24M: pidieron mantener viva la memoria y reclamaron por los presos políticos en democracia

La Comisión Memoria, Verdad y Justicia de San Francisco leyó un duro documento en el que recordó el golpe del '76 y repudió a aquellos que hoy "desprecian la lucha histórica de las Madres y Abuelas" y persiguen a militantes populares.
Este 24 de Marzo fue una fecha especial, no solo por lo que representa en la historia de nuestro país sino también porque, tras dos años de pandemia, la lucha por la memoria, la verdad y la justicia recuperó el espacio público, la marcha en las calles y las actividades para conmemorar esta dolorosa fecha alusiva a que en esa jornada en 1976 se inició el período más siniestro de la historia argentina.
Organizada por la Mesa de Trabajo por el 24 de Marzo y los integrantes de la Comisión Memoria, Verdad y Justicia de San Francisco, se realizó la marcha hacia el Paseo de la Memoria sobre avenida Cervantes, y en el acto central se leyó un documento en el que destacaron el reclamo en comunidad y también para recordar y difundir que en la ciudad desde hace casi un año cumple arresto domiciliario en una vivienda el represor Jorge Balla, el exsargento de la Policía, el cual fue condenado por delitos de lesa humanidad.
"Si cada 24 de Marzo es único y especial, éste lo es de manera trascendente, ya que es el día en el que nos volvemos a encontrar en las calles, las plazas, los parques, lugares que logramos hacer propios por prepotencia de reclamo de memoria, verdad y justicia y en los que nos reunimos para reclamar, festejar, celebrar o conmemorar de la única manera que conocemos: en comunidad", expresaron en el texto leído.
Con consignas como #NuncaMás o #Son30Mil, referentes de entidades sociales, sindicales y políticas marcharon en San Francisco.
"Nos encontramos en comunidad de esperanza, a pesar de todo -remarcaron-. A pesar de lo que quisieron hacer con nosotros y nosotras, en un mundo que se empeña en hacernos creer que la utopía no es posible, en el que un barril de petróleo o un caño de gas son el detonante de guerras enmascaradas bajo la fantasía de la defensa de la democracia o de los Derechos Humanos".
Agregaron que en ese "encuentro, en ese abrazo, en ese saludo nos reconocemos parte del mismo colectivo, aunque los tiempos que nos tocan nos obliguen a una nueva manera de estar en el mundo, en el que ya nada volverá a ser como antes".
"Nos encontramos en comunidad de cuerpos, que fue lo primero que atacaron los verdugos militares en el '76 a través del secuestro, la tortura, el asesinato y la desaparición, respondiendo a los intereses corporativos nacionales e internacionales, que los utilizaron para imponer un régimen de terror, con la simple y brutal finalidad de destrozar a una sociedad en sus fundamentos más elementales", afirmaron
Todo esto para "implantar un modelo de acumulación de riquezas basado en la especulación financiera, el endeudamiento con las entidades de crédito internacionales y el agro negocio, aniquilando la capacidad productiva del país y eliminando cualquier foco de resistencia".
En el documento advirtieron que posteriormente, "la estrategia cambió. Los que se oponían al neoliberalismo fueron expuestos de la manera más humillante, sometidos a un show mediático y judicial, montado y sostenido por los mismos aparatos judiciales y de comunicación que habían avalado a los dictadores".
"Los mismos jueces que despreciaron los habeas corpus presentados por quienes buscaban a los detenidos desaparecidos fueron los ejecutores del Lawfare, que se encarga de perseguir a los dirigentes y militantes populares, en un nuevo Plan Cóndor más sutil pero no por eso menos despiadado que el anterior. Son los mismos que avalan la existencia de presos políticos bajo un gobierno democrático. Cambian algunos nombres, el fundamento es el mismo", advirtieron.
Continuaron afirmando que en esta fecha "nos encontramos en comunidad de historias, que recuerdan a cada uno de los 30.000 ausentes y a los muertos y desaparecidos en democracia, víctimas de la violencia oficial. Nombres como los de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Jorge Julio López y tantos otros, que se suman a la larga lista de los que no están por creer que otra historia es posible. Quienes sostuvieron el sistema represivo son los que ahora niegan su existencia, o hablan de guerra, o de dos demonios".
