El drama de la droga: “Todas las semanas familias piden que judicialicen a sus hijos”

Tras el episodio de Chano, el doctor Mario Vignolo aseguró que el suyo "no es un caso aislado", sino una realidad cotidiana en San Francisco y alertó sobre la importancia de abordar las adicciones desde la salud mental. Antes de llegar a esa instancia, los familiares de adictos ansían que se rehabiliten, pero aún existe un vacío en los sistemas de salud respecto a esta problemática que es "gravísima" y "está subestimada".
Por Cecilia Castagno | LVSJ
Un especialista analizó el caso "Chano", la relación entre adicciones y padecimientos mentales y advirtió sobre la necesidad de un "cambio estructural" en el sistema de abordaje de esta problemática en ascenso desde la salud mental.
Lo ocurrido con el músico Santiago "Chano" Charpentier, quien recibió un disparo en el abdomen por parte de un policía en medio de un presunto brote psicótico, "no es un caso aislado. Semanalmente se registran en el Hospital Iturraspe al menos dos casos de familias desesperadas que están atravesando esta situación y reclaman poder internar a sus hijos", contó el doctor Mario Vignolo, psiquiatra, toxicólogo y criminólogo, asesor de la Secretaría de Adicciones y Salud Mental de la provincia de Córdoba.
Esto "representa un problema gravísimo y subestimado", aseguró Vignolo y alertó sobre el impacto de la pandemia: "La salud mental fue una de las más portergadas".
En tanto, Vignolo rescató que "la provincia de Córdoba es una de las que mejor trató la problemática a través de una respuesta integral, creando la Red Asistencial de las Adicciones de Córdoba (RAAC)" y defendió la creación de la Comunidad Terapéutica Pública.
"La salud mental para muchos no es un problema de salud, sin embargo, es uno de los principales. Cualquier patología tiene también un componente psicosomático", explicó.
De la teoría a la práctica
Vignolo puso reparos sobre la Ley Nacional de Salud Mental 26.557, sancionada en 2010. Sostuvo que para que su reglamentación "sea plena, debería haber más centros para rehabilitación de enfermos adictos" y la tildó de "garantista".
Quien era director del Hospital "J. B. Iturraspe" cuando abrió el Pabellón de Salud Mental hoy sostiene que "funcionaba muy bien hasta que la ley prohibió las internaciones involuntarias" lo que hizo que muchos pacientes que están judicializados "no deberían estarlo" y "sobrecargó al sistema judicial".
La ley dice que la internación y aislamiento de un paciente es una medida extrema y dañosa, restrictiva de derechos, que priva de autonomía en nombre de su protección, pero que también puede ser necesaria y primordial para preservar al paciente y su entorno, y evitar un daño mayor. En esa disyuntiva, Vignolo considera que no brinda "las herramientas necesarias" y "entorpece" el tratamiento.
"Le esencia de la ley puede tener buenas intenciones, pero no sirve si se la disfraza de garantista", sentenció.
Por otra parte, Vignolo alertó sobre el peligro de banalizar el consumo: "La legalización del cannabis medicinal no contribuye, es un disfraz, maquillaje. Está mal dicho uso recreativo, es uso nocivo, recreativo es ir a jugar al fútbol".
-¿Qué es un brote psicótico? ¿Puede desencadenar a partir del consumo de drogas?
Es un brote que comienza con delirios, alucinaciones, que puede responder a una esquizofrenia o a una patología grave de la psiquis pero también se da en los adictos en consumo. En tanto, hay otros pacientes considerados enfermos duales, que tienen una patología de base y además consumen, entonces, esto puede derivar en un brote psicótico en el que el la persona no comprenda su accionar, esté fuera de control, haya delirios y alucinaciones. En el caso del cantante Chano, por lo que se dice también sufre trastorno personalidad narcisista. El de Chano no es un caso aislado. Semanalmente se registran en el Hospital Iturraspe al menos dos casos de familias desesperadas que están atravesando esta situación. Muchas familias sufren el drama de las adicciones severas y reclaman poder internar a sus hijos.
-La Ley Nacional de Salud Mental establece que "las adicciones deben ser abordadas como parte integrante de las políticas de salud mental". ¿Está de acuerdo?
