Entrevista
Quaglia y Drazile, los fiscales

Silvana Quaglia y Emilio Drazile hablan sobre los desafíos y la realidad de sus cargos, funciones y el delito en San Francisco.
Por Manuel Ruiz | LVSJ
Hasta el miércoles 30 de abril, la Justicia de la provincia de Córdoba en la ciudad de San Francisco trabajaba con solo dos de los cincos fiscales de instrucción que debería tener, para llevar a adelante los casos que recaían en la sede local de Tribunales.
Ese día, el Tribunal Superior de Justicia concretó la jura de varios fiscales para diferentes dependencias a lo largo y ancho del territorio cordobés. Una de esas juras incluyó al fiscal Emilio Drazile para hacer cargo de la Fiscalía Multipropósito de Tercer Turno.
La ex fiscalía de Bernardo Alberione ocupaba su vacante y San Francisco ganaba un fiscal más para ayudar en sus labores al fiscal de primer turno Oscar Gieco y a la fiscal de segundo tuno, Silvana Quaglia, que además de sus espacios, venían subrogando las fiscalías que no tenían una cabeza oficial.
Quaglia, además, había sido elegida para hacerse cargo de las causas caratuladas de delitos complejos, que siempre caían en la fiscalía de Alberione.
Ahora, con la llegada de Drazile y a la espera de que se autorice el cargo de Florencia Bortolussi en la fiscalía de lucha contra el narcotráfico (que también llevaba adelante Alberione) solo falta saber cuándo y quien llegara a la de Cuarto Turno que estuvo en manos por muchos años de Leonor Faila y que ahora espera a su sucesor.
Lo explican Silvana Quaglia y Emilio Drazile a LA VOZ DE SAN JUSTO, en un Tribunales desierto por las medidas de fuerza que la semana pasada llevaron adelante los judiciales y que se espera continúen esta semana.
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El aparato judicial sanfrancisqueño, más allá de Gieco y Quaglia, se empieza a reconfigurar y a ganar nuevos actores para atender a una ciudad que sigue presentando desafíos a la hora de abordar el delito y que ha perdido una figuita fuerte tras la jubilación de Bernardo Alberione.
Dice Quaglia, “hay que afrontarlo como un trabajo. Yo lo conocí mucho de Bernardo, es más, fui empleada de él. Cada uno le va a poner su forma, su conocimiento. Sea quien sea al que uno viene a reemplazar. Yo creo que lo importante es hacerlo con el mayor profesionalismo, dedicación y responsabilidad posible. Vamos a tratar de cumplir con nuestras funciones, más allá de quien haya sido el cargo anteriormente, con lo mejor que podamos o con la mayor solvencia para hacerlo bien”.
Y Drazile, sucesor directo de Alberione sostiene “El rol es el mismo. El rol que siempre amé, que siempre me gustó, no me interesa en qué ciudad lo tenga que hacer. San Francisco es una ciudad muy linda, que me ha recibido bien y me ha sorprendido. La verdad que es un honor sentarse en el sillón donde estuvo él, porque es una persona que ha dejado su vida en el Poder Judicial. Podrán estar de acuerdo o no con su forma de llevar las cosas, pero él ha dejado su vida y ha dado todo por el Ministerio Público”.
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Cuando el trabajo conmueve
Les consulto sobre los casos que más los movilizan. La pregunta también viene por el lado de Alberione. En una de las últimas entrevistas que publicamos en este medio el ex fiscal había dicho que los casos contra la integridad de mujeres y menores eran los que más difíciles les resultaba abordar sin mezclar las emociones lógicas que generan algunas aberraciones sociales que terminan en delitos.
Hay necesariamente un escudo, una coraza, que crear para blindarse ante algunas situaciones, causas, hechos policiales que resultan montuosos, y que, para ellos, fiscales que deben investigar y llevar adelante casos con la mayor subjetividad, distancia y aplomo, al final del día también los conmueven.
