Un club de lectura, motivo de encuentro y conversación en barrio Sarmiento
Un club de lectura, motivo de encuentro y conversación en barrio Sarmiento
La Biblioteca Popular Mariano Moreno lanzó esta propuesta que tendrá lugar
por primera vez este 15 de enero usando a los libros como excusa para compartir
las sensaciones y aprendizajes que puede dejar en cada joven y adulto una obra
en común.
La Biblioteca Popular Mariano Moreno lanzó esta propuesta que tendrá lugar
por primera vez este 15 de enero usando a los libros como excusa para compartir
las sensaciones y aprendizajes que puede dejar en cada joven y adulto una obra
en común.
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Los encuentros se desarrollarán en la sede de Florencio Sánchez 667 al aire libre.
Después de un año muy difícil para las actividades culturales, de las que
las bibliotecas no están exentas, ahora en el verano el panorama podría ser aún
más gris. Normalmente las personas apelan a los viajes o simplemente otras
actividades de ocio durante su descanso.
Ante esta situación, desde la Biblioteca Popular Mariano Moreno proponen
una alternativa que podría cambiar el diálogo rutinario y desviarlo hacia la
literatura y los significados que en cada lector despierta una obra.
Desde el 15 de enero y dos veces al mes durante todo el período estival en
la sede de Florencio Sánchez 667 se organizaron los encuentros de un club de
lectura que busca acercar a las personas a esta institución adyacente a la
escuela Julio Argentino Roca.
La propuesta tendrá una módica contribución y será, por un lado, una
propuesta para conocer si no se es de la zona, y por otro también compartir
tardes diferentes a partir del diálogo impulsado por los libros donde la
moderadora será Elina Folco.
Arranca el viernes
El primer encuentro de este club de lectura de verano será el próximo
viernes 15 a partir de las 19.30 y culminará a las 20.30. Hasta el momento hay
más de 10 inscriptos y la novedad esperan que motive a las personas a
acercarse.
Al respecto de la fundamentación de esta propuesta, Biava que es la
bibliotecaria de la institución de barrio Sarmiento dijo a LA VOZ DE SAN JUSTO:
"La idea fundamental era expandir la existencia de la biblioteca para la gente
del barrio y la ciudad y llegar a otros públicos que no frecuentan tanto la
biblioteca sobre todo los jóvenes, los adultos van más".
Los encuentros serán dos por mes durante lo que perdure la temporada de
verano y si funcionara no descartan que pudiera mantenerse un tiempo más
durante el año, pero eso dependerá del éxito inicial.
"Se realizará con un costo mínimo de colaboración para la biblioteca, 100
pesos para los no socios y 50 pesos para los socios. Nos vamos a encontrar en
la sede, pero lo haremos al aire libre con las medidas que hay que tomar por la
pandemia", agregó la bibliotecaria.
Conversación
Biava explicó que "no habrá una temática puntual" y que se eligieron
algunos libros, pero se tendrá en cuenta el gusto de los participantes. Además,
acostumbrados a la idea tradicional de los clubes de lectura en este caso las
motivaciones son otras y será una idea reinventada.
"Al no haber una temática cada uno podrá contar qué es lo que les hizo
sentir el libro, no es un análisis profundo sino de las sensaciones y
sentimientos que provocó la lectura. En el primer encuentro habrá una mesa
servida y se verán los autores entre los que habrá clásicos, poesías, novelas,
por ejemplo", detalló Biava.
La propuesta Gabriela la tenía hace mucho tiempo en vista, sin embargo, por
diferentes circunstancias no podía concretarse.
Como siempre estuvo flotando en el aire se decidió ponerla en marcha este
año para acercar a los jóvenes sobre todo a la institución y ofrecer otras
actividades a quienes ya conocen el lugar.
Una "biblio" diferente
La biblioteca popular está ubicada en un barrio muy popular como es
Sarmiento y alejada del centro de la ciudad, se la conoce por estar pegada a la
escuela primaria Roca pero en realidad es abierta a todo el público sea de la
zona o no.
Por ello Biava contó que quienes deseen hacerse socios de la entidad solo
deben acercarse a Florencio Sanchez 667 de 9 a 11 (es el horario de verano) de
lunes a viernes.
El costo por mes es de 150 pesos y en el inicio del año tienen una
promoción de 1500 pesos por todo el año la cual se puede abonar de contado, en
dos o tres cuotas.
Los permisos para las bibliotecas quedaron para el final
En todo el ámbito de la cultura, sobre todo aquellas actividades que se
realizan por fuera de los círculos comerciales, la pandemia hizo estragos
económicos y dificultó la subsistencia, la llegada del público y las nuevas
propuestas.
El año mantuvo, en este caso en particular, a las bibliotecas populares
cerradas y con problemas económicos que parecían invisibles al común de las
personas pero que en realidad deberían importar a todos porque son punto de
encuentro de las culturas.
Los permisos o las habilitaciones para funcionar no llegaron al mismo
tiempo que con las fábricas o los comercios, sin embargo, la lucha por
subsistir fue la misma. Acá fueron fundamentales los socios que siguieron
apostando a estas instituciones, aquellos que tenían una deuda atrasada y
decidieron igual saldarla y, en algunos casos como en la Mariano Moreno
siguieron con las ventas que les ayudan a seguir.
Gabriela dijo en palabras sencillas que "fue un año duro" y justificó: "Nos
mantuvimos mucho tiempo cerradas las bibliotecas dado que no nos dieron una
habilitación inmediata".
Sumado a esto las bibliotecas "quedaron relegadas al final" y el mayor
movimiento de personas se vincula con la escuela en una época donde los chicos
estuvieron estudiando desde casa por medio de computadoras. Una situación
desventajosa si las hay porque esos libros guardados en las bibliotecas
hubieran suplantado la información que tal vez ni por internet conseguirían por
no disponer de conexión.
