Jugando en serio: el mundo Lego de Fausto

Para este sanfrancisqueño, programar es el equivalente contemporáneo de leer y escribir y se vale de esos ladrillos de colores para desarrollar sus habilidades informáticas.
Probablemente, cualquiera de nosotros cuando era pequeño haya jugado con Lego -esos ladrillos de colores que atraen como imanes- construyendo puentes, casas, castillos y cuanto nuestra imaginación nos permitiera. Aquella empresa surgida en Dinamarca en 1940 fue evolucionando y adaptándose a los tiempos, pero nunca se alejó del objetivo: crear y desandar un universo de fantasía que va más allá de una caja de piezas de encastre con instrucciones para ser una herramientas didáctica que se incorpora como recurso educativo.
Fausto Ferrando López, de 14 años, pasó de construir la Leyenda de Chima de 223 piezas a los 5 años, a convertirse ayer en programador y constructor infantil Lego con su propio robot Lego Mindstorms EV3.
Cuando sea adulto, Fausto espera que todo lo aprendido le sirva para diseñar productos de uso cotidiano, por lo que no descarta para su futuro un carrera universitaria como Diseño Industrial.
"Antes veía a los Lego como un simple juguete. Hoy se convirtieron en una herramienta para crear todo lo que quiero", contó el adolescente a LA VOZ DE SAN JUSTO.
El EV3 de Fausto va y viene por su habitación. Tiene sensores de color y responde a todas las órdenes que el adolescente programó previamente en su computadora con el sistema de programación Lego. "Es como un autito a control remoto pero con piezas de encastre", explicó.
Fausto reconoció que es difícil acceder a los EV3 en la Argentina porque no se consiguen y de hacerlo, su precio supera el de cualquier juguete. "El EV3 es la matriz, el pensamiento, la cabeza del cuerpo al que luego le podés agregar todas las piezas de encastre que quieras para hacer tu propio robot".
"Los Lego son más complejos que los encastres de otras marcas ya que tienen más piezas específicas para crear diferentes juguetes mecanizados que pueden adaptarse a lo que uno quiere", siguió.
Los bloques entrañables de la infancia que ya son un clásico de varias generaciones
Fausto cursa el tercer año "A" de la escuela experimental Proa con orientación en Programación. Reconoció que todo lo aprendido "me va a servir para el futuro porque quiero volcarlo en la creación de objetos para la vida cotidiana de la gente".
Un mundo real
A los 5 años, Fausto conoció los Lego. Era la caja de "Leyendas de Chima" con 223 partes para armar. "Recuerdo que unos amigos de mis padres me trajeron de regalo una caja de Lego para armar. Cuando empecé a colocar pieza por pieza, me atrapó y quedé fascinado".
Convertido en su juguete favorito, a los 9 y con ganas de aprender más sobre el universo Lego, descubrió en la ciudad de Córdoba un lugar donde niños y adolescentes se forman en Lego Education, un sistema de aprendizaje en diseño y robótica de la firma danesa que les enseña a crear sus propios robots estimulando así la pasión por la ciencia y la tecnología.
Para ello, Fausto viajó durante cinco años a la capital provincial y este sábado terminó su capacitación en programación Lego y Arduino, otro software más complejo que suma a su formación para construir dispositivos digitales e interactivos que puedan detectar y controlar objetos del mundo real.
"Los cursos fueron desde lo más simple hasta lo más complejo. Primero, empecé conociendo lo básico de programación Lego. Luego, pasé a conocer cómo hacer planillas y planos con la descripción de los movimientos de robot y así siguió mi capacitación hasta poder diseñar el mío con piezas Lego".
Fausto aprende de robótica utilizando los bloques de construcción más famosos
"Todos pueden programar con este sistema. Lo interesante que tiene Lego es que estimulás la concentración, la observación y siempre estás pensando en hacer algo más", confió Fausto.
Por último, invitó a chicos de su edad a descubrir el universo Lego. "Es atrapante estar jugando con eso y de repente ver que pudiste programar tu propio robot".