente.
-¿De que manera comenzaste en esta disciplina?
- Llegué al tenis de la mano de los hermanos Gariotti (Sergio y Claudio), necesitaban un "profe" de Educación Física que se encargara de la preparación física de su academia y ahí comenzó el gusto por este deporte.
-¿Estás satisfecho con lo realizado o tenés alguna cuenta pendiente?
- Llevo 27 años como profesional de la Educación Física, siendo preparador físico y "profe" de tenis, y la verdad es que estoy muy conforme con lo realizado. Cuentas pendientes no tengo, pero todos los días se renuevan los objetivos y eso hace tan linda esta profesión.
Educar a través del deporte y la actividad física te pone pleno y renueva las energías para el día a día. En la continuidad está el éxito tanto en el aspecto profesional como humano.
-¿Qué fue lo mejor que te pasó en tu profesión?
-Lo mejor que me pasó como profesional son los logros de mis alumnos, por ejemplo, campeonatos nacionales, sudamericanos y hasta del mundo, y en lo humano, ver a tus alumnos ser buenas personas. También haber conseguido muchos amigos.
La superación de los deportistas ese es el objetivo principal, que vayan mejorando día a día.
-Cuáles fueron tus inicios como preparador porque también incursionaste en otros deportes...
-En el '90 me recibí de profesor de Educación Física en el Ipef en Córdoba, luego cursé la licenciatura. Después trabajé en muchos deportes, como fútbol, hockey, básquet, escuelas de verano, fui entrenador personal de pilotos de motociclismo y automovilismo. Además en el equipo de San Isidro que jugó la Liga Nacional de vóley de mayores que conducía el "profe" Fernando Bonino.
-¿Te considerás un apasionado de lo que hacés?
- La pasión es parte de la profesión y es un medio de vida. Haciendo docencia en cada actividad, cosechando amigos, educar y formar deportistas y personas de bien.
-¿Algo para agregar?
-Agradecer a todos los que formaron y forman parte de mi profesión como mis padres (Horacio y Nilda) quienes me inculcaron el sentido de la honestidad y superación, mis hermanos (Silvia, Eduardo y Gabriel), cuñados, sobrinos, la familia Gariotti, a la Municipalidad de San Francisco en la persona del intendente Ignacio García Aresca, a la dirigencia y empleados del club San Isidro, a los profesores Garrone y "Tutto" Fiore, incluso mis alumnos que me dieron la posibilidad de crecer como profesional y persona.