“Somos seres humanos, tenemos sentimientos y siempre va a haber causas que te pueden afectar un poco más que otras” abre su respuesta Draazile, “Yo vengo de un fuero que además de tocar la integridad sexual, la violencia familiar y de género, trabajé mucho con delitos sobre niños y niñas. Eso me impacta mucho más que todos los otros delitos. Ver la pobreza, ver la falta de atención del estado para con los niños. Me he formado en el Ministerio Público Fiscal por muchos años y he visto muchas causas que no me llegaron a conmover tanto como la pobreza de los niños, el abandono de la sociedad, el abandono del estado. Creo que esas son las causas que más me conmueven”
Quaglia sigue en la misma línea que Drazile “En mi caso en particular, obviamente que los delitos contra la integridad sexual son duros, más cuando se trata por ejemplo, de niños. También los accidentes con personas fallecidas, con jóvenes, son cuestiones duras. Siempre hablamos con las funcionarias de la fiscalía que cuando trabaja en esto, uno ve las causas y lleva las cosas como un trabajo, más allá de que uno tenga más o menos empatía, siempre lo termina viendo como un trabajo, entonces parecieran en un primer golpe de vista que a uno no le afecta. Pero internamente, a veces inconscientemente, uno puede llegar a tener un determinado malestar que no sabe dónde viene y bueno, a la larga termina viniendo de ese acumular cosas”.
El delito de acá
“Si comparamos con ciudades más grandes, por suerte, no tenemos muchos delitos violentos. Los dos mayores problemas que entiendo tenemos son la gente que delinque por problemas de adicciones a drogas. Y el más importante es la cuestión jurisdiccional con la ciudad de Frontera y barrio Acapulco de Josefina. Para nosotros es muy complicado eso. Porque nos resulta más difícil investigar. Lo más complicado es esta triple frontera”, explica Quaglia, por la pregunta de este medio, a Drazile en una especie de mapeo de lo que pasa con el delito de nuestra ciudad. De esta gran ciudad que también tiene, como explica Quaglia, para lo bueno y lo malo, a Frontera y Josefina dentro del mismo ejido urbano, pero con distancias jurisdiccionales que a veces resultan imposibles de abordar.
La Justicia
“El Poder Judicial ha estado mucho tiempo lejos de la gente. Ya hace un tiempo que se viene revirtiendo esto, pero creo que se prestó para que la sociedad a veces no entienda cuales son nuestras funciones y la del sistema judicial”, sostiene la fiscal ante el interrogante de la percepción social que el vecino de a pie tiene del sistema que ella integra.
“Desde la Fiscalía de Instrucción, básicamente, intervenimos una vez que hay un delito, no antes. La prevención de la adicción, la prevención de la violencia, depende de otros organismos del Estado que no somos nosotros. Lo ideal sería que nosotros no actuáramos, que no llegáramos a tener que intervenir, que tengamos menos trabajo”, ilustra Quaglia y Drazile agrega: “Nosotros no podemos salir a buscar los delitos o a prevenirlos”.
A la espera de Bortolussi

De los pliegos de fiscales que presentó el Gobierno de Córdoba para su aprobación en la Legislatura provincial, por donde también pasó el de Emilio Drazile, resta que se defina el de la fiscal santiagueña, pero radicada hace muchos años en Córdoba, María Florencia Bortolussi (43).
Actual Prosecretaria de Instrucción y Familia de Villa María, Bortolussi fue la elegida por Martin Llaryora para hacerse cargo de la fiscalía del fuero que interviene la lucha contra el narcotráfico.
Ese cargo lo ejercía Bernardo Alberione hasta su jubilación, y hoy está vacante. La llegada de Bortolussi representará un fiscal más para la justicia sanfrancisqueña y para actuar en un tema tan sensible como presente en la dinámica de la triple frontera que la ciudad comparte con Frontera y Josefina.
Aún no se sabe cuándo la nueva fiscal jurará y tomará posesión de su cargo. Mientras, el encargado de subrogar esa fiscalía es Oscar Gieco.
En Frontera también esperan
La promesa de un fiscal asentado en la ciudad de Frontera volvió a sumar un nuevo capítulo esta semana cuando el intendente Oscar Martínez, tras la visita de funcionarios provinciales aseguró que la llegada de un fiscal que viva y actúe en la cotidianeidad fronterense es inminente. Actualmente todo delito que vincule a Frontera se resuelve en la ciudad de Rafaela perdiendo así celeridad y profundidad en las investigaciones de una población con tasas delictuales importantes y en muchos casos, muy violentas.