107 AÑOS, NUEVOS DESAFÍOS, LA MISMA PRÉDICA
107 AÑOS, NUEVOS DESAFÍOS, LA MISMA PRÉDICA
LA VOZ DE
SAN JUSTO cumple hoy 107 años de existencia. Más de un siglo de vigencia de
prédica responsable otorga credenciales sólidas de vinculación con San
Francisco y la región. Hacer honor al legado de quienes nos precedieron implica
apuntalar el progreso de la ciudad y el departamento, así como puntualizar los
obstáculos que impidan ese desarrollo.
LA VOZ DE
SAN JUSTO cumple hoy 107 años de existencia. Más de un siglo de vigencia de
prédica responsable otorga credenciales sólidas de vinculación con San
Francisco y la región. Hacer honor al legado de quienes nos precedieron implica
apuntalar el progreso de la ciudad y el departamento, así como puntualizar los
obstáculos que impidan ese desarrollo.
Se
presuponía que 2021 sería mejor que el estrepitoso 2020. Las dudas sobre esta
afirmación aparecen nítidas cuando el balance se expone. La pandemia no se fue.
Es más, en las últimas jornadas se revitalizó de modo preocupante. Los
problemas del país continuaron siendo los mismos, más allá de elecciones
legislativas o de medidas puntuales que no siempre tuvieron éxito. La
incertidumbre por el 2022 es una realidad también, luego del período de las
fiestas en el que muchas familias tampoco pudieron reunirse, como ocurrió el
año anterior.
Es verdad
que saltar de un año a otro es una convención del almanaque. Pero, a lo largo
de los siglos, ha tenido una importancia singular. Porque permite renovar
esperanzas, reflexionar sobre lo acontecido, aprender de ello y trasladar esas
enseñanzas a lo que vendrá.
También es
cierto que la complejidad del mundo se acrecienta. La brecha generacional es
hoy gigantesca, aumentada por la tecnología. El periodista Luciano Román
describió esta realidad en una columna publicada recientemente en el diario La
Nación: "Hoy, los hijos siguen a estrellas de TikTok que los padres ni siquiera
oyeron nombrar. Muchas celebridades nacen y "explotan" en las redes, sin haber
pasado por los medios tradicionales. Los padres no llegan a conocerlas porque
todavía escuchan radio y miran televisión sin saber, por ejemplo, que existe
Twitch (una plataforma digital de contenidos audiovisuales). La multiplicación
infinita de ofertas, plataformas y circuitos digitales hace que la cultura se
atomice y cada vez se reduzca más el mundo compartido entre padres e hijos y
entre nietos y abuelos. Ya no se trata de una tensión cultural entre distintas
generaciones, sino de galaxias cada vez más desconectadas".
Ni qué
hablar de la lectura de libros o diarios. Parece ser una costumbre de antaño.
Sin embargo, pese a los agoreros pronósticos, la letra impresa en papel sigue
formando parte de la escena cotidiana. Porque, sin dudas, es necesario asimilar
los adelantos tecnológicos que forman parte de la nueva cultura, pero
manteniendo la vigencia de aquellas herramientas comunicacionales que forjaron
una identidad propia y formaron a varias generaciones.
No obstante,
en cualquier época, la demanda de información de proximidad se ha mantenido
constante. Cambiarán los medios tecnológicos, pero no la necesidad de recrear
la identidad, de reforzar la propia cultura y de mantener esa
"individualización" que diferencia a un pueblo de otro. En todo esto, juega un
rol esencial el medio local y regional.
En este
contexto tortuoso pero desafiante, LA VOZ DE SAN JUSTO, cumplirá mañana 107
años de existencia. Al brindar esta noche, se hará nítida la constatación de la
vigencia de un mandato periodístico. Es que más de un siglo de vigencia de
prédica responsable, permítasenos esta atribución, otorga credenciales sólidas
de vinculación con San Francisco y la región. Hacer honor al legado de quienes
nos precedieron implica apuntalar el progreso de la ciudad y el departamento,
así como puntualizar los obstáculos que impidan ese desarrollo, tal como reza
aquella nota inaugural del 1 de enero de 1915.
Se
presuponía que 2021 sería mejor que el estrepitoso 2020. Las dudas sobre esta
afirmación aparecen nítidas cuando el balance se expone. La pandemia no se fue.
Es más, en las últimas jornadas se revitalizó de modo preocupante. Los
problemas del país continuaron siendo los mismos, más allá de elecciones
legislativas o de medidas puntuales que no siempre tuvieron éxito. La
incertidumbre por el 2022 es una realidad también, luego del período de las
fiestas en el que muchas familias tampoco pudieron reunirse, como ocurrió el
año anterior.
Es verdad
que saltar de un año a otro es una convención del almanaque. Pero, a lo largo
de los siglos, ha tenido una importancia singular. Porque permite renovar
esperanzas, reflexionar sobre lo acontecido, aprender de ello y trasladar esas
enseñanzas a lo que vendrá.
También es
cierto que la complejidad del mundo se acrecienta. La brecha generacional es
hoy gigantesca, aumentada por la tecnología. El periodista Luciano Román
describió esta realidad en una columna publicada recientemente en el diario La
Nación: "Hoy, los hijos siguen a estrellas de TikTok que los padres ni siquiera
oyeron nombrar. Muchas celebridades nacen y "explotan" en las redes, sin haber
pasado por los medios tradicionales. Los padres no llegan a conocerlas porque
todavía escuchan radio y miran televisión sin saber, por ejemplo, que existe
Twitch (una plataforma digital de contenidos audiovisuales). La multiplicación
infinita de ofertas, plataformas y circuitos digitales hace que la cultura se
atomice y cada vez se reduzca más el mundo compartido entre padres e hijos y
entre nietos y abuelos. Ya no se trata de una tensión cultural entre distintas
generaciones, sino de galaxias cada vez más desconectadas".
Ni qué
hablar de la lectura de libros o diarios. Parece ser una costumbre de antaño.
Sin embargo, pese a los agoreros pronósticos, la letra impresa en papel sigue
formando parte de la escena cotidiana. Porque, sin dudas, es necesario asimilar
los adelantos tecnológicos que forman parte de la nueva cultura, pero
manteniendo la vigencia de aquellas herramientas comunicacionales que forjaron
una identidad propia y formaron a varias generaciones.
No obstante,
en cualquier época, la demanda de información de proximidad se ha mantenido
constante. Cambiarán los medios tecnológicos, pero no la necesidad de recrear
la identidad, de reforzar la propia cultura y de mantener esa
"individualización" que diferencia a un pueblo de otro. En todo esto, juega un
rol esencial el medio local y regional.
En este
contexto tortuoso pero desafiante, LA VOZ DE SAN JUSTO, cumplirá mañana 107
años de existencia. Al brindar esta noche, se hará nítida la constatación de la
vigencia de un mandato periodístico. Es que más de un siglo de vigencia de
prédica responsable, permítasenos esta atribución, otorga credenciales sólidas
de vinculación con San Francisco y la región. Hacer honor al legado de quienes
nos precedieron implica apuntalar el progreso de la ciudad y el departamento,
así como puntualizar los obstáculos que impidan ese desarrollo, tal como reza
aquella nota inaugural del 1 de enero de 1915.