Sí, pero creo que para que la ley sea plena, entre otras cosas, debería haber más centros para rehabilitación de enfermos adictos. La ley se hizo con buenas intenciones pero, como todo en este país, se termina transformando en una cuestión política, con tinte garantista, cuando debería dar esa garantía a la sociedad y a los propios enfermos. El objetivo fue externizar a aquellas personas que hacía muchos años que estaban internadas pero si esa familia en tantos años no se preocupó, tampoco lo haría ahora, entonces no hay un contexto familiar acorde. La ley inicial contemplan dispositivos para la desmanicomialización como hospitales de día, hogares de tránsito, "casas de medio camino", comunidades terapéuticas, para un abordaje en comunidad. Se puso en marcha la ley pero no se crearon suficientes lugares como estos.
-Se habla de la reconversión de las viejas instituciones psiquiátricas monovalentes en polivalentes que incluyan a la salud mental en los ámbitos de las prácticas de la salud en general. Ahora bien, ¿se está avanzando en Córdoba en esta dirección? ¿Se están tomando decisiones?
La Provincia de Córdoba es una de las que mejor trató la problemática a través de una respuesta integral, creando la Red Asistencial de las Adicciones de Córdoba (RAAC) que hoy continúan el ministro de Salud Diego Cardozo y el secretario de Prevención y Asistencia de las Adicciones, Darío Gigena Parker. Falta muchísimo por hacer todavía. La pandemia desplazó todo y la patología psiquiátrica quedó relegada y subestimada. El sistema de salud se vio superado por el coronavirus y profundizó la necesidad de una eficaz atención a la salud mental.
-Pero este es un debate anterior, incluso, a la pandemia.
La salud mental para muchos no es un problema de salud, sin embargo, es uno de los principales. Cualquier patología tiene también un componente psicosomático. De hecho, pareciera que los psiquiatras no fuéramos médicos. La pandemia hizo que se postergara aún más la atención de patologías psiquiátricas y a la vez, que se exacerben. El aumento del consumo de psicofármacos y drogas durante la pandemia ya supera el 20 por ciento respecto a años anteriores; es muy asombroso y alarmante, así como también los estados de ánimos alterados, la inestabilidad, la depresión.
- En el Pabellón de Salud Mental del Hospitalhay una alta demanda por drogadependencia y pacientes judicializados. ¿Fue adelantado en ese sentido? Usted era su director.
Fui, de alguna manera, un pionero cuando pedí la creación del Pabellón de Salud Mental (San Francisco no contaba con un centro público para tratamiento de personas adictas, un problema que se extendía a todo el interior provincial). Veía la necesidad; en los Tribunales, todos los días gente pidiendo que la justicia intervenga para que internen a un familiar suyo adicto. Funcionaba muy bien hasta que la Ley de Salud Mental prohibió las interacciones cuando son involuntarias y con ello se superpobló la judicialización de internaciones, lo que sobrecargó al sistema judicial, porque no se puede internar a alguien sin hacer antes una pericia, con el agravante de que hay tanto trabajo que a veces no se puede hacer un seguimiento de todos los casos.
-En esos casos, ¿la internación involuntaria como una modalidad de tratamiento debe darse como última opción?
En caso de judicializarse el caso, sí, es la última opción. La internación solo puede ser voluntaria, así lo estipula la ley. Esto representa un problema gravísimo y subestimado.
-Entonces, hay una ley pero ¿los profesionales no tienen herramientas para actuar sin que eso implique un retroceso en los derechos de la persona con padecimientos mentales o con casos graves de adicción?
Se ha hecho una ley sin las herramientas necesarias. A los pacientes se los externa, aunque yo considero que en algunos casos, las internaciones crónicas tienen que seguir; las internaciones -no tan largas- por adicciones tienen que estar. Tiene que haber hospitales perfilados para tratamientos de adicciones y para oligofrénicos (débiles mentales). La ley dejó de ser una solución, sino que pasó a entorpecer el tratamiento y sobrecargó a la justicia con casos que deberían ser manejados de otra forma.
-¿La ley realmente tiene un espíritu desestigmatizante?
Estigmatizar sería dejar al enfermo en la calle, desamparado. Muchas personas que sufren brotes psicóticos, bien medicados, pueden llegar a tener una vida normal. Pero muchas veces el esquizofrénico deja la medicación, dice 'estoy bien' y se brota. Hay esquizofrénicos que trabajan, dirigen empresas, pero eso depende de un cuidado que no debe abandonarse nunca. Los garantismos muchas veces le hacen daño a la propia víctima. Le esencia de la ley puede tener buenas intenciones, pero no sirve si se la disfraza de garantista.
