Víctima de la inseguridad y la reincidencia delictiva juvenil
Lo hizo de nuevo. Ari Sánchez (20) fue detenido otra vez, ahora, tras asaltar con un arma de juguete a Julio Cabrera y robarle la moto en la zona del interprovincial. El miércoles fue hallado responsable de la muerte de Rolando Margaría, pero no fue a prisión. En medio del juicio, había cometido otro robo.
Un hombre de 47 años, Julio César Cabrera, fue víctima del robo de su motocicleta, a plena luz del día y bajo la amenaza de un delincuente experimentado.
El miedo lo invadió cuando sintió que el cañón de un arma apretaba su cuello. En ese momento no sabía que se trataba de una réplica de arma; tampoco, que quien la portaba hacía apenas cinco días que había sido hallado culpable de un robo seguido de homicidio, aunque por ello, no fue condenado a prisión.
Lo que podría ser un asalto más de los reiterados que ocurren en el sector del camino interprovincial, sumó un capítulo insólito a la crónica policial, pero no impensado, si se tiene en cuenta que el protagonista ya había abusado de su "osadía" cuando en la mitad de un juicio cometió un robo.
Es más que un hecho de inseguridad, es el reflejo de la problemática de la reincidencia delictiva.
Ari Sánchez, de 20 años, junto a un cómplice, otro joven, abordaron a Cabrera en la zona de calle 5, en inmediaciones de la planta de gas de ciudad de Frontera, con un arma de juguete lo amenazaron y le sustrajeron su Guerrero Trip roja. Antes, la víctima opuso cierta resistencia por lo que resultó con algunas lesiones al trenzarse en lucha con Sánchez, mientras su cómplice huía a bordo de la moto robada.
Sánchez finalmente fue detenido por la policía. Es el mismo que el pasado miércoles la Justicia de San Francisco halló responsable del fatal asalto a Rolando Margaría (60), el empleado de Epec al que en julio de 2015 tres jóvenes, quienes eran menores de edad, asaltaron afuera de su casa de barrio Sáenz Peña y recibió una puñalada que lo llevó a la muerte.
Mientras el juicio transcurría, Sánchez cometió otro robo, esta vez, en una panadería, y había sido detenido.
La medida tutelar que un juez le impuso por un año, no lo detuvo y este lunes volvió a delinquir.