La obra maestra que fue posible gracias al pinball
Una banda de rock prepara la obra maestra que la salvará de la bancarrota, sobre un niño ciego, sordo y mudo que dominará a las masas. Pero no consiguen convencer a los grandes críticos. Un detalle, un añadido hecho canción, puede resultar entonces el soborno perfecto.
Por Manuel Montali | LVSJ
Un muchacho canta que, desde que era joven, había recorrido con devoción todos los juegos de pinball habidos y por haber. Pero que nada volvió a ser lo mismo luego de que descubrió a un chico sordo, mudo y ciego que jugaba por intuición, mucho mejor que él, dominando la máquina como si fuera una parte más de ella.
La canción se llama "Pinball wizard" (El mago del pinball) y fue incluida por "The Who" en esa magnífica obra conceptual de ópera rock que es "Tommy" (1969), una de las que inauguró el género.
El disco narra las aventuras de ese prodigio del pinball, afectado en sus sentidos luego de ser testigo de una tragedia familiar de corte shakespeareana: el padre, un soldado al que se había dado por muerto, regresa a su casa y asesina a la nueva pareja de su esposa, tras lo cual ambos convencen al niño de que no vio ni escuchó ni debe decir nada). Obedeciendo literalmente, aislado del mundo exterior y siendo víctima además de los abusos de un primo, un tío y de cuanto charlatán intenta curarlo (hasta con dosis de alucinógenos), el protagonista encuentra en este juego un medio de redención. A la postre, se transformará en un neo Jesús, hasta que sus fanáticos se le vuelvan en contra... no lo crucificarán, pero lo devolverán a su mundo interior. Como "The Wall", pero con el final invertido.
Lo curioso del caso es el tema del pinball. El guitarrista Peter Townshend, su autor, renegó alguna que otra vez de la canción, que es uno de los grandes éxitos del disco. Quizá sea justamente por el bendito pinball y por los motivos que subyacen a la elección de este hobby como el que termina distinguiendo a su criatura.
"The Who" era por entonces una potentísima banda de rock duro al filo de la bancarrota y la separación. Pero apareció Townshend con la idea de terminar con los discos en donde cada canción es una historia aislada. Eran los sesenta y estaban en auge la espiritualidad de corte hindú (el guitarrista era seguidor de Meher Baba), los viajes interiores y los rebaños que se apiñaban detrás de nuevos mesías que enseñaran a poner la otra mejilla. Así se fue gestando esta historia.
El proyecto era pretencioso pero prometía, aunque no lo suficiente como para que algún que otro crítico no lo mirara de reojo. Y los Who necesitaban de buenas referencias para poder venderlo. Por ahí se cruza entonces la figura de Nik Cohn, uno de los grandes en cuanto a crítica de rock, que no quedó del todo entusiasmado con el adelanto de material que le hicieron escuchar. El periodista era además un fanático del pinball, tanto, que estaba escribiendo una novela sobre una adolescente que la descosía en este juego. A Townshend este dato no le pasó desapercibido, y fue para mejorar la reseña de Cohn que se inclinó por hacer a su Tommy también un ídolo de este juego. Hay que entender el contexto: dominar el pinball era, en los sesenta, el equivalente a lo que en mi niñez fue saberse todas las fatality del Mortal Kombat o a quien hoy se impone en el Fortnite.
El truco le salió bien a Peter. Con "Pinball wizard" el disco perdió algo de suntuosidad y ganó mejores críticas de Cohn y la industria en general. Sí, se vendieron, pero con estilo.
Dijimos que "Tommy" es uno de los discos conceptuales que inauguró el género. Pero no fue, por cierto, el primero. Incluso, un año antes, una banda llamada "The mothers of invention", en la que sobresalía ese prodigio de Frank Zappa, había publicado también un disco conceptual, que con acidez criticaba la movida juvenil de la época, el hipismo, la política de izquierda a derecha y cierta hipocresía en el mundillo musical (representado por The Beatles). Este disco se llamó "We're only in it for the money" (Solo estamos en esto por el dinero).
El dinero nunca es todo, pero cómo ayuda. A una banda al filo de la bancarrota y la separación, al menos, le ayudó bastante. "Tommy" hasta se convirtió en película y reunió un elenco de lujo (los Who junto a Eric Clapton, Tina Turner, Elton John y Jack Nicholson), y a la fecha sigue figurando entre las grandes obras del rock mundial.
Como su criatura, Townshend jugó por intuición. Y resulta que jugó muy bien. ¿Al pinball? No, en el pinball siempre dijo ser pésimo. De hecho, lo odia.