Los 200 años de Villa Concepción
"La villa" acaba de conmemorar su Bicentenario, una acontecimiento que permite reflexionar sobre la pujanza de un pueblo que anhela la radiación de su primera industria.
Se realizaron el pasado lunes los actos centrales celebratorios del Bicentenario de Villa Concepción del Tío, la población más antigua de la región. Este acontecimiento no pasó inadvertido para una amplia zona del oeste del departamento San Justo en virtud de la importancia histórica que esta localidad tiene, así como su condición de "albergue" de uno de los santuarios católicos más importantes de la provincia.
Conmemorar 200 años de existencia de una población significa renovar el impulso hacia el progreso y demostrar que, pese a todos los vaivenes, el ser humano encuentra su modo de realizarse cuando existe un proyecto común y se esfuerza en llevarlo adelante.
La Villa Concepción fue un núcleo urbano central para el desarrollo de toda la región. En 1764 se había instalado un fuerte a diez cuadras de lo que es hoy el casco urbano. Se lo llamó Fuerte de San Carlos de El Tío. Allí se construyó un primer templo que albergó la imagen de la Virgencita, cuya veneración motivó que muchos fieles se acercasen a la zona. En 1817, el cura párroco propuso la declaración de Villa. Así nació Villa Concepción del Tío o Villa Concepción del Norte para diferenciarla de la Villa Concepción del Río Cuarto.
La población fue sede de la Comandancia de Frontera del Este y cabecera del Departamento San Justo hasta su traslado a San Francisco. La institución de la jefatura política que durante décadas rigió la vida institucional de la región estaba instalada en la villa hasta que el crecimiento de San Francisco obligó a su traslado. Por ello, resulta innegable que esta población, hoy pequeña pero repleta de anhelos de pujanza, es depositaria de una historia común, de un ferviente deseo de progreso y bienestar en el este y noreste del territorio cordobés.
En palabras del intendente actual, "la radicación de una industria le daría vida a nuestro pueblo y en ese sentido estamos trabajando y gestionando. No es fácil contar con una industria en el pueblo; si bien la mano de obra es absorbida por industrias de El Tío y Arroyito, necesitamos contar con algo propio para dejarle a las futuras generaciones". Esta circunstancia renueva el desafío para que la Villa recupere aquel esplendor.
Es posible que así ocurra porque, vigilante, la Virgencita bendice el esfuerzo de sus habitantes, su capacidad de trabajo y sus ansias de progreso basadas en la fortaleza que le brinda la fe cristiana encarnada en la histórica advocación mariana que se venera en el Santuario de esta población.