Respecto a cómo lograron mantenerse a flote y hoy ver el 2021 con otra
perspectiva Biava comentó: "Por suerte tuvimos el apoyo de los socios que
abonaron las cuotas, se pusieron al día e hicimos una venta porque era la única
forma de subsistir".
Después de un año muy difícil para las actividades culturales, de las que
las bibliotecas no están exentas, ahora en el verano el panorama podría ser aún
más gris. Normalmente las personas apelan a los viajes o simplemente otras
actividades de ocio durante su descanso.
Ante esta situación, desde la Biblioteca Popular Mariano Moreno proponen
una alternativa que podría cambiar el diálogo rutinario y desviarlo hacia la
literatura y los significados que en cada lector despierta una obra.
Desde el 15 de enero y dos veces al mes durante todo el período estival en
la sede de Florencio Sánchez 667 se organizaron los encuentros de un club de
lectura que busca acercar a las personas a esta institución adyacente a la
escuela Julio Argentino Roca.
La propuesta tendrá una módica contribución y será, por un lado, una
propuesta para conocer si no se es de la zona, y por otro también compartir
tardes diferentes a partir del diálogo impulsado por los libros donde la
moderadora será Elina Folco.
Arranca el viernes
El primer encuentro de este club de lectura de verano será el próximo
viernes 15 a partir de las 19.30 y culminará a las 20.30. Hasta el momento hay
más de 10 inscriptos y la novedad esperan que motive a las personas a
acercarse.
Al respecto de la fundamentación de esta propuesta, Biava que es la
bibliotecaria de la institución de barrio Sarmiento dijo a LA VOZ DE SAN JUSTO:
"La idea fundamental era expandir la existencia de la biblioteca para la gente
del barrio y la ciudad y llegar a otros públicos que no frecuentan tanto la
biblioteca sobre todo los jóvenes, los adultos van más".
Los encuentros serán dos por mes durante lo que perdure la temporada de
verano y si funcionara no descartan que pudiera mantenerse un tiempo más
durante el año, pero eso dependerá del éxito inicial.
"Se realizará con un costo mínimo de colaboración para la biblioteca, 100
pesos para los no socios y 50 pesos para los socios. Nos vamos a encontrar en
la sede, pero lo haremos al aire libre con las medidas que hay que tomar por la
pandemia", agregó la bibliotecaria.
Conversación
Biava explicó que "no habrá una temática puntual" y que se eligieron
algunos libros, pero se tendrá en cuenta el gusto de los participantes. Además,
acostumbrados a la idea tradicional de los clubes de lectura en este caso las
motivaciones son otras y será una idea reinventada.
"Al no haber una temática cada uno podrá contar qué es lo que les hizo
sentir el libro, no es un análisis profundo sino de las sensaciones y
sentimientos que provocó la lectura. En el primer encuentro habrá una mesa
servida y se verán los autores entre los que habrá clásicos, poesías, novelas,
por ejemplo", detalló Biava.
La propuesta Gabriela la tenía hace mucho tiempo en vista, sin embargo, por
diferentes circunstancias no podía concretarse.
Como siempre estuvo flotando en el aire se decidió ponerla en marcha este
año para acercar a los jóvenes sobre todo a la institución y ofrecer otras
actividades a quienes ya conocen el lugar.
Una "biblio" diferente
La biblioteca popular está ubicada en un barrio muy popular como es
Sarmiento y alejada del centro de la ciudad, se la conoce por estar pegada a la
escuela primaria Roca pero en realidad es abierta a todo el público sea de la
zona o no.
Por ello Biava contó que quienes deseen hacerse socios de la entidad solo
deben acercarse a Florencio Sanchez 667 de 9 a 11 (es el horario de verano) de
lunes a viernes.
El costo por mes es de 150 pesos y en el inicio del año tienen una
promoción de 1500 pesos por todo el año la cual se puede abonar de contado, en
dos o tres cuotas.
Los permisos para las bibliotecas quedaron para el final
En todo el ámbito de la cultura, sobre todo aquellas actividades que se
realizan por fuera de los círculos comerciales, la pandemia hizo estragos
económicos y dificultó la subsistencia, la llegada del público y las nuevas
propuestas.
El año mantuvo, en este caso en particular, a las bibliotecas populares
cerradas y con problemas económicos que parecían invisibles al común de las
personas pero que en realidad deberían importar a todos porque son punto de
encuentro de las culturas.
Los permisos o las habilitaciones para funcionar no llegaron al mismo
tiempo que con las fábricas o los comercios, sin embargo, la lucha por
subsistir fue la misma. Acá fueron fundamentales los socios que siguieron
apostando a estas instituciones, aquellos que tenían una deuda atrasada y
decidieron igual saldarla y, en algunos casos como en la Mariano Moreno
siguieron con las ventas que les ayudan a seguir.
Gabriela dijo en palabras sencillas que "fue un año duro" y justificó: "Nos
mantuvimos mucho tiempo cerradas las bibliotecas dado que no nos dieron una
habilitación inmediata".
Sumado a esto las bibliotecas "quedaron relegadas al final" y el mayor
movimiento de personas se vincula con la escuela en una época donde los chicos
estuvieron estudiando desde casa por medio de computadoras. Una situación
desventajosa si las hay porque esos libros guardados en las bibliotecas
hubieran suplantado la información que tal vez ni por internet conseguirían por
no disponer de conexión.
Respecto a cómo lograron mantenerse a flote y hoy ver el 2021 con otra
perspectiva Biava comentó: "Por suerte tuvimos el apoyo de los socios que
abonaron las cuotas, se pusieron al día e hicimos una venta porque era la única
forma de subsistir".