"Son los que hablan de 9.000, del curro de la militancia, de una supuesta apropiación política de los Derechos Humanos, como si hubiera otra interpretación posible de los mismos. Son los que llegan al Parlamento en representación del voto popular reivindicado el más salvaje genocidio que nuestro país ha padecido desde su independencia", manifestaron.
"Son los que desprecian la lucha histórica de nuestras Madres y Abuelas, acusándolas de lucrar con su militancia -denunciaron-. Son los que desprecian a las minorías y a las disidencias, víctimas predilectas de los torturadores, y se oponen a la reivindicación de los derechos de tales colectivos, basándose en supuestas cuestiones religiosas, ideológicas o naturales que atrasan dos siglos".
"Los mismos jueces que despreciaron los habeas corpus presentados por quienes buscaban a los detenidos desaparecidos fueron los ejecutores del Lawfare, que se encarga de perseguir a los dirigentes y militantes populares, en un nuevo Plan Cóndor más sutil pero no por eso menos despiadado que el anterior. Son los mismos que avalan la existencia de presos políticos bajo un gobierno democrático. Cambian algunos nombres, el fundamento es el mismo".
Expresaron: "Somos los que somos cuando defendemos a aquellos más vulnerables, cuando festejamos sus conquistas y cuando lloramos sus derrotas, aunque no nos afecten de manera directa. Somos lo que podemos ser en función del otro".
En ese marco, "a 40 años de la Guerra criminal de Malvinas" advirtieron que se asiste "a un nuevo capítulo de esa saga de violencia irracional en la cual los muertos son siempre los mismos".
Esperanza de que llegue la justicia
Al mismo tiempo remarcaron la esperanza de que la justicia llegue con más sitios para la memoria y que los culpables cumplan sus condenas en la cárcel común, reclamando por el caso de Jorge Balla, represor con prisión domiciliaria en San Francisco. "Tenemos esperanza de que se recuperen los sitios de Memoria en la provincia de Córdoba. Esperanza en que se sigan desarrollando los juicios por crímenes de lesa humanidad, los cuales se pudieron sostener incluso en un entorno de virtualidad, con la apertura de nuevas megacausas, y que se investiguen las responsabilidades civiles, eclesiásticas, judiciales y mediáticas del genocidio".
"También tenemos esperanza en que los culpables cumplan sus condenas en cárcel común, para que no se repitan casos como el de Jorge Balla, represor condenado por crímenes de lesa humanidad en la ciudad de Santa Fe, beneficiario de la prisión domiciliaria y que se encuentra hoy en San Francisco, por haber violado tal privilegio, y favorecido por un poder judicial cómplice.
La jornada concluyó con un acto en el Paseo de la Memoria.
Memoria, verdad y justicia, tres valores relacionados
En el documento destacaron que "la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, tres conceptos y tres valores estrechamente relacionados, cruciales para todo esfuerzo dirigido a la superación de los traumas, a nivel personal, social y colectivo, constituye un capital simbólico de esta sociedad que se opone al retorno de cualquier forma de terrorismo de Estado, y que pugna de manera integral por la defensa de la vida".
"La Memoria nos conduce a un pasado vivo en el que las huellas de una herida inmensa no serán mero archivo o monumento. La Verdad conecta lo indecible del acontecimiento, la potencia y el horror, con los múltiples presentes afectados", afirmaron.
Manifestaron además que "no es suficiente la presencia y la militancia locales, si no hay una apertura incondicional hacia la Justicia, siempre por venir, en la cual las heridas de la humanidad encuentren el modo de hacer otro cuerpo, sin excluidos, marginados, presos políticos ni desaparecidos".
"Creemos que el crecimiento económico infinito, la mercantilización de los bienes esenciales, el capital financiero no regulado y la obsolescencia programada de los bienes de consumo son potenciadores de crímenes de lesa humanidad y de lesa naturaleza y que la propiedad individual debe respetarse en la medida en que respete los bienes comunes locales, nacionales y de la humanidad, y los bienes públicos como la salud, la educación y la renta básica universal. democratizar nuestras sociedades significa desmercantilizar, descolonizar y despatriarcalizar", concluyó el documento.