-¿Familias y referentes afectivos constituyen un sistema de apoyo fundamental en los procesos de externación? Pero por otro lado, la ley prohíbe hacer diagnósticos sobre la base de "demandas familiares", entre otras.
En la mayoría de los casos, las familias no tienen otra salida más que denunciar, lo que genera en el paciente un fuerte rechazo hacia los suyos, que no quieren otra cosa que ayudarlo. En su desesperación, no saben qué hacer y piden que se judicialice al paciente. Todas las semanas, familias que me consultan qué hacer con su hijo adicto. Yo aconsejo que realicen la denuncia, aun cuando sea una actitud desgraciada y dolorosa, porque están pidiendo que internen a un ser querido, lo judicialicen y que lo detengan con la policía para trasladarlo. Es un tema muy delicado y que muchas veces tiene directa conexión con el delito, porque el adicto puede llegar hasta robar para conseguir droga.
-A falta de más centros de rehabilitación, muchos se refugian en la religión.
Instituciones como Asociación Nazareth, Puente a la Vida, Reto a la Esperanza y muchas otras funcionan muy bien, hacen un trabajo extraordinario en torno a la problemática de las adicciones, pero no pueden hacerlo solos., siempre se necesita la pata del Estado, un cambio estructural en el sistema.
-¿Hay una banalización del consumo de drogas ilícitas, así como del alcohol o de psicofármacos?
El crecimiento del consumo de drogas ilegales ha crecido considerablemente a lo que se le suman las drogas sintéticas que se pueden fabricar en un garaje sin mayores recursos. Esas patillas pueden tener efectos variables, difíciles de manejar, producen situaciones como patologías cardíacas o deshidratación, que pueden ser fatales. Se ha banalizado el consumo y creo que la legalización del cannabis medicinal no contribuye, es un disfraz, maquillaje. ¿Por qué no lo produce el Estado?, debería ser este quien lo autorice y provea gratuitamente. Se habla de autocultivo y que habrá organismos de control, pero todos sabemos cómo son los controles en la Argentina. Está mal dicho uso recreativo, es uso nocivo, recreativo es ir a jugar al fútbol.
Sin salida. "En la mayoría de los casos, las familias no tienen otra salida más que denunciar, lo que genera en el paciente un fuerte rechazo hacia los suyos, que no quieren otra cosa que ayudarlo. En su desesperación, no saben qué hacer y piden que se judicialice al paciente. Todas las semanas, familias que me consultan qué hacer con su hijo adicto. Yo aconsejo que realicen la denuncia".
-¿Qué opinión tiene en relación a la respuesta de las fuerzas de seguridad en el episodio protagonizado por Chano?
La policía no está preparada para atender estas situaciones. En 2020 tuvimos el caso del hombre que apuñaló y mató a un efectivo de la Policía Federal, en el barrio porteño de Palermo, a plena luz del día y a la vista de todos; tenía facultades alteradas. Y ahora lo de Chano, entonces surge nuevamente la polémica por las pistolas Taser ante situaciones que involucran a personas bajo efectos de sustancias o víctimas de padecimientos mentales. Desconozco cómo fueron los hechos en este caso, pero la mayoría de las veces la Policía no está preparada para intervenir en casos como estos.
-Llega primero la Policía que un equipo de salud. ¿Sucede porque está instalada la idea que esa persona eventualmente puede ser un peligro?
Alguien que no maneja sus impulsos y su razón, lo primero que tiene afectado es la zona prefrontal del cerebro, que maneja la toma de decisiones, los sentimientos y el control de impulsos, entonces esa persona no tiene capacidad de decidir y es necesario intervenir.
-¿Hay algún país modelo en el abordaje público de la salud mental?
Italia - San Marino-, aunque en pandemia recrudecieron problemas vinculados a este tema. Los países bajos o Canadá también tienen buenos sistemas, este último tiene psiquiátricos modelo, de lujo, hasta tienen un último nivel para psicópatas peligrosos, asesinos. Pero no existe la panacea. Todavía falta mucho en nuestro país para lograr una reforma del sistema de